La Reina Letizia sorprende con un audaz regreso al estilo “crimped hair” de los años 80 durante su visita al Monasterio de Yuso, desatando comentarios sobre su originalidad y su influencia en la moda.
La Reina Letizia ha vuelto a ser el centro de atención, pero esta vez no por sus compromisos oficiales ni por su estilo impecable, sino por su elección capilar, que ha desbordado las redes y los medios.
Durante su reciente visita al Monasterio de Yuso, en La Rioja, para presidir la clausura del XVII Seminario Internacional de Lengua y Periodismo, Letizia sorprendió a todos con un peinado que se ha convertido en todo un fenómeno: pequeñas ondas en zig zag, un estilo conocido como ‘crimped hair’ que fue furor en los años 80 y 90.
Un estilo que, según los expertos, no sólo refleja un regreso al pasado, sino también un fuerte mensaje de nostalgia y tendencia.
Este estilo de cabello, tan característico de las décadas pasadas, no tardó en despertar comentarios.
Las ondas en zig zag, que eran vistas como el epítome de la moda juvenil de los años 80, fueron rápidamente apodadas por muchos como el “pelo frito”, un término coloquial que evoca recuerdos de tiempos en que las planchas de crimpar estaban en su apogeo.
Lo curioso es que, a pesar de haber sido muy popular en su época, muchos consideraron que este peinado parecía estar fuera de lugar en el siglo XXI.
Sin embargo, Letizia ha logrado no solo revitalizarlo, sino también darle un toque de modernidad, combinándolo con su elegante estilo habitual.
La Reina, quien ya ha demostrado en múltiples ocasiones su capacidad para marcar tendencias y recuperar estilos pasados con un giro contemporáneo, no solo llevó este peinado, sino que lo hizo con una elegancia que pocos esperaban.
El peinado, realizado con una plancha de crimpar, que se puede encontrar fácilmente en plataformas como Amazon, ha sido uno de los temas más comentados en redes sociales, donde muchos se han preguntado si este regreso a los años 80 es una señal de que la moda está dando un giro hacia el pasado.
Otros, por su parte, lo han visto como un intento de Letizia de sorprender con algo audaz, demostrando que no teme jugar con su imagen, incluso a riesgo de romper ciertas normas no escritas de la moda actual.
A su llegada al Monasterio de Yuso, la Reina Letizia fue recibida con una sonrisa y un estilo impecable que, más allá de su peinado, dejó claro que sigue siendo una de las figuras más influyentes en cuanto a moda en la realeza.
En cuanto a su atuendo, Letizia optó por un conjunto de abrigo negro de Carolina Herrera, un clásico que ya ha utilizado en varias ocasiones, incluido su viaje a Italia en 2023.
El abrigo, con un corte de paño largo y una silueta tipo batín, era perfecto para protegerse del frío, mientras que su elección de pantalones grises y botas negras le otorgó un aire de sofisticación moderna.
No es la primera vez que la Reina apuesta por prendas que se han convertido en básicos de su vestuario, lo que refleja su sentido práctico y a la vez estiloso.
Sin embargo, el look de Letizia no se limitó a lo que llevaba puesto, sino que se extendió también a sus joyas.
La Reina optó por unos pendientes bañados en oro de la firma Singularu, modelo Zinnia, que había estrenado en noviembre durante una audiencia con los atletas olímpicos y paralímpicos españoles.
Combinados con su anillo de la firma Coreterno en el dedo índice, estos detalles añadieron un toque de lujo discreto, que complementó a la perfección su outfit.
Mientras Letizia deslumbraba en La Rioja, el Rey Felipe VI se encontraba en Madrid, presidiendo dos importantes actos.
El primero, en la Universidad Complutense, fue la ceremonia de entrega de despachos a los nuevos fiscales del Estado, un acto formal y solemne que refleja el papel central de Felipe VI en la administración de justicia del país.
El segundo, en el Palacio de La Zarzuela, tuvo lugar en el marco de la XXXV reunión del Patronato de la Fundación Carolina, una institución dedicada a promover las relaciones culturales y la cooperación en el ámbito educativo y científico entre España y los países de la Comunidad Iberoamericana de Naciones.
Mientras tanto, Letizia, en su rol de Reina consorte, destacaba en su acto, rodeada de periodistas y expertos, mostrando su capacidad para brillar tanto en eventos culturales como en su representación de la lengua y el periodismo en España.
Pero sin duda, lo que más ha llamado la atención ha sido el peinado de Letizia. El regreso del “pelo frito” ha dividido opiniones.
Algunos lo ven como una forma audaz y fresca de conectar con las generaciones pasadas, mientras que otros lo consideran un paso atrás en términos de estilo.
Lo cierto es que este peinado, aparentemente sencillo, ha hecho que los reflectores se vuelvan a centrar en la Reina, y en cómo sigue sorprendiendo con sus decisiones de moda.
La tendencia ‘crimped hair’ ha vuelto con fuerza, y Letizia ha sido una de las primeras en ponerla de nuevo en el centro de la escena.
Algunos expertos en moda han señalado que el uso de este estilo puede ser una declaración de intenciones por parte de la Reina, una forma de mostrar que, aunque siempre está a la vanguardia, no tiene miedo de jugar con el pasado y traerlo de vuelta al presente.
La recuperación de tendencias retro es algo que hemos visto en numerosas pasarelas de todo el mundo, y Letizia, como una figura pública que sigue de cerca las tendencias internacionales, ha logrado adaptarlas de forma impecable a su propio estilo personal.
Lo cierto es que Letizia, más allá de cualquier crítica o halago, sigue demostrando su capacidad para influir en la moda, no solo dentro del ámbito de la realeza, sino también a nivel global.
Su capacidad para sorprender, ya sea con su vestimenta o con sus elecciones capilares, es un testimonio de su habilidad para mantenerse relevante en un mundo donde la imagen juega un papel crucial.
Y aunque algunos no compartan su decisión de recuperar el “pelo frito”, lo que está claro es que Letizia ha logrado una vez más captar la atención, y esta vez, ha sido gracias a un peinado que, sin lugar a dudas, es la sensación del momento.
El “crimped hair” no es solo un recuerdo de los años 80, sino una afirmación de que la moda siempre puede dar un giro, y Letizia está allí para demostrarlo.