💔¡Amistad destruida! La mujer que separó para siempre a Los Polivoces y acabó con una era de oro
Durante las décadas de los 60 y 70, no había hogar mexicano que no conociera a Los Polivoces.
Eduardo Manzano y Enrique Cuenca formaron una mancuerna cómica única, con personajes memorables que iban desde los clásicos Shory y Sholo hasta los inolvidables Chano y Chón.
Su química era perfecta, su humor rompía barreras y su fama los llevó a convertirse en referentes absolutos de la televisión nacional.
Pero tras los aplausos y las carcajadas, una tragedia emocional comenzaba a gestarse en silencio.
La relación entre ambos artistas era más que profesional.
Eran amigos, cómplices, casi hermanos.
Compartieron giras, proyectos, y hasta momentos personales intensos.
Sin embargo, según revelaciones posteriores, una mujer cambió el rumbo de su historia para siempre.
Fuentes cercanas al dúo aseguran que Enrique Cuenca comenzó una relación sentimental con una mujer que no era del agrado de Manzano, no solo por diferencias personales, sino porque ella poco a poco empezó a tener injerencia directa en las decisiones profesionales del dúo.
Testigos de aquella época relatan que la nueva pareja de Cuenca influía en guiones, elegía qué contratos firmar y, lo más grave, comenzó a sembrar la idea de que Manzano se estaba quedando con una mayor parte del reconocimiento y las ganancias.
Lo que hasta entonces era una sociedad creativa sólida, se llenó de dudas, resentimientos y discusiones cada vez más frecuentes.
La situación se volvió insostenible.
Manzano, cansado de los conflictos, decidió alejarse temporalmente para no dañar la imagen del dúo.
Pero la pausa nunca tuvo retorno.
Lo que parecía un descanso terminó convirtiéndose en una ruptura definitiva.
En entrevistas posteriores, ambos evitaron hablar mal del otro públicamente, pero las palabras entre líneas eran evidentes: la herida no había sanado.
El público, desconcertado por la repentina desaparición del dúo, empezó a especular.
Algunos hablaban de problemas de dinero, otros de diferencias creativas.
Pero nadie imaginaba que el verdadero motivo tenía nombre y rostro: una mujer que entró al corazón de Cuenca, pero que terminó desplazando el vínculo más importante de su carrera.
A lo largo de los años, Manzano continuó su carrera como actor y comediante, mientras que Cuenca optó por un perfil más discreto.
La distancia entre ellos se mantuvo por décadas.
Se cruzaron esporádicamente en homenajes o eventos, pero nunca volvieron a compartir escenario como antes.
Aquella chispa única, aquella conexión que hacía reír a millones, se apagó para siempre.
Enrique Cuenca falleció en 2000, sin haberse reconciliado del todo con su excompañero.
Manzano, al ser consultado sobre la muerte de su amigo, expresó palabras emotivas, pero también dejó entrever el profundo dolor que arrastraba: “Fuimos grandes juntos… y fue una lástima cómo terminó todo”.
Esa frase resumía décadas de silencio, de nostalgia, de lo que pudo ser y no fue.
Los fans, al descubrir esta verdad, reaccionaron con tristeza.
Saber que una amistad tan poderosa fue destruida por influencias externas dolió tanto como verlos separados.
Lo más cruel fue que aquella mujer, cuya identidad nunca fue revelada públicamente, desapareció de la escena tiempo después, dejando tras de sí solo el eco de una ruptura imborrable.
Hoy, el legado de Los Polivoces sigue vivo en repeticiones, homenajes y videos que circulan en redes.
Pero cada carcajada viene acompañada de una sombra: la del final trágico de una amistad que parecía indestructible.
Y aunque ambos dejaron huella en la historia de la comedia, el vacío de su separación sigue siendo uno de los capítulos más tristes del espectáculo mexicano.
Porque a veces, ni el talento más brillante ni la conexión más profunda pueden resistir el peso de una decisión del corazón.