La Princesa Leonor a Bordo del Juan Sebastián Elcano

La Princesa Leonor inicia una travesía de formación a bordo del histórico buque Juan Sebastián Elcano, donde vivirá sin privilegios junto a sus compañeros y enfrentará una experiencia única de disciplina y aprendizaje.

 

La vida de la Princesa Leonor a bordo de 'Elcano': de su camarote  compartido a cómo es por dentro

 

La Princesa Leonor se adentra en una nueva fase crucial de su formación militar que marcará un hito en su vida.

El próximo 8 de enero de 2025, la heredera al trono embarcará en el Buque Escuela Juan Sebastián Elcano, una travesía de cinco meses que recorrerá 17.000 millas náuticas y la llevará a conocer ocho países.

Este viaje será una experiencia única que le permitirá continuar con su formación en la Escuela Naval de Marín, pero también es una oportunidad para sumergirse en la vida a bordo de una de las embarcaciones más icónicas de la Armada Española.

La Princesa, acompañada de 75 compañeros de promoción, experimentará la vida en alta mar, una rutina que no incluye privilegios, sino disciplina, trabajo en equipo y formación.

El Juan Sebastián Elcano, con una eslora de 113 metros, es un barco de gran envergadura que ha sido testigo de innumerables viajes alrededor del mundo. A pesar de su grandeza, a bordo reina un ambiente de austeridad, especialmente para los estudiantes.

Leonor compartirá un camarote con otros compañeros y vivirá bajo las estrictas normas de la embarcación.

En los camarotes, los guardiamarinas, incluido ella, dormirán en literas, cada uno con su taquilla personal y una cortina para dar algo de intimidad.

Todo está compartimentado de manera eficiente, pues cada espacio tiene un propósito y las comodidades están pensadas para la formación y la convivencia.

El barco se divide en distintas zonas: el área de trabajo y navegación y la zona más privada para la tripulación. En el corazón de la nave se encuentra un gran pasillo, que conecta las diferentes áreas, y varias salas que sirven para clases, estudios y actividades.

La sala más grande es la que se utiliza para las clases teóricas, donde los estudiantes aprenden materias como navegación, meteorología e ingeniería mecánica civil, entre otras.

En este mismo lugar, los alumnos tienen la oportunidad de disfrutar de momentos de recreo y esparcimiento, como conciertos, proyecciones de cine y pequeñas representaciones teatrales.

La vida a bordo es exigente, pero también ofrece espacios para el ocio y el contacto humano.

 

Leonor en Marín

 

Los días en el Juan Sebastián Elcano siguen una rutina rigurosa. Desde el alba, los guardiamarinas se relevan en sus guardias y, a lo largo del día, participan en clases teóricas y maniobras prácticas, que se vuelven progresivamente más desafiantes.

Durante las primeras semanas, las maniobras son supervisadas por oficiales de la Armada, pero en la segunda fase del viaje, los propios estudiantes asumen la responsabilidad total de las guardias y la navegación, poniendo en práctica lo aprendido.

La formación no solo se centra en aspectos técnicos, sino también en valores fundamentales como el honor, la lealtad, el valor y el compañerismo, esenciales para cualquier miembro de la Armada.

El día a día en el buque está lejos de ser relajado. En su tiempo libre, los guardiamarinas se dedican a actividades sencillas, pero enriquecedoras: lectura, música, deportes y, por supuesto, la vida en cubierta, disfrutando de las vistas del mar y las ciudades que van visitando.

Aunque la travesía es larga y compleja, con días que pueden transcurrir sin pisar tierra firme, a bordo se intenta hacer la experiencia lo más cómoda posible, con una oferta de entretenimiento y conectividad que permite a los estudiantes mantenerse al tanto de la actualidad y mantenerse en contacto con sus familias.

La Princesa Leonor, como el resto de los alumnos, participará de una experiencia única. No será una tarea fácil, pero será fundamental para su formación, tanto profesional como personal. Su jornada comenzará con la obligación de cumplir con el horario y las tareas diarias.

Los alumnos se distribuyen en turnos de trabajo y descanso, y su principal función a bordo será colaborar en las maniobras y en el aprendizaje de todas las técnicas necesarias para convertirse en futuros oficiales de la Armada.

Además de las materias académicas, la formación incluye enseñanzas prácticas como maniobras a vela, navegación astronómica y el manejo de equipos de comunicación, entre otras.

 

El sollado de Guardamarinas

 

Durante la travesía, el barco visitará ocho países, comenzando su ruta en Santa Cruz de Tenerife, luego continuando hacia Las Palmas de Gran Canaria, antes de cruzar el Atlántico hacia América.

Los puertos que marcarán el trayecto serán Salvador de Bahía (Brasil), Montevideo (Uruguay), Punta Arenas (Chile), Valparaíso (Chile), El Callao (Perú), Ciudad de Panamá (Panamá), Cartagena de Indias (Colombia), Santa Marta (Colombia), Santo Domingo (República Dominicana) y Nueva York (Estados Unidos).

En cada puerto, los alumnos tienen la oportunidad de conocer la cultura local y el sistema naval de los países que visitan, fortaleciendo los lazos internacionales y compartiendo el conocimiento de la Armada Española con otros marineros y autoridades.

La vida en el Juan Sebastián Elcano está pensada para que los alumnos vivan y trabajen como un equipo, sin privilegios.

Leonor convivirá con compañeros de distintas edades y rangos, incluidos oficiales, suboficiales y profesores, quienes han recibido formación en diversas escuelas militares antes de embarcar en esta aventura.

A bordo, todos tienen los mismos derechos y obligaciones, y la Princesa no será tratada de forma diferente a los demás estudiantes.

Según fuentes del Ministerio de Defensa, la experiencia de la Princesa Leonor será la misma que la de sus compañeros: convivencia en camarotes compartidos, participación activa en la formación y las maniobras, y la misma exigencia de disciplina que el resto.

 

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En cuanto a la comida, los guardiamarinas disfrutan de una dieta variada y equilibrada, que incluye productos frescos, sopas, ensaladas, carne, y en algunos puertos, se introducen platos locales.

Durante las travesías largas, como la que cruza el Atlántico, las provisiones pueden llegar a escasear, pero la tripulación se organiza para garantizar que siempre haya suficiente comida disponible para todos.

La travesía también implicará desafíos personales y emocionales para la Princesa, que pasará largas temporadas sin ver a su familia.

Sin embargo, la conexión con su madre, el Rey Felipe VI, y su hermana, la Infanta Sofía, será constante, y la tecnología a bordo permitirá mantener un contacto cercano con ellos.

La experiencia servirá para que Leonor se forme no solo como futura Reina, sino como persona, aprendiendo de las dificultades, compartiendo con los demás y asumiendo responsabilidades.

El viaje del Juan Sebastián Elcano, que finalizará en julio de 2025, será una experiencia inolvidable y formativa para la Princesa Leonor.

Esta travesía por alta mar representará no solo un desafío físico y mental, sino también una oportunidad para crecer como persona, mientras experimenta la vida en una embarcación que ha sido testigo de casi un siglo de historia naval.

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