La noticia ha tomado por sorpresa al mundo de la farándula nacional tras el anuncio oficial de Pamela Franco, quien confirmó la ruptura de su vínculo profesional con su representante en circunstancias sumamente polémicas.
Este hecho ocurre precisamente después de que el programa de Magaly Medina filtrara información sobre los costos exorbitantes que la artista estaría solicitando por sus presentaciones musicales, especialmente aquellas que incluyen la presencia de “Aladino”.

Según los detalles revelados por el reportaje de la “Urraca”, el presupuesto por el show de Pamela Franco junto a su orquesta ascendería a los 50.000 soles, pero si el cliente desea la participación de Christian Cueva para interpretar solo cuatro canciones, la cifra se eleva a los 70.000 soles.
Es importante subrayar que estos montos no incluyen gastos adicionales como viáticos, pasajes aéreos, transporte terrestre o seguridad, lo que sitúa la tarifa en una de las más altas del mercado actual.
Ante la filtración de estos números y la posible “estafa” o “suplantación” de su imagen, la cantante emitió un comunicado tajante para deslindar responsabilidades y alertar a los promotores de eventos.
“No cuento con manager, representante ni intermediarios autorizados para la gestión de mis presentaciones”, sentenció la artista, exhortando al público a desestimar cualquier contacto previo para evitar información falsa.
Esta decisión de quedarse sin manager en medio de la controversia sugiere una reestructuración interna profunda, mientras críticos del medio aseguran que tendrá que ajustar sus precios para mantenerse vigente en la industria.
La salida de un representante en el mundo de la cumbia suele ser un proceso discreto, pero en el caso de Franco, el anuncio se dio en la madrugada, lo que denota una urgencia por limpiar su imagen tras la exposición de sus tarifas.
Por otro lado, la cantante también se vio envuelta en otra polémica tras las recientes declaraciones de Pamela López, quien reveló haberse sometido a pruebas de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) debido a las infidelidades de Cueva.
López manifestó públicamente sentir “asco” por la situación y agradeció a Dios que sus chequeos médicos resultaron negativos, resaltando el peligro al que estuvo expuesta por la conducta del futbolista.
Consultada por América Espectáculos sobre este tema tan delicado, Pamela Franco mantuvo una postura reservada pero firme, enfocándose exclusivamente en su propio bienestar.
“Yo no puedo hablar de terceras personas, yo estoy bien, eso es lo importante”, declaró la cumbiambera, evitando entrar en conflicto directo con la todavía esposa de Christian Cueva.
Llama la atención que, en esta ocasión, la cantante no salió a defender a “Aladino” con la vehemencia habitual, limitándose a calificar el asunto de las pruebas médicas como un tema “muy privado e íntimo”.

Este informe periodístico analiza cómo la vida profesional y personal de Pamela Franco se entrelaza peligrosamente con los escándalos de su pareja, afectando su credibilidad ante los empresarios del entretenimiento.
La industria de la cumbia observa con escepticismo si el “capricho” de cobrar cifras tan altas será sostenible a largo plazo, especialmente cuando la presencia del futbolista parece ser el principal atractivo y, al mismo tiempo, la mayor fuente de conflictos.
Mientras tanto, la situación de salud y los antecedentes legales de Christian Cueva siguen siendo un lastre para la carrera de la cantante, quien intenta navegar entre el éxito comercial y el repudio de un sector del público.
Pamela Franco concluyó sus breves declaraciones asegurando que se encuentra en un buen estado de salud, restándole importancia a los comentarios de López pero dejando abierta la duda sobre la estabilidad real de su relación.
Desde una perspectiva de crónica de sociedad, este evento marca un punto de inflexión donde la artista debe decidir si su carrera puede brillar por mérito propio o si seguirá dependiendo del escándalo mediático para facturar.
La controversia sobre los 70.000 soles ha generado un debate sobre el valor real del talento frente al morbo mediático, poniendo en tela de juicio si el público está dispuesto a pagar tales sumas por ver a un futbolista cantar.
La desaparición de la figura del manager en su organigrama laboral la obliga a ella misma a dar la cara frente a los empresarios, lo que podría desgastar su imagen si no maneja las negociaciones con astucia.
El silencio de Christian Cueva ante el despido de la manager de su pareja también ha levantado sospechas sobre si él tuvo algo que ver en la decisión o si se mantiene al margen de los negocios de Franco.
Las redes sociales se han inundado de críticas hacia la cantante, acusándola de aprovecharse de la situación personal de Cueva para elevar sus bonos en el mercado musical nacional.
Por su parte, el programa de Magaly Medina continúa hurgando en las finanzas de la orquesta, sugiriendo que existen irregularidades en la forma en que se declaran estos ingresos tan elevados.
La situación legal de Cueva, quien todavía no ha resuelto su divorcio con Pamela López, complica cualquier intento de Pamela Franco por normalizar su relación ante el ojo público.
La revelación de las pruebas de ETS por parte de López ha sido el golpe más bajo en esta guerra mediática, afectando la dignidad de todas las partes involucradas y generando un rechazo masivo hacia el futbolista.

Franco, al decir que “está bien”, intenta proyectar una imagen de mujer empoderada y sana, desmarcándose del historial de promiscuidad que López le atribuye a su actual compañero sentimental.
Este escenario plantea una interrogante sobre el futuro de la cumbia peruana y cómo los escándalos personales pueden terminar sepultando el talento artístico si no se manejan con una comunicación estratégica adecuada.
La falta de un manager profesional deja a Pamela Franco vulnerable ante posibles estafas, algo que ella misma ha reconocido al pedir que no se contacten con intermediarios no autorizados.
Es probable que en las próximas semanas veamos un ajuste en las tarifas de la cantante, ya que la exposición de sus precios ha generado un efecto disuasorio en los promotores de provincias.
La figura de Christian Cueva como “corista” o “invitado especial” parece estar perdiendo fuerza debido a la saturación del tema en los programas de espectáculos y al rechazo que genera su comportamiento personal.
Pamela López, por su parte, parece decidida a no dar tregua, utilizando cada espacio disponible para desenmascarar las conductas de su esposo y, de paso, incomodar la nueva relación del padre de sus hijos.
Franco concluye que lo importante es su paz mental, pero en el mundo de la farándula, la paz es un lujo que pocos pueden permitirse cuando están en el centro de una tormenta de tal magnitud.
La credibilidad de la artista está en juego y solo el tiempo dirá si este cambio de equipo de trabajo le permite retomar una senda de éxito basada en su voz y no en las polémicas de su pareja.
La sombra de la “Urraca” sigue persiguiendo cada movimiento de la cantante, quien ahora debe ser más cuidadosa que nunca con sus contratos y declaraciones públicas.
Seguiremos informando sobre la evolución de este caso, especialmente sobre quién asumirá la representación de la cantante y si habrá una reducción en sus cuestionadas tarifas de presentación.
La historia de Pamela Franco, Christian Cueva y Pamela López continúa escribiéndose entre escenarios, pruebas médicas y comunicados oficiales, manteniendo en vilo a los seguidores de esta intrincada trama de la farándula peruana.