😱CONFIRMADO Leticia Perdigón, a sus 68 años, ADMITE lo que ocultó durante décadas… ¡y nadie lo vio venir!
Leticia Perdigón, actriz emblemática de la época dorada de las telenovelas mexicanas y figura clave del cine de los años 70 y 80, ha dejado al país entero boquiabierto con una confesión que por años fue objeto de rumores, titulares discretos y silencios incómodos.
A sus 68 años, en una entrevista íntima y sin filtros, la actriz decidió decir la verdad… y lo que dijo ha provocado un terremoto emocional en sus seguidores y colegas del espectáculo.
Con voz serena pero cargada de emoción, Leticia rompió décadas de silencio al admitir que durante gran parte de su carrera vivió una doble vida.
“Yo no podía decir quién era realmente.
Tenía que cuidar mi imagen, mi carrera, y sobre todo, tenía miedo.
Miedo de que todo se derrumbara si hablaba con la verdad.
” Estas palabras fueron el punto de partida de una revelación que miles llevaban años esperando: Leticia confirmó que durante décadas ocultó aspectos fundamentales de su vida personal que habrían cambiado radicalmente la forma en que el público la veía.
Una de las confesiones más impactantes fue su lucha contra una profunda depresión que la acompañó silenciosamente incluso en sus años de mayor éxito.
“Recitaba mis líneas con lágrimas contenidas, grababa escenas de amor mientras me sentía vacía por dentro.
Nadie sabía lo que me pasaba… y yo no podía pedir ayuda”, relató.
Esta revelación no solo humaniza a la artista, sino que también visibiliza las presiones brutales del medio artístico, donde la vulnerabilidad suele ser vista como debilidad.
Pero eso no fue todo.
Leticia también confirmó uno de los rumores más persistentes de su carrera: que mantuvo relaciones amorosas con figuras poderosas del medio, algunas de las cuales nunca fueron reveladas al público por tratarse de hombres casados o vinculados al poder político y empresarial.
“Sí, estuve con personas que hoy ni imaginarían.
Pero no lo hice por conveniencia.
Lo hice por amor, aunque ahora sé que muchas veces ese amor era solo ilusión.
” Su confesión no señala nombres, pero bastó para que los rumores se reactivaran con más fuerza que nunca.
Otro punto clave de su testimonio fue su abrupto alejamiento de los reflectores.
Durante años, se especuló que había sido vetada por Televisa o que había caído en desgracia con los productores.
Pero Leticia aclaró: “Yo me fui porque no podía más.
Me cansé de fingir, de ser la mujer perfecta, la actriz obediente, la figura decorativa.
Me perdí a mí misma y necesitaba reencontrarme.
”
Reencontrarse, según cuenta, fue un proceso doloroso pero liberador.
Vivió años alejada del medio, enfrentó una batalla contra el alcoholismo que nadie conocía y pasó por una transformación espiritual profunda.
Hoy, asegura, está en paz con su pasado.
“No me arrepiento de lo que viví, me arrepiento de haber callado tanto.
Pero ya no más.
”
Leticia también aprovechó para enviar un mensaje contundente a las nuevas generaciones de actrices: “No permitan que la fama las devore.
Sean auténticas, aunque eso incomode.
” Esta declaración ha sido celebrada en redes como un acto de valentía y una muestra del renacimiento de una mujer que, lejos de quedar en el olvido, ha encontrado una nueva forma de brillar.
Los comentarios no se han hecho esperar.
Actrices como Laura Zapata, Daniela Romo y Verónica Castro han mostrado su apoyo públicamente.
“Lo que hizo Leticia es admirable.
No es fácil quitarse una máscara después de tanto tiempo”, escribió una colega.
Por su parte, los fans han llenado las redes con mensajes de respeto, cariño y admiración hacia la actriz.
Con esta confesión, Leticia Perdigón no solo cierra un ciclo, sino que reescribe su legado.
Deja de ser solo la estrella que aparecía en la pantalla para convertirse en una mujer real, con heridas, cicatrices y coraje.
Su historia, marcada por silencios impuestos, ahora retumba con fuerza como un grito de libertad que inspira a generaciones enteras.
Y aunque haya tardado 68 años en contarlo todo, lo hizo en el momento justo.
Porque nunca es tarde para ser quien realmente eres.