💀Los 5 CORRIDOS PROHIBIDOS que el gobierno NO QUIERE QUE ESCUCHES.
¡Impactaron a todo México!🔥
México ha sido cuna de una de las expresiones musicales más controversiales del mundo: los corridos.
Pero no cualquier tipo de corridos… hablamos de aquellos que relatan, con crudeza y sin filtros, la vida de los narcotraficantes más temidos del país.
Y aunque la censura ha intentado silenciarlos, hay cinco que han dejado una huella tan profunda que, pese a estar prohibidos, siguen vivos en el inconsciente colectivo mexicano.
El primero de esta lista es “La Reina del Sur”, un himno que relata la historia de Teresa Mendoza, una mujer ficticia inspirada en hechos reales.
La canción no solo glamuriza la vida del narcotráfico, sino que también empodera una figura femenina dentro de un mundo dominado por hombres violentos.
Cuando se lanzó, generó furor inmediato, pero también fue blanco de críticas feroces.
Varios estados del norte del país llegaron a prohibir su reproducción en bares y estaciones de radio, temiendo que incitara a la juventud a idealizar la figura del narco.
El segundo corrido es “El Jefe de Jefes” de Los Tigres del Norte.
Esta canción va mucho más allá del entretenimiento: es casi una oda al poder absoluto de un narcotraficante.
Frases como “A mí me respetan todos” fueron interpretadas como una glorificación de la violencia y la impunidad.
En Sinaloa y Chihuahua, suena como una canción nacional no oficial, pero en otros lugares, autoridades la tienen fichada como material riesgoso que incita al culto al crimen organizado.
En tercer lugar tenemos “El Número Uno”, atribuido a varios intérpretes del género, pero con una popularidad masiva en YouTube y redes sociales.
¿Qué tiene de especial? Su letra narra directamente el ascenso sangriento de un capo conocido solo como “El Uno”, incluyendo detalles de asesinatos, traiciones, sobornos y tácticas de guerra urbana.
Este corrido fue relacionado con un aumento súbito de crímenes en Michoacán y Jalisco, y varias estaciones de radio optaron por dejar de reproducirlo para evitar represalias.
El cuarto de esta lista maldita es “El Azul”, un corrido dedicado a Juan José Esparragoza Moreno, uno de los líderes históricos del Cártel de Sinaloa.
Este tema no se limita a relatar hechos; construye una leyenda.
Lo más escalofriante es que, tras su lanzamiento, varios cuerpos aparecieron en zonas controladas por el cártel con audífonos puestos.
y sí, con “El Azul” reproduciéndose.
Fue tan fuerte el simbolismo que incluso la policía de Baja California lo consideró una forma de ejecución ritualizada.
Desde entonces, el corrido está vetado en múltiples plataformas en línea.
Finalmente, el número cinco: “Soy El Ratón”.
Esta canción, dedicada a Ovidio Guzmán, hijo de El Chapo, fue el detonante de una oleada de violencia tras la captura del joven capo.
Durante los disturbios en Culiacán, este corrido fue entonado por simpatizantes del Cártel de Sinaloa como un himno de resistencia.
Fue tal el impacto, que las autoridades consideraron clasificarlo como “material subversivo” y bloquear su difusión pública.
Sin embargo, el efecto Streisand hizo de las suyas: mientras más intentaban borrarlo, más viral se volvió.
Estos cinco corridos no solo reflejan el conflicto armado y social que vive México, sino que también revelan el inmenso poder que puede tener la música como arma cultural.
Intentar prohibirlos ha sido como tratar de tapar el sol con un dedo: imposible.
Porque donde hay represión, hay resistencia.
Y estos corridos, amados por unos y temidos por otros, seguirán resonando en las calles, los autos, las fiestas.
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y los oídos de una generación que creció entre el corrido y la bala.
