Varios médicos y científicos japoneses destacan la autofagia como un proceso esencial para la longevidad, activado especialmente mediante ayuno intermitente, restricción calórica y hábitos tradicionales como hara hachi bu.

¿Sabías que dentro de ti reside un sistema natural capaz de sanarte, mantenerte delgado y protegerte contra enfermedades como el cáncer? La ciencia japonesa ha desvelado secretos sorprendentes sobre cómo activar este poder a través de hábitos simples pero efectivos.
En este artículo, exploraremos las enseñanzas de cinco renombrados científicos japoneses que han revolucionado nuestra comprensión de la salud y la longevidad, destacando la autofagia, un proceso celular esencial para nuestra supervivencia.
Imagina a un grupo de médicos legendarios, encabezados por el Dr. Yoshinori Osumi, ganador del Premio Nobel.
Este brillante científico descubrió que la autofagia es como una limpieza interna de nuestras células, permitiendo que se deshagan de lo que ya no sirve y regenerándose en el proceso.
“Sin autofagia, nuestras células no pueden sobrevivir”, enfatiza Osumi. Este proceso se activa especialmente durante períodos de ayuno o estrés, lo que ayuda a nuestro cuerpo a repararse, mantener un peso saludable y reducir el riesgo de enfermedades como el cáncer.
Pero, ¿cómo podemos activar la autofagia en nuestra vida diaria? La respuesta está en integrar hábitos inspirados en la cultura japonesa. Uno de los métodos más efectivos es el ayuno intermitente, una práctica que ha sido parte de la vida en Japón durante generaciones.
Esta técnica implica establecer una ventana de tiempo diaria en la que no se ingiere comida, permitiendo que el cuerpo pase de la digestión a la reparación celular profunda.
Investigadores como el Dr. Takayuki Teruya han demostrado que el ayuno no solo ayuda a perder peso, sino que también mejora el metabolismo, aumenta la producción de antioxidantes y podría ralentizar el envejecimiento.

Teruya explica que el ayuno estimula diversas rutas metabólicas, incrementando la generación de energía y fortaleciendo nuestra defensa antioxidante.
Además, este proceso podría tener efectos antienvejecimiento al apoyar los mecanismos de reparación celular. “El ayuno revitaliza el metabolismo y podría extender nuestra vida útil”, afirma el doctor.
Otro consejo valioso proviene de la práctica de *hara hachi bu*, que significa dejar de comer cuando te sientes al 80% lleno.
Esta filosofía, originaria de Okinawa, fomenta una alimentación consciente y una ligera restricción calórica, permitiendo que el cuerpo entre en modo de limpieza celular.
En Okinawa, conocida por su gran cantidad de centenarios, las personas naturalmente han adoptado este enfoque, disfrutando de cenas tempranas y ligeras que favorecen la autofagia.
El Dr. Shigeaki Hinohara, un respetado médico japonés, vivió hasta los 105 años y defendía la idea de mantenerse activo y no retirarse por completo.
Su enfoque era simple: comer ligero, evitar el exceso de azúcar y alimentos procesados, y seguir la práctica de *hara hachi bu*. Además, recomendaba subir escaleras en lugar de usar ascensores y caminar diariamente como parte de un estilo de vida saludable.

La alimentación también juega un papel crucial en el apoyo a la autofagia.
El Dr. Yumi Ishihara, médico personal del primer ministro japonés, promueve un enfoque de ayuno modificado que incluye un desayuno líquido con jugo fresco de zanahoria o manzana, omitiendo el almuerzo y consumiendo una comida sólida al día.
Esta práctica genera largas ventanas de ayuno que favorecen la renovación celular y la autofagia. Ishihara advierte que la mayoría de las personas comen en exceso y aboga por la práctica de *hara hachi bu* para fomentar la longevidad.
Los jugos de zanahoria y manzana son ideales para romper el ayuno. La zanahoria es rica en betacaroteno y vitamina A, beneficiosas para la piel y el hígado, mientras que el jugo de manzana contiene antioxidantes que apoyan la salud digestiva.
Para evitar picos de azúcar en la sangre, se recomienda beber medio vaso primero y esperar unos minutos antes de comer sólidos. Combinar el jugo con nueces o aceite de oliva ayuda a equilibrar los niveles de energía.
Un elixir adicional que apoya la autofagia es el té negro con azúcar negra y jengibre. Este trío no solo es delicioso, sino que también ofrece múltiples beneficios para la salud.
El té negro aporta antioxidantes, el azúcar negra contiene minerales esenciales y el jengibre es conocido por sus propiedades antiinflamatorias.

Para maximizar los beneficios de la autofagia, es importante limitar el número de comidas sólidas al día, idealmente a una o dos, y basar la dieta en alimentos integrales de origen vegetal.
La dieta japonesa tradicional, rica en vegetales, algas, alimentos fermentados, pescado y legumbres, proporciona nutrientes esenciales y apoya la autofagia.
El Dr. Hiromi Shinya, un gastroenterólogo pionero, también enfatiza la importancia de una dieta rica en enzimas naturales de frutas y vegetales frescos, recomendando un enfoque bajo en carne.
Introdujo el concepto del *pequeño ayuno*, un periodo de 16 horas donde se cena temprano y se desayuna tarde, permitiendo al sistema digestivo descansar y facilitar la limpieza interna.
Además, enfatiza la hidratación, sugiriendo comenzar el día con dos vasos de agua para apoyar el metabolismo.
Finalmente, todos estos expertos coinciden en la necesidad de evitar alimentos procesados y el exceso de azúcar.
El consumo elevado de azúcares refinados y harinas blancas eleva los niveles de insulina y suprime la autofagia. Las carnes procesadas y los aditivos químicos también afectan negativamente al metabolismo.
Adoptar estos hábitos inspirados en la sabiduría japonesa no solo puede transformar tu salud, sino que también te puede ayudar a vivir una vida más larga y plena. ¡Es hora de comenzar tu viaje hacia la longevidad y el bienestar!
