🧨 Entre lágrimas y rabia: así reaccionó el padre de Valeria tras leer la autopsia de su hija 📃🔥
Horas después de que se filtrara el escalofriante informe forense que confirmó que Valeria Afanador no murió por accidente, sino por un acto violento y premeditado, su padre, don Julián Afanador, rompió el silencio.
En un encuentro improvisado con periodistas frente al domicilio familiar, y con el rostro desencajado por el dolor, lanzó una de las declaraciones más potentes que se han escuchado desde que el caso estalló.
“No fue una caída.
No fue una sobredosis.
¡A mi hija la mataron! Y ahora lo dice la ciencia.
Ya no pueden taparlo más.
¡Esto fue un crimen! Y los responsables están ahí afuera, caminando como si nada”, gritó frente a las cámaras, con la voz quebrada pero llena de rabia.
El padre de Valeria no se detuvo ahí.
Con el informe en la mano, mostró algunas páginas a los medios, en las que se detallan lesiones en el cuello, signos de asfixia, y la presencia de sustancias que, según sus palabras, “ella jamás usó”.
“Mi hija tenía planes, tenía sueños, estaba trabajando, estaba viva.
¡No se quitó la vida! Se la arrebataron”, afirmó con furia contenida.
Según testigos del momento, lo que se vivió no fue una simple declaración.
Fue un acto de catarsis, de dolor acumulado y de impotencia transformada en exigencia pública.
La imagen de don Julián alzando el informe, con los ojos llenos de lágrimas, se volvió viral en minutos.
En redes, miles de usuarios lo han llamado “la voz de todos los padres que hoy entierran a sus hijas sin respuestas”.
Pero lo más impactante de su intervención fue cuando rompió la línea entre el dolor personal y la denuncia pública.
Sin decir nombres, lanzó una frase que ahora da vueltas en todos los medios:
“Ellos saben quiénes son.
Los que estaban esa noche.
Los que apagaron las cámaras.
Los que limpiaron la escena.
Y los que callaron después.
A todos los voy a mirar a los ojos… en un juicio o en la cárcel”.
Esta frase encendió las alarmas.
Hasta ahora, la familia se había mostrado prudente, sin acusaciones directas.
Pero con el informe forense confirmado, el discurso cambió radicalmente.
Don Julián anunció que están contratando un equipo legal privado para reforzar la denuncia y acelerar el proceso.
“No vamos a permitir que esto quede como otro caso archivado.
Si la justicia no se mueve, lo haremos nosotros.
Pero alguien va a pagar por esto”, sentenció.
La respuesta de la fiscalía fue inmediata: tras la presión mediática y el impacto de las declaraciones, el Ministerio Público emitió un comunicado confirmando que la investigación ha cambiado de rumbo y ahora se maneja bajo la figura de feminicidio con agravantes.
Esto abre la puerta a una posible imputación en las próximas horas, y se espera que al menos tres personas sean llamadas a declarar nuevamente bajo esta nueva línea de investigación.
Mientras tanto, las redes se convirtieron en una ola de apoyo para la familia Afanador.
El hashtag #JusticiaParaValeria alcanzó más de 2 millones de menciones en menos de 12 horas, y figuras públicas, activistas y periodistas han compartido el video del padre con mensajes de indignación, exigencia y solidaridad.
Pero detrás del ruido mediático, queda una imagen imposible de ignorar: la de un padre, con el corazón roto, alzando el documento que demuestra que su hija no murió… la asesinaron.
Y esa imagen, ese grito, esa rabia contenida en lágrimas, ya no se puede silenciar.