La vida de don Juan de Borbón estuvo marcada por infidelidades, secretos y una aristócrata griega que casi le cuesta el trono, siguiendo el mismo patrón que su hijo, el rey Juan Carlos I.
La figura de don Juan de Borbón, padre del rey emérito Juan Carlos I, ha sido una de las más polémicas y complejas dentro de la historia de la familia real española.
Hijo de Alfonso XIII y padre de reyes, don Juan no solo destacó por su destino real, sino también por su vida amorosa, plagada de infidelidades que marcaron no solo su matrimonio, sino el de su propio hijo, el rey Juan Carlos.
El conde de Barcelona fue un hombre de deseos y pasiones que dejó tras de sí una estela de romances, abandonos y secretos familiares, muchos de los cuales salieron a la luz con el paso de los años.
Su matrimonio con la infanta María de las Mercedes de Borbón y Orleans en 1935 fue, en principio, una unión forzada por las circunstancias del exilio y la necesidad de procrear un heredero al trono.
Sin embargo, su relación nunca fue del todo feliz, y aunque tuvo cuatro hijos con su esposa, don Juan nunca mostró un interés verdadero por ella.
En las sombras de su vida matrimonial, se gestaron múltiples aventuras extramatrimoniales que marcaron profundamente su vida personal.
El conde de Barcelona, al igual que su hijo Juan Carlos, no pudo evitar la tentación de las mujeres. A lo largo de su exilio, cultivó numerosos romances, aunque siempre con un perfil bajo, tratando de evitar que sus devaneos se convirtieran en un escándalo público.
Sin embargo, su actitud hacia el matrimonio y las mujeres fue clara: su esposa no era la mujer que realmente deseaba.
Según diversas fuentes, don Juan se sentía atrapado en una relación que no le satisfacía y, por ello, buscaba el consuelo en otras mujeres.
No obstante, a pesar de la cantidad de amantes, nunca dejó descendencia ilegítima, y sus conquistas se mantuvieron en secreto, lejos del ojo público.
En el documental Los Borbones: una familia real, se recogen las declaraciones de José García Abad, quien revela que don Juan confesaba con total desparpajo que le atraían las mujeres ricas y monárquicas, aquellas que, a su juicio, querían hacer méritos o las que lo hacían por esnobismo.
Su visión sobre las mujeres no era la más halagadora, y se sentía más atraído por la idea de conquistar a quienes le ofrecían poder, dinero o una posición social destacada.
Esta actitud se mantenía incluso en sus comentarios sobre su propio papel como miembro de la familia real, donde se refería a los reyes como “sementales de buena raza”, cuya principal misión era perpetuar la especie, procreando una y otra vez con la misma “vaca”.
Aunque sus relaciones extramatrimoniales nunca se hicieron públicas de manera escandalosa, no fueron un secreto dentro del círculo cercano de la familia real.
De hecho, en los últimos años de su vida, cuando las grabaciones de las conversaciones entre el rey Juan Carlos y Bárbara Rey salieron a la luz, quedó claro que la infidelidad era una costumbre muy arraigada en los Borbones, pues no solo su hijo, sino también su padre, siguieron los mismos pasos en lo que respecta a su vida amorosa.
Uno de los episodios más comentados de su vida fue su relación con una aristócrata griega, que casi le lleva a dejar a su esposa. Don Juan, como su hijo en su momento, se planteó abandonar a la infanta María de las Mercedes para vivir con su amante.
Sin embargo, la posibilidad de renunciar a su papel de heredero y al trono de España fue algo que finalmente le hizo desistir. Si se hubiera casado con su amante, habría perdido su derecho a reinar, lo cual para él resultaba impensable.
Además, su vida extramatrimonial tuvo un impacto directo en su matrimonio, que desde el principio estuvo marcado por la falta de compenetración.
Don Juan y María de las Mercedes vivieron una relación a la deriva, pues, mientras él se entregaba a sus amantes, su esposa lo toleraba, aunque también sufría en silencio.
Pilar Eyre, experta en la Casa Real, ha detallado cómo la relación de don Juan con su esposa fue prácticamente inexistente desde su boda, y su falta de presencia durante el nacimiento de su primer hijo varón, Juan Carlos, también ha sido un tema recurrente de conversación.
Se cuenta que el padre de don Juan, el rey Alfonso XIII, le habría “cambiado” el bebé recién nacido por otro niño asiático en un intento de escarmentarlo por su falta de implicación familiar.
Aunque algunos defienden la versión de que don Juan estaba de cacería, otros aseguran que estaba en compañía de su amante en ese preciso momento.
Los romances de don Juan de Borbón, aunque menos visibles que los de su hijo Juan Carlos, dejan claro que la infidelidad estaba presente en la familia real española mucho antes de que el rey emérito protagonizara su propio escándalo.
A pesar de ser un hombre de familia y haber sido, en teoría, el futuro rey de España, su vida personal estuvo marcada por un desapego total hacia su esposa y una continua búsqueda de placeres extramatrimoniales.
Este patrón se repitió de generación en generación, y aunque don Juan no llegó a ser rey, su vida y sus decisiones influenciaron las de su hijo, el rey Juan Carlos I, quien siguió una trayectoria similar en su vida amorosa, marcada por las infidelidades, los secretos y los escarceos amorosos que tanto han dado que hablar a lo largo de los años.
El legado de don Juan de Borbón, con su vida de lujo y promiscuidad, sigue siendo una de las páginas más oscuras y fascinantes de la historia de la familia real española.
Aunque su figura nunca alcanzó la relevancia política que pretendió, su influencia dentro de la monarquía española fue clave para entender los derroteros de sus descendientes, tanto en lo personal como en lo institucional.
Los amores secretos y la vida extramatrimonial de don Juan de Borbón siguen siendo un tema recurrente en los análisis sobre la Casa Real, ya que demuestran que, a pesar de su origen noble, los Borbones no siempre han sido un ejemplo de rectitud y moralidad.