Falleció triste en estado vegetal sin trabajo, su hijastro abusaba, la más bella bella

La historia de Irán Eory es una de aquellas que parecen extraídas de una telenovela: una mujer de belleza extraordinaria, llegada desde tierras lejanas, que conquista la fama con su carisma y talento, pero que tras las cámaras vive una vida marcada por desilusiones, enfermedades y un profundo anhelo de amor.

Su existencia fue un contraste constante entre el brillo del estrellato y las sombras de su vida íntima.

Iran Eory

Nacida como Elvira Teresa Eory el 21 de octubre de 1938 en Teherán, Irán, fue hija de padre austríaco y madre española.

Desde muy joven se vio envuelta en el mundo del glamour, la belleza y la alta sociedad europea.

A los 17 años, representó a España en el certamen de Miss Europa en Mónaco, donde compartió escenario con figuras de la realeza, incluyendo al príncipe Rainiero III, poco antes de su célebre boda con Grace Kelly.

 

Ese primer paso en el mundo del espectáculo abrió las puertas a una carrera que la llevaría por Europa y luego a América Latina.

Su debut cinematográfico llegó con la película El toca la flauta, que marcó el inicio de una carrera prolífica tanto en cine como en televisión.

Pronto, Irán se convertiría en una de las actrices más admiradas del cine mexicano, no solo por su belleza exótica y porte aristocrático, sino por una dulzura y elegancia natural que encantaban a las audiencias.

 

En la década de los 60 y 70, Irán Eory se convirtió en una figura habitual en las pantallas mexicanas.

Participó en más de una docena de películas y luego incursionó en la televisión, donde su imagen quedó grabada en la memoria colectiva gracias a su participación en telenovelas como Los ricos también lloran, María la del Barrio y El privilegio de amar.

 

Su voz pausada, su rostro sereno y su expresión bondadosa la hicieron perfecta para papeles de mujeres nobles, madres comprensivas o damas de alta sociedad.

Irán Eory y el polvo de estrellas - Zenda
Pero detrás de esas actuaciones había una mujer que, aunque sonreía en cámara, guardaba un gran dolor.

 

Uno de los episodios más intensos de su vida fue su relación sentimental con Mario Moreno “Cantinflas”, el comediante más icónico de México.

Su historia fue tan apasionada como compleja.

Él, ya mayor y famoso, quedó cautivado por la belleza y clase de Irán.

Ella, joven y dulce, encontró en Cantinflas una figura paternal y romántica al mismo tiempo.

 

Sin embargo, el amor entre ambos se vio amenazado desde dentro.

El hijo adoptivo de Cantinflas, Mario Moreno Ivanova, no aprobaba la relación.

Según declaraciones de allegados, temía que Irán tuviera influencia sobre su padre y pudiera afectar temas de herencia y decisiones familiares.

Su rechazo fue tan fuerte que terminó por convencer a Cantinflas de romper con ella, justo cuando se hablaba de matrimonio.

22 años después de la muerte de Iran Eory, su hija confirmó el terrible  rumor. - YouTube

Irán quedó devastada.

El golpe emocional fue profundo, pues Mario había sido uno de sus grandes amores.

“Fue una relación sincera, pero marcada por la imposibilidad”, diría más tarde un amigo cercano.

 

Lejos de hundirse, Irán decidió seguir adelante.

Encontró consuelo en su trabajo y en la compañía de sus amigos del medio artístico.

Nunca se casó ni tuvo hijos, una decisión que algunos interpretan como consecuencia del dolor que le dejó su historia con Cantinflas.

Sin embargo, siempre estuvo rodeada de cariño, especialmente por parte de Carlos Monden, su compañero de vida durante más de 20 años.

Aunque no contrajeron matrimonio, su unión fue estable y llena de respeto mutuo.

 

A finales de los años 90, Irán comenzó a mostrar síntomas preocupantes.

Fue diagnosticada con la enfermedad de Vince Wanger, una condición degenerativa y neurológica rara que afectó severamente su movilidad y su calidad de vida.

A pesar de su fortaleza, el avance de la enfermedad fue implacable, alejándola poco a poco de los escenarios y del público que tanto la quería.

El romance fallido entre Cantinflas e Irán Eory - Infobae

El 8 de marzo de 2002, Irán sufrió un desmayo en su casa.

Fue trasladada de urgencia al hospital, donde se le detectó una hemorragia cerebral.

A pesar de los esfuerzos médicos, su estado se complicó, y dos días después, el 10 de marzo, falleció a los 62 años.

La noticia conmocionó al medio artístico y a miles de admiradores.

 

Irán Eory dejó una huella imborrable en la historia del espectáculo mexicano.

Su talento, elegancia y profesionalismo la convirtieron en un referente de la época dorada de las telenovelas.

Más allá de su apariencia, fue una actriz comprometida, humilde y profundamente humana.

 

Hasta el último momento, mantuvo su dignidad.

Nunca protagonizó escándalos, nunca se quejó públicamente, nunca se victimizó.

Fue una dama en toda la extensión de la palabra.

Hoy, su nombre sigue siendo recordado con cariño.

Actrices jóvenes la citan como inspiración.

Sus papeles viven en la memoria televisiva.

Y su historia, entre el glamour y la tristeza, se convierte en un recordatorio de que incluso las vidas más radiantes pueden esconder sombras profundas.

 

La vida de Irán Eory fue una mezcla de luz y oscuridad, de éxito profesional y dolor emocional.

Amó, perdió, luchó y partió, pero dejó tras de sí un legado de belleza, arte y dignidad.

Su historia no solo merece ser recordada, sino también contada con el respeto que se le debe a una mujer que, incluso en la adversidad, jamás dejó de brillar.

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