Dilan Santiago Castro, un niño de 2 años, murió por asfixia y presentaba signos de desnutrición, lo que indica que su muerte fue un homicidio.

Colombia continúa estremecida por la trágica muerte de Dilan Santiago Castro, el niño de dos años hallado sin vida en zona rural de Usme, Cundinamarca.
El caso, rodeado de dudas, contradicciones y testimonios desconcertantes, avanza de manera acelerada mientras la Fiscalía intenta reconstruir las últimas horas del menor.
En medio del dolor y la indignación nacional, la madre del pequeño decidió hablar, revelando versiones que han generado aún más preguntas y que podrían cambiar el rumbo de la investigación.
Las autoridades confirmaron que el niño no falleció por causas naturales.
El dictamen forense indicó signos de asfixia, lo que apunta a un homicidio, además de un alarmante detalle: el menor presentaba señales de desnutrición y llevaba varios días sin alimentarse adecuadamente.
Estos hallazgos reforzaron la urgencia de esclarecer quiénes estuvieron involucrados en los hechos, pues los investigadores consideran que al menos tres adultos habrían participado, ya sea de manera directa o como determinadores.

Mientras los investigadores regresan una y otra vez a la vivienda donde el niño vivía con su madre para recolectar evidencia, el país observa con atención cada paso del proceso.
Entre las personas bajo revisión se encuentra el padre del menor, Marlon Castro, quien recientemente fue capturado, aunque por un caso de violencia intrafamiliar ajeno a la muerte del niño.
Su situación judicial lo mantiene en el radar de las autoridades, pero hasta el momento no se ha confirmado que su detención tenga vínculo directo con el crimen.
Sin embargo, la historia tomó un giro inesperado cuando comenzaron a circular nuevas versiones provenientes de familiares cercanos.
Una de las más impactantes provino de Valentina Castro, tía del pequeño, quien aseguró que la primera reacción de la madre cuando le preguntó por la supuesta desaparición del niño fue negarlo todo.
Según su relato, una vecina la llamó para contarle que algo malo había sucedido, pero al intentar confirmar la información, recibió una respuesta evasiva.
“Me dijo que dejáramos de inventar chismes”, habría expresado Valentina, quien decidió acudir a la Policía al notar que algo no cuadraba.

Este testimonio generó inquietud, pues contradice la versión inicial según la cual la madre habría sido quien reportó desde el comienzo la desaparición del menor.
Ante esta situación, algunos sectores empezaron a cuestionar si ella podría estar implicada o si habría omitido información relevante.
No obstante, la misma madre habló públicamente para explicar su postura y desviar las sospechas hacia otra persona: un expareja sentimental.
Con evidente angustia, relató que había mantenido una relación que terminó porque, según dijo, esta persona no aceptaba su rol como madre.
“Él quería salir, ir a discotecas, conocer gente. Yo no podía hacer eso porque tenía a mi hijo”, afirmó. Sostuvo que tomó distancia para proteger a su pequeño y aseguró que no descarta que dicha expareja tenga relación con el crimen.
Su declaración abrió una nueva línea de investigación y despertó más interrogantes sobre el entorno del niño y los posibles conflictos recientes dentro de la familia.
A pesar de las distintas versiones, las autoridades no han señalado públicamente a un responsable directo. Los investigadores manejan varias hipótesis y trabajan con un enfoque meticuloso ante la gravedad del caso.
La información recopilada hasta ahora sugiere la participación de más de una persona, lo que hace que la investigación sea especialmente compleja.
La Fiscalía continúa entrevistando a familiares, vecinos y personas del círculo cercano del menor, mientras analiza pruebas recolectadas tanto en la vivienda como en el lugar donde fue hallado el cuerpo.
Lo cierto es que el país entero está consternado. La corta vida de Dilan Santiago terminó de forma brutal, y cada revelación del caso parece sumar más dolor a una historia que ha tocado profundamente a la opinión pública.
La indignación es tal que cientos de ciudadanos han pedido justicia a través de redes sociales, exigiendo que los responsables —quienesquiera que sean— respondan ante la ley.
La madre, visiblemente afectada en sus declaraciones, aseguró que lo único que quiere es que se conozca toda la verdad y que el responsable —o los responsables— paguen por lo que hicieron.
Su testimonio, sin embargo, dejó más dudas que certezas, pues mientras señala a otras personas, hay familiares que cuestionan su actuar en los momentos cruciales. Esta dualidad ha generado un clima de tensión que rodea el proceso judicial.
Mientras tanto, los investigadores avanzan con cautela, conscientes de que cualquier pieza mal interpretada puede desviar la búsqueda de justicia. El caso sigue abierto y cada día surgen nuevos detalles que obligan a replantear lo ocurrido.
El país espera que muy pronto se esclarezcan los hechos y que se haga justicia por el pequeño Dilan Santiago, cuya muerte no puede quedar impune.