Entre lágrimas y redención: la confesión más sincera de Sergio Goyri sobre la mujer que cambió su vida
La entrevista transcurría tranquila, entre recuerdos de telenovelas y anécdotas del cine mexicano, cuando el conductor decidió tocar un tema que Goyri había evitado durante años: su vida personal.
El actor respiró profundo, bajó la mirada y, tras unos segundos de silencio, dijo lo impensable: “He hecho muchas cosas mal, pero si algo volvería a hacer, sería casarme con ella.
” Nadie esperaba semejante confesión.
En ese instante, la voz firme del galán de los ochenta se quebró.
Era la primera vez que hablaba abiertamente de la mujer que ha sido su sostén, su reflejo y su refugio en medio de los escándalos.
Goyri, conocido por su temperamento y su autenticidad, había pasado años esquivando preguntas sobre su matrimonio.
Los rumores, los titulares y las polémicas habían hecho de su vida privada un campo minado.
Pero esta vez no habló desde la defensa, sino desde el alma.
“Nos conocimos en un momento complicado —reveló—.
Yo venía de errores, de decepciones, de esa soledad que te da la fama.
Y ella… ella apareció sin juzgarme, solo para quererme.
Esa “ella” es Tania Lizardo, su compañera de vida, una mujer que, lejos de los reflectores, ha estado junto al actor en los momentos más duros.
“Es la única que ha sabido calmar mi carácter.
Me conoce más que yo mismo.
Cuando me equivoco, no me señala… me espera.
” La sinceridad de sus palabras resonó con una fuerza inesperada.
En su rostro ya no había la dureza de los villanos que interpretó, sino la vulnerabilidad de un hombre que ha aprendido a amar después de perder.
Durante la conversación, Goyri recordó el día en que la conoció, una tarde cualquiera en un evento de cine.
“Yo no creía en nada —contó—.
Pero cuando la vi, sentí una paz que no entendí.
A veces el amor llega sin estruendo, solo te mira y te desarma.
” Con el paso de los años, su relación se convirtió en una historia de lealtad silenciosa, de complicidad sin necesidad de palabras.
Ella lo acompañó en los momentos en que la prensa lo atacó con dureza, cuando muchos se alejaron, cuando parecía que su carrera se derrumbaba.
“Mientras todos hablaban, ella callaba.
Y en ese silencio me sostuvo.
Por eso digo que me volvería a casar con ella, sin pensarlo.
La confesión no tardó en hacerse viral.
En redes sociales, miles de seguidores se mostraron conmovidos por las palabras del actor.
Algunos lo consideraron una muestra de madurez y redención, otros vieron en su tono una súplica de perdón.
Lo cierto es que detrás del personaje público, se reveló un hombre cansado de las máscaras.
“He sido orgulloso, terco, a veces injusto —admitió—.
Pero ella me enseñó lo que significa quedarse cuando todo se cae.
El actor, que durante décadas construyó una imagen de dureza, se permitió por primera vez hablar del amor con ternura.
“No me importa lo que digan.
A esta edad, ya no quiero aplausos.
Solo quiero paz.
Y esa paz tiene su nombre.
” La cámara lo enfocó de cerca.
Sus manos temblaban.
“Uno no se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde… o hasta que ve lo cerca que estuvo de perderlo.
En un momento de la entrevista, el periodista le preguntó si todavía cree en el matrimonio.
Goyri sonrió con nostalgia: “El matrimonio no es una ceremonia, es levantarte cada día y decidir quedarte.
Yo decidí quedarme, y ella también.
Y eso vale más que cualquier anillo.
La revelación de Goyri tomó aún más fuerza cuando recordó uno de los episodios más difíciles de su vida, aquel en el que sus declaraciones lo colocaron en el ojo del huracán mediático.
“Todos me dieron la espalda.
Todos menos ella.
Me miró y me dijo: ‘Esto también va a pasar’.Y pasó.
Pero si no hubiera estado a mi lado, quizá yo no estaría aquí contándolo.
Su voz se quebró por completo al hablar del futuro.
“No sé cuánto tiempo me quede, pero si volviera a empezar, la buscaría otra vez.
Le pediría matrimonio en el mismo lugar, con las mismas palabras, y esta vez la cuidaría mejor.
” La audiencia quedó en silencio.
Era el tipo de frase que solo se pronuncia una vez en la vida.
Al final de la conversación, el actor levantó la vista y, con una sonrisa serena, concluyó: “He interpretado a villanos toda mi vida, pero ella me enseñó a ser un buen hombre fuera de escena.
”
Las redes se llenaron de mensajes de cariño.
“El villano que nos hizo llorar ahora nos enseña a amar”, escribió una fan.
Otro usuario resumió lo que muchos sintieron: “Sergio Goyri no habló de una mujer, habló de redención.
”
Hoy, su confesión sigue resonando como una declaración de amor en tiempos de fugacidad.
Porque en un mundo donde los romances se apagan rápido, sus palabras son un recordatorio de que el amor verdadero no se grita, se demuestra.
Y así, el hombre que tantas veces fue odiado en la pantalla, logró lo más difícil: emocionar al mundo siendo simplemente él.
Porque, como dijo entre lágrimas, “si el destino me diera otra oportunidad… me volvería a casar por ella.
”