Pedro Sola es una figura emblemática de la televisión mexicana, conocido por su carisma, su humor único y su peculiar estilo en el programa “Ventaneando”.

Aunque muchos lo recuerdan por sus ocurrencias y el famoso error con las marcas de mayonesa que se convirtió en un meme nacional, detrás de esa imagen simpática se esconde una vida llena de lujo discreto, tradición y comodidad.

En 2025, Pedro Sola vive en uno de los barrios más exclusivos de la Ciudad de México, rodeado de recuerdos, historia y detalles que reflejan un estilo de vida refinado pero sin ostentación.

Nacido el 28 de enero de 1947 en Veracruz, Pedro Sola estudió economía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y trabajó en la Secretaría de Hacienda antes de dar un giro inesperado a su carrera.

En 1996, la productora y periodista Paty Chapoy lo invitó a co-conducir “Ventaneando”, un programa de espectáculos que rápidamente se convirtió en un referente en México y América Latina.

Desde entonces, Pedro se ha mantenido como una de las figuras más queridas y constantes del programa.

En 2007, durante un segmento patrocinado en vivo, Pedro confundió dos marcas de mayonesa, McCormick y Hellmann’s, lo que le costó una multa considerable y un descuento en su sueldo.

Sin embargo, lejos de esconderse, Pedro abrazó el meme y supo convertir ese momento en una oportunidad para conectar con un público más joven.

En 2017, abrió un canal de YouTube donde comparte blogs, tutoriales de maquillaje y opiniones, ganando más de 500,000 suscriptores.

Su autenticidad y honestidad sin filtros lo han hecho popular entre millennials y la generación Z.

Pedro Sola vive en un amplio departamento en Polanco, uno de los barrios más exclusivos de la Ciudad de México.

Esta residencia no es una mansión moderna ni un penthouse ostentoso, sino un espacio lleno de historia familiar y recuerdos.

El departamento fue heredado de su madre, quien a su vez lo recibió de su padre, y ha sido su hogar desde 1975.

El valor de esta propiedad se estima en más de 7. 4 millones de pesos debido a su ubicación privilegiada cerca del Bosque de Chapultepec y la avenida Presidente Masarik.

Los muebles vintage, porcelanas delicadas, figuras religiosas y objetos coleccionados durante décadas llenan cada rincón, creando un ambiente cálido que refleja la personalidad de Pedro: sencillo, nostálgico, pero con un gusto refinado.

Aunque Pedro no presume autos deportivos ni fiestas extravagantes, su estilo de vida denota una elegancia sobria.

Prefiere la sastrería clásica y las fibras naturales, con ropa hecha a medida en Europa.

Su guardarropa incluye piezas de diseñadores como Hermenegildo Zegna, Canali, Hugo Boss y accesorios discretos de Gucci.

Su anillo de bodas de platino, un regalo de su esposo, es una joya elegante y cargada de significado personal.

Pedro no posee automóvil propio, debido al tráfico capitalino y a su preferencia por la comodidad, pero utiliza servicios de transporte privado y ha sido visto en vehículos de lujo como Lincoln Navigator, Cadillac Escalade y BMW Serie 7 cuando asiste a eventos o grabaciones.

En 2024, Pedro confirmó que está casado con un hombre mucho más joven, con quien mantiene una relación tranquila y sin dramatismos.

La boda civil se realizó en Madrid, España, de manera íntima y sin presencia de medios.

La pareja vive junta desde principios de los años 2000, manteniendo finanzas separadas y una vida privada muy reservada.

Aunque la diferencia de edad de 30 años ha sido objeto de comentarios públicos, Pedro siempre ha defendido su relación con respeto y sin mostrar preocupación por las opiniones externas.

La pareja suele organizar pequeñas reuniones en casa con amigos cercanos y excompañeros de trabajo, disfrutando de una vida tranquila y discreta.

Pedro y su esposo disfrutan de viajes frecuentes, especialmente a Europa y Estados Unidos.

Madrid, París, Valencia y las costas de Francia e Italia son destinos habituales donde combinan placer y descanso.

Durante sus viajes, rentan autos de lujo como convertibles Mercedes-Benz y Audi A5 cabriolet, no por ostentación, sino por el placer de la experiencia.

En casa, Pedro cocina platillos mexicanos clásicos y recetas mediterráneas sencillas, reflejando su gusto por lo tradicional y lo auténtico.

Aunque no busca la extravagancia, sí cuida cada detalle de su entorno y estilo de vida con un sentido de elegancia y dignidad.

Pedro Sola es conocido también por su franqueza y opiniones directas, que en ocasiones han generado controversia.

Ha protagonizado debates públicos y no teme expresar su punto de vista, incluso cuando esto implica riesgos.

Su autenticidad y carácter han hecho que sea respetado y querido, a pesar de ser una figura excéntrica y a veces gruñona.

Su habilidad para convertir errores en momentos virales y su honestidad han fortalecido su imagen, convirtiéndolo en una figura atractiva para marcas y patrocinadores.

Su presencia en redes sociales y plataformas digitales es activa y rentable, demostrando que la sinceridad puede ser una estrategia efectiva en el mundo del espectáculo.

Pedro Sola demuestra que el lujo no siempre se mide por la ostentación o el brillo superficial.

Su vida en Polanco, rodeado de recuerdos, tradición y comodidad, refleja un tipo de riqueza más profunda: la tranquilidad de vivir bajo sus propias reglas, con autenticidad y respeto por sus raíces.

En un mundo donde la fama y el éxito suelen ir acompañados de excesos, Pedro ofrece una versión diferente del éxito, basada en la sencillez, la historia personal y la dignidad.

Su legado va más allá de la televisión, mostrando que el verdadero lujo es vivir con coherencia y serenidad.