La visita de los Reyes a Catarroja, en pleno desastre de la DANA, genera polémica por la falta de coordinación con la alcaldesa y las críticas sobre su enfoque simbólico en lugar de apoyo real a los afectados.
La sorpresa de los vecinos de Catarroja, uno de los municipios más afectados por la DANA en Valencia, fue monumental cuando los Reyes de España, acompañados por la Reina Letizia y las Princesas Leonor y Sofía, se dejaron ver en el mercado local el pasado fin de semana.
La inesperada visita privada, sin previo aviso, causó un revuelo en la localidad, donde muchos se acercaron rápidamente a saludar a los monarcas, posar para fotos y expresar su agradecimiento por el gesto.
Sin embargo, detrás de esta visita aparentemente de apoyo, se desató una polémica que ha dividido a la comunidad, con acusaciones y reproches entre los miembros de la Casa Real y las autoridades locales.
La alcaldesa de Catarroja no tardó en manifestar su descontento con la forma en que se había organizado la visita.
Según su versión, la familia real se centró en realizar un “baño de masas” en lugar de aportar algo más sustancial a los esfuerzos de recuperación tras la devastadora riada.
Aseguró que, en lugar de hacerse fotos en el mercado, los Reyes podrían haber mostrado su apoyo a los trabajadores que aún están limpiando los escombros y ayudando a los afectados, algo que ella consideraba mucho más urgente y necesario en ese momento.
El malestar no solo se limitó a la alcaldesa. En las últimas horas, se ha especulado mucho sobre las intenciones detrás de la visita.
La idea inicial, según algunas fuentes, era que fuera la Princesa Leonor quien participara en actividades de campo, como limpiar el barro en las zonas afectadas, con la intención de mostrar una imagen de cercanía y trabajo solidario.
Sin embargo, este plan se desechó, y lo que los medios presentaron como una muestra de solidaridad se transformó en una situación algo incómoda.
Algunos comentaron que la imagen de Leonor participando en labores de limpieza hubiera parecido un “numerito”, un acto más enfocado en la imagen que en un apoyo real a los afectados.
Este lugar se vio inundado de atención mediática, ya que fue el escenario de un encuentro inusual con los monarcas, quienes disfrutaron de una comida típica.
Sin embargo, las críticas no se hicieron esperar.
Los detractores señalaron que, aunque esta parada sirvió para dar visibilidad a un negocio local, la familia real podría haber sido más útil visitando otras zonas o mostrando su apoyo a los equipos de rescate.
La alcaldesa de Catarroja, en particular, cuestionó las prioridades de la Casa Real al no optar por una visita a las zonas más castigadas por las lluvias y, en su lugar, centrarse en un acto simbólico que algunos consideraron superficial.
La tensión se agravó cuando trascendió que la Alcaldesa de Catarroja había sentido que la Casa Real había ignorado su autoridad al no avisarla de antemano sobre la visita, lo que avivó aún más la controversia.
En su opinión, la visita no reflejaba la verdadera situación del municipio, pues en sus palabras, aún quedaba mucho por hacer para limpiar y restaurar las zonas afectadas.
De acuerdo con su perspectiva, lo que el pueblo necesitaba no eran visitas de alto perfil, sino un apoyo constante y tangible por parte de las autoridades.
Sin embargo, mientras algunos políticos y periodistas se centraban en las críticas, los ciudadanos que tuvieron la oportunidad de interactuar con los Reyes parecían emocionados por el encuentro.
Muchos agradecieron la presencia de la familia real, aunque algunos no pudieron evitar señalar que las imágenes de los monarcas rodeados de multitudes, abrazos y fotos daban una sensación de normalidad que, en su opinión, no reflejaba la verdadera gravedad de la situación.
La visita, que había comenzado con la intención de ser un gesto de apoyo, terminó siendo vista por algunos como un acto protocolario vacío, en lugar de un esfuerzo genuino para contribuir a la recuperación de las zonas afectadas.
No obstante, algunos han defendido la visita, argumentando que es común que los monarcas realicen este tipo de apariciones públicas como una forma de mostrar solidaridad en tiempos difíciles.
Además, en las imágenes filtradas, se puede ver a Leonor y Sofía interactuando de manera cálida con los vecinos, lo que, según ciertos comentaristas, debería interpretarse como un acto de cercanía y empatía, aunque la controversia persiste sobre si esto es suficiente.
La situación ha puesto en evidencia la creciente brecha entre la Casa Real y las autoridades locales, que en algunos casos se sienten desplazadas o ignoradas.
La alcaldesa de Catarroja, que ha sido particularmente vocal en su desaprobación, se ha convertido en el rostro de una crítica generalizada contra lo que algunos perciben como una gestión poco sensible de la crisis por parte de los monarcas.
Mientras tanto, la familia real sigue sin emitir una respuesta directa a las acusaciones, lo que ha alimentado aún más la especulación sobre sus verdaderas intenciones.
En los próximos días, se espera que la polémica continúe alimentando los titulares de prensa, con la posibilidad de que surjan nuevos detalles sobre el alcance de la visita y sus consecuencias políticas.
Para algunos, lo que comenzó como un gesto solidario ha dejado al descubierto tensiones ocultas y problemas de comunicación entre la monarquía y los gobiernos locales, lo que podría tener repercusiones a largo plazo.
El debate sobre la visita de los Reyes a Catarroja es solo una pequeña muestra de la creciente insatisfacción que algunos sectores sienten hacia la Casa Real en tiempos de crisis.
Mientras los monarcas buscan mantener su imagen pública y cumplir con su rol simbólico, la pregunta que queda en el aire es si este tipo de actos realmente contribuyen a la solución de los problemas reales o si, por el contrario, solo sirven para perpetuar una imagen de normalidad que no se corresponde con la dura realidad que viven muchos ciudadanos afectados por la DANA.