😢¡INSÓLITO! Rubby Pérez llora por su burro perdido y lanza duras palabras contra haitianos
Rubby Pérez, conocido por su poderosa voz y trayectoria en el merengue dominicano, ha protagonizado uno de los momentos más inesperados del año.
En una entrevista reciente, el cantante rompió en llanto al narrar la desaparición de su burro, un animal que, según sus propias palabras, era más que una simple bestia de carga: era un compañero fiel, parte de su día a día rural y símbolo de su conexión con la tierra.
Lo que parecía un relato sentimental pronto dio un giro explosivo.
Con la voz temblorosa y visiblemente afectado, Rubby Pérez no se contuvo y arremetió con fuerza, lanzando acusaciones directas contra ciudadanos haitianos.
“Aquí uno ya no puede tener ni un burro tranquilo, porque vienen los haitianos y se lo llevan como si nada.
¡Eso no es justo!”, exclamó el artista, provocando de inmediato una oleada de reacciones en redes sociales y medios de comunicación.
El cantante aseguró que su animal había desaparecido en horas de la noche, sin dejar rastro, y que varios vecinos le comentaron haber visto a individuos “extraños” rondando su propiedad.
Aunque no presentó pruebas concretas, sus declaraciones bastaron para encender una polémica que va mucho más allá de un burro perdido.
Lo que muchos vieron como un simple acto de desesperación, otros lo interpretaron como una manifestación peligrosa de xenofobia.
Organizaciones defensoras de derechos humanos y colectivos pro migrantes no tardaron en pronunciarse, exigiendo al artista una rectificación inmediata.
Algunos incluso lo acusan de fomentar el odio y señalar injustamente a toda una comunidad vulnerable.
Pero Rubby Pérez no dio marcha atrás.
En declaraciones posteriores, reafirmó su postura y dijo que no está dispuesto a callar lo que, según él, muchos dominicanos piensan pero no se atreven a decir.
“Yo amo mi país y me duele lo que está pasando.
Si eso es ser polémico, que lo sea.
Pero no me voy a quedar callado cuando me roban en mi propia tierra”, sentenció el intérprete, añadiendo que este tipo de delitos están afectando a muchas familias en zonas rurales, y que las autoridades hacen poco o nada para solucionarlo.
El caso, que podría parecer trivial, ha destapado una realidad mucho más profunda: la tensión social entre dominicanos y haitianos, que se ha intensificado en los últimos años por temas de migración, empleo, seguridad y racismo estructural.
La figura de Rubby Pérez, hasta ahora respetada por su legado artístico, ha quedado en el centro de un huracán político y mediático que no da señales de calmarse.
Mientras tanto, el burro continúa desaparecido.
Algunos fanáticos del artista han iniciado campañas en redes para ayudar a encontrarlo, mientras otros han optado por burlarse de la situación con memes que mezclan humor y crítica.
Lo cierto es que el animal se ha convertido, involuntariamente, en símbolo de una disputa que divide opiniones y expone las fisuras más sensibles de la sociedad dominicana.
Por ahora, Rubby Pérez sigue firme en su versión, y no muestra señales de retractarse.
El escándalo no solo ha revivido antiguos resentimientos, sino que ha puesto en evidencia cómo un hecho aparentemente pequeño puede detonar un debate nacional sobre identidad, migración y justicia.
Y mientras muchos se preguntan si el burro aparecerá o no, otros ya lo tienen claro: lo que se perdió aquí va mucho más allá de un animal.
Se perdió la calma… y quizás, algo de humanidad.