Zulma Guzmán, economista colombiana capturada en Londres, negó su responsabilidad en el envenenamiento con talio que causó la muerte de dos niñas y generó conmoción nacional.

En un giro sorprendente de los acontecimientos, Zulma Guzmán, la economista colombiana capturada en Londres, ha roto su silencio sobre el escalofriante caso de envenenamiento de dos niñas con frambuesas contaminadas con talio.
Durante una entrevista exclusiva, Guzmán insistió en su inocencia, mientras que la fiscalía la señala como la principal sospechosa de un crimen que ha conmocionado al país.
La historia se remonta a abril de 2020, cuando las niñas, Inés de Bedout y una menor de apellido Forero, fallecieron tras consumir frambuesas que, según las investigaciones, estaban envenenadas.
La primera niña murió el mismo día que ingirió ocho frambuesas, mientras que Inés, que comió cinco, falleció días después. Este trágico suceso dejó a muchas familias devastadas y una serie de preguntas sin respuesta.
En la reciente entrevista, Guzmán no solo defendió su inocencia, sino que también dejó entrever dudas sobre la muerte de Alicia Grahan Sardi, esposa de Juan de Bedout, quien también fue encontrada con talio en su organismo.
“¿Quién cremó a la señora? Me imagino que el que ordena es el esposo”, comentó Guzmán, sugiriendo que hay más en esta historia de lo que se ha revelado hasta ahora.
La fiscalía, por su parte, ha estado investigando el caso durante más de ocho meses, recopilando pruebas que apuntan a la culpabilidad de Guzmán.

La economista, que había estado en contacto con las víctimas, se encontraba en Londres cuando fue arrestada. Se rumorea que intentó quitarse la vida en el río Támesis, lo que añade un nivel de dramatismo a esta ya compleja narrativa.
En la entrevista, Guzmán se mostró tranquila y confiada, afirmando que las frambuesas eran un alimento común en su dieta, y que no tenía nada que ver con el envenenamiento.
“Yo realmente utilizaba esas frambuesas con muchísima frecuencia”, dijo, intentando desviar la atención de las acusaciones en su contra.
Florencio Sánchez, director de Focus Noticias, quien llevó a cabo la entrevista, destacó que Guzmán había pedido frambuesas regularmente, incluso dos veces por semana. “Ella asegura que su dietista sabía que formaban parte de su dieta”, explicó Sánchez.
Sin embargo, la fiscalía ha encontrado evidencia que contradice esta afirmación, sugiriendo que las frambuesas envenenadas fueron enviadas a propósito a Guzmán.
El caso ha atraído la atención de expertos y criminólogos, quienes han tratado de desentrañar el misterio detrás de este macabro envenenamiento.
“Es el caso más enigmático, más macabro que he cubierto en mi vida”, afirmó Sánchez, dejando claro que la complejidad de la situación supera cualquier guion de Hollywood.
“Cada vez que se conoce un dato, las cosas no cuadran”, añadió, evidenciando la confusión que rodea a este caso.
Zulma Guzmán también abordó la cuestión del talio, un veneno raro y difícil de conseguir. “El talio no se encuentra fácilmente en ninguna parte del mundo”, explicó, sugiriendo que alguien podría haber tenido acceso a él con intenciones maliciosas.
Este comentario resalta la posibilidad de que existan otros actores involucrados en el caso, lo que podría cambiar la dirección de la investigación.

La relación de Guzmán con Juan de Bedout, el padre de una de las niñas fallecidas, también ha sido objeto de escrutinio. Guzmán afirmó que su relación no era extramatrimonial, a diferencia de la de Bedout, quien estaba casado en ese momento.
Durante la conversación, se mencionó que Guzmán había intentado colocar un GPS en el coche de Bedout, lo que podría interpretarse como un acto de celos o una búsqueda de control.
“Eso fue tomado como algo jocoso”, defendió Guzmán, aunque esta acción ha alimentado la especulación sobre su estado mental y sus verdaderas intenciones.
El impacto de este caso en la sociedad colombiana ha sido profundo. Las familias de las niñas afectadas han expresado su dolor y su deseo de justicia, mientras que la comunidad en general se enfrenta a la realidad de un crimen tan atroz.
“No sé qué va a pasar, pero sé que van a ocurrir más cosas que conmocionarán al país”, concluyó Sánchez, dejando a la audiencia con la inquietante sensación de que esta historia aún no ha terminado.
Con cada nueva revelación, el caso Talio se adentra más en el territorio del misterio y la conspiración, desafiando a las autoridades y a la sociedad a buscar respuestas en medio de la tragedia.
Mientras tanto, Zulma Guzmán continúa clamando su inocencia, y la verdad detrás de este oscuro episodio sigue siendo un rompecabezas por resolver.
