Ángela Carrasco, a sus 75 años, revela detalles íntimos de su vida y carrera, mostrando cómo la disciplina y el talento la llevaron a convertirse en una figura icónica de la música latina.

¡A sus 75 años, Ángela Carrasco rompe el silencio y revela secretos que conmocionan al mundo de la música! Desde su infancia, Ángela mostró una conexión casi mística con el escenario.
Con apenas siete años, ya grababa cuñas publicitarias y daba clases de guitarra junto a sus hermanas, como si no existiera una línea clara entre la infancia y la vocación artística.
Su timbre cálido y expresivo iluminaba cualquier sala, y la disciplina musical que recibió de su padre, Blas de Jesús Carrasco, la formó para enfrentar los escenarios más grandes del mundo.
Su madre, Ángela Rodríguez, frustrada por obligaciones familiares, la rodeó de silencios que empujaron a la joven a buscar su propia identidad lejos de casa, lo que la llevó a obtener una beca para estudiar en España a los 18 años.
En Madrid, Ángela vivió un momento que definiría su carrera: tras una audición fallida, cantó sola en un pasillo vacío y un productor la escuchó desde la escalera. Esa interpretación cruda y emotiva abrió las puertas a su futuro como cantante profesional.
En 1974 debutó en televisión en el programa “Señoras y Señores”, y un año después conoció a Camilo VI, quien la impulsó a protagonizar la ópera rock “Jesucristo Superstar” como María Magdalena.
La química entre ambos era inmediata: “Recuerdo que una noche, tras un ensayo agotador, me quedé sola repasando una melodía y Camilo, que había regresado por accidente al teatro, me escuchó desde la platea.
Decidió que nadie más podía sostener el papel”, contó Ángela. Esa relación artística marcaría no solo su carrera, sino también la música hispana de la época.

Juntos emprendieron giras por toda América, incluyendo Estados Unidos, donde su presentación en el Madison Square Garden los consolidó como el dúo hispano más importante del momento.
Canciones como “Amigo mío”, “Cuenta conmigo”, “Quiéreme mañana” y “Quererte a ti” se convirtieron en himnos de una generación.
Ángela no solo triunfó en grandes escenarios, sino que también tocó vidas en momentos inesperados, como aquella vez en Ciudad de México cuando ayudó a una niña a calmar los nervios antes de una audición, y años después recibió una carta de agradecimiento de la pequeña.
Su carrera siguió creciendo con cinco álbumes adicionales, consolidando su versatilidad. Destacó en musicales como “My Fair Lady” y grabó discos como “Con Amor” bajo la dirección de Juan Carlos Calderón, con éxitos como “Cariño mío” y “No puedo”.
Colaboró con figuras como Willy Chirino y Celia Cruz en “La Dama del Caribe”, y su actuación en el Festival de Viña del Mar junto a Camilo VI quedó marcada en la memoria del público chileno.
En 1987 decidió radicarse en Estados Unidos, expandiendo su influencia por toda Latinoamérica con álbumes como “Boca Rosa” y “Piel Canela”, ganando premios Billboard y reconocimientos como mejor cantante tropical del año.
Uno de los momentos más emotivos de su carrera ocurrió cuando una mujer mayor en Miami le contó que había cruzado el estrecho en balsa escuchando su canción “Cariño mío” en un cassette viejo, y que su voz le dio fuerzas para sobrevivir.
Tras un período de silencio creativo, Ángela regresó con un álbum homenaje a las décadas de 1940 a 1960 junto a Juan Gabriel, fortaleciendo no solo su legado musical sino también amistades profundas en la industria.
Posteriormente, colaboró con el productor Miguel Sierralta Jr. para grabar baladas románticas adaptadas al estilo mexicano, mostrando una vez más su capacidad de reinvención sin perder su sello personal.

Ángela también incursionó en televisión, participando en programas como “Gran Hermano VIP” y “Tu cara me suena”, donde demostró su versatilidad al imitar a otros artistas y contagiar autenticidad con su risa genuina.
En 2015, recibió el premio a la excelencia musical de la Latin Grammy Recording Academy, consolidando su lugar como pionera de la música latina.
Sin embargo, la vida le presentó pruebas duras: en 2016 sufrió problemas de salud y enfrentó la muerte de Camilo VI, un golpe emocional devastador que aún recuerda con lágrimas.
Ángela confiesa: “Perder a Camilo fue perder a un hermano artístico, a un pilar que creyó en mí desde el primer día. Diez días antes habíamos compartido un almuerzo y nos prometimos colaborar nuevamente”.
A lo largo de su vida, Ángela Carrasco ha demostrado ser una mujer y artista que nunca tuvo miedo de enfrentar la verdad, decir lo que piensa y reinventarse.
A pesar de las críticas, los celos y los comentarios venenosos de la industria, ella sigue de pie, cantando con pasión y autenticidad.
Reconoce los errores, celebra los éxitos y no teme a la polémica: “Todo lo que tengo lo trabajé con disciplina, talento y sinceridad. Si eso es polémico, seré polémica toda la vida”.
Hoy, a sus 75 años, Ángela Carrasco se mantiene como una figura imprescindible de la música hispana, dejando un legado de disciplina, sensibilidad y resiliencia que ha tocado generaciones.
Su historia es un recordatorio de que el talento, acompañado de pasión y verdad, puede atravesar cualquier barrera y permanecer para siempre en los corazones de quienes la escuchan.
