😱 A sus casi 70 años, Sergio Goyri enfrenta las consecuencias del escándalo con Yalitza Aparicio que aún lo persigue
Sergio Goyri fue, durante décadas, sinónimo de fuerza, carácter y talento en la televisión mexicana.
Con su voz grave y su mirada imponente, se ganó un lugar privilegiado en el corazón del público y en las pantallas de Televisa.
Sin embargo, a sus casi 70 años, el actor confiesa que hay un capítulo de su vida que jamás podrá borrar: el escándalo que estalló tras sus comentarios sobre Yalitza Aparicio, la actriz oaxaqueña nominada al Óscar por Roma.
Lo que comenzó como una conversación privada, grabada sin su consentimiento, se convirtió en un terremoto mediático que sacudió su carrera.
En cuestión de horas, el video en el que se escuchaba a Goyri emitir frases despectivas se viralizó en todo el país.
La reacción fue inmediata: miles de críticas, cancelaciones de proyectos y el fin de su reputación como uno de los galanes de la vieja escuela.
“Fue un error que marcó mi vida.
No hay día que no me arrepienta de esas palabras”, admitió el actor recientemente en una entrevista exclusiva.
Su tono, pausado y cansado, dejaba ver el peso de los años y de las consecuencias.
“Yo crecí en una época diferente, donde no había redes sociales, donde las palabras no se amplificaban así.
Pero eso no justifica nada.
Aprendí, a golpes, lo que significa la responsabilidad de hablar.
En aquel momento, muchos colegas le dieron la espalda.
Productores, amigos y hasta fans de toda la vida se alejaron.
“Me dolió profundamente.
Sentí que había perdido todo por un momento de inconsciencia.
Lo que más me afectó fue ver cómo mi familia sufría por algo que yo mismo provoqué.
Goyri, quien alguna vez fue uno de los rostros más cotizados de las telenovelas mexicanas, pasó de los reflectores al silencio.
Durante meses se refugió en su casa, lejos de los medios.
“Me encerré.
No quería ver a nadie, no quería hablar.
Tenía vergüenza.
Y cuando te miras al espejo y no te reconoces, sabes que has tocado fondo.
”
El actor asegura que el tiempo y la reflexión fueron su única medicina.
“No puedo borrar el pasado, pero sí puedo aprender de él.
Yalitza no merecía mis palabras.

Ella representa una nueva generación de talento, y me alegra que haya triunfado a pesar de todo.
”
La reconciliación con el público ha sido lenta.
Aunque algunos lo perdonaron, otros aún lo ven como símbolo de una era que se resiste al cambio.
“Lo entiendo.
La gente tiene derecho a juzgarme.
Pero lo que no pueden negar es que soy humano.
Y los humanos, a veces, fallamos de la peor manera.
”
En los últimos años, Goyri ha intentado retomar su carrera, participando en producciones más pequeñas y apareciendo ocasionalmente en entrevistas.
Pero el brillo de antaño parece distante.
“No me contratan como antes.
Hay productores que me evitan.
No los culpo.
Cuando pierdes la confianza del público, cuesta recuperarla.
”
Pese a ello, el actor no se victimiza.
Más bien, habla desde la humildad de quien ha enfrentado el costo de sus actos.
“Yo fui el culpable de mi caída.
Nadie más.
La fama te da poder, pero también te puede cegar.
Y cuando crees que nada puede tocarte, la vida te demuestra lo contrario.
”
Sobre su relación actual con Yalitza Aparicio, Goyri ha dicho que le gustaría encontrársela para pedirle disculpas personalmente.
“Nunca tuve oportunidad de hablar con ella cara a cara, pero si algún día la veo, lo haré.
No por quedar bien con nadie, sino porque de corazón lo siento.
Fue un error y lo reconozco.

Hoy, a punto de cumplir 70 años, el actor reflexiona sobre lo que verdaderamente importa.
“Después de todo esto, entendí que lo más valioso no son los premios ni la fama, sino la paz interior.
Perdí muchas cosas, pero gané humildad.
Y eso, aunque duela, también es un aprendizaje.
”
Los años han suavizado su carácter, pero no su mirada.
Sergio Goyri sigue siendo el mismo hombre de voz firme, aunque ahora con un tono más introspectivo.
“Antes hablaba sin pensar.
Hoy pienso antes de hablar.
Tal vez es tarde para muchos, pero no para mí.
Quiero irme en paz, sin orgullo ni rencor.
”
El escándalo con Yalitza Aparicio lo marcó, pero también lo transformó.
Detrás del actor endurecido que alguna vez dominó las pantallas, queda un hombre consciente de sus errores, dispuesto a enmendar lo que pueda.
“No busco justificarme.
Solo quiero que la gente vea que aprendí.
Que sigo siendo humano, con aciertos y con fallas.
Y que, aunque la vida me haya cobrado caro, sigo aquí, intentando hacerlo mejor.
”
Una lección amarga, una caída pública, pero también una historia de redención.
Así vive hoy Sergio Goyri: lejos de los reflectores, pero más cerca que nunca de la verdad.