💥🚫 “‘A Ellos No los Perdonaré Jamás’: La Confesión Fría y Brutal de Pato Machete a sus 49 Años”
Fue durante una charla íntima organizada por un canal independiente de Monterrey.
No había producción espectacular ni guión preestablecido.
Solo un sofá, una luz cálida y un Pato Machete que parecía más reflexivo que nunca… hasta que el entrevistador, casi sin pensarlo, preguntó: “¿Hay alguien a quien no le perdonarías jamás?”.
El silencio se hizo denso.
Pato bajó la mirada, apretó los labios y, tras unos segundos que parecieron una eternidad, dijo: “No a uno… a cinco.
Y lo voy a decir”.
A partir de ahí, lo que era una simple entrevista tomó un giro oscuro, revelador y profundamente humano.
Pato no nombró solo por nombrar: con cada nombre vino una historia, un momento, una fractura.
El primero fue un exproductor.
“Me hizo firmar un contrato que me dejó en ceros por años.
Mientras yo giraba y dormía en suelos de hostales, él cobraba hasta los aplausos.
Cuando intenté zafarme, me amenazó con destruir mi carrera.
No lo perdono.
No lo voy a perdonar nunca”.
El segundo, un exmiembro de su propio equipo.
“Estábamos en gira.
Yo confiaba en él con los ojos cerrados.
Descubrí que vendía información personal mía a medios por debajo del agua.
Inventaban notas, inventaban peleas.
Todo por unos pesos.
Me dolió más que un balazo”.
El tercero fue un artista con quien colaboró en sus inicios.
“Me usó.
Me hizo escribirle un disco entero, me prometió créditos, y al final me dejó fuera de todo.
Luego iba a entrevistas a hablar de ‘lealtad en el rap’.
Lo vi en televisión decir que era su obra.
Nunca dijenada.
Hasta hoy”.
El cuarto, un amigo de infancia.
“Cuando más lo necesité, cuando estaba en el hospital por ansiedad y presión, desapareció.
Y después fue a decir que yo estaba ‘loco’ y ‘drogado’.
Lo único que tenía era el corazón hecho pedazos.
Pero eso nadie lo graba”.
Y el último, su propio reflejo.
“El Pato que se calló todo durante años.
Que sonreía mientras por dentro se moría.
No me perdono haberme silenciado.
No me perdono haberlos dejado pisarme sin alzar la voz”.
El ambiente en el estudio era tan tenso que ni el camarógrafo se atrevía a moverse.
Pato se tomó un respiro.
Encendió un cigarro.
Miró directo a la cámara y remató con una frase que se sintió como disparo: “No vine aquí a buscar lástima.
Vine a limpiar mi nombre y a decirles a ellos que lo sé todo.
Y que aunque no los mencione con apellido… ellos saben quiénes son”.
La entrevista se viralizó en cuestión de horas.
Fanáticos, colegas y medios se dividieron entre quienes aplaudían su valentía y quienes lo acusaban de resentido.
Algunos incluso intentaron identificar a los señalados, y varios nombres comenzaron a circular en foros y cuentas de fanáticos.
Ninguno de los aludidos respondió directamente.
Pero el silencio —una vez más— fue atronador.
Lo más impactante fue que Pato, lejos de buscar reconciliación, fue tajante: “Perdonar no es obligatorio.
Y en mi historia, el perdón no siempre es la salida.
A veces, lo justo… es dejar la herida abierta para que no se repita”.
Desde entonces, el rapero ha mantenido un perfil bajo.
No ha ofrecido más entrevistas, no ha ampliado la lista.
Solo subió una imagen en blanco y negro a su Instagram con una línea escrita a mano: “Cinco fantasmas, cinco fuegos.
Pero yo sigo aquí.
”
A sus 49 años, Pato Machete no busca paz.
Busca verdad.
Y en ese camino, acaba de encender una mecha que nadie sabe cómo —ni cuándo— va a estallar.