Descubre los oscuros y misteriosos sótanos del Palacio Real, un lugar al que nunca ha llegado ni la Reina Letizia.
El Palacio Real de Madrid, una de las residencias más emblemáticas y lujosas de la monarquía española, guarda en su interior misterios que van más allá de las impresionantes estancias que todos conocemos.
Con más de 135.000 metros cuadrados y 3.418 habitaciones, la majestuosidad del palacio no se limita solo a las zonas abiertas al público.
De hecho, existen rincones que permanecen completamente cerrados a cal y canto, como los enigmáticos sótanos del Palacio, un mundo subterráneo que ha permanecido prácticamente desconocido, incluso para la propia Reina Letizia, quien rara vez pone pie en esos inhóspitos pasillos.
En un reciente video, Patrimonio Nacional ha permitido que los ojos curiosos de los espectadores se adentren en esos espacios oscuros y prácticamente deshabitados, accesibles solo con linternas.
Los sótanos, una de las áreas más enigmáticas del Palacio Real, están alejados del lujo y esplendor que caracterizan los salones y habitaciones frecuentados por los Reyes Felipe y Letizia.
Con una extensión de cerca de un kilómetro de pasillos y dos plantas que descienden más de 20 metros bajo el nivel del suelo, los sótanos parecen pertenecer a otro mundo, uno de los cuales es imposible imaginar en un lugar tan icónico y opulento.
Según las fuentes de Patrimonio, estos pasillos subterráneos no solo son de difícil acceso, sino que carecen de luz natural, lo que los convierte en espacios aún más desconcertantes.
De hecho, uno de los detalles más impresionantes es la existencia de un tragaluz oculto, por donde se filtra algo de luz y que parece indicar que hay más pasillos y estancias a lo largo de estos sótanos olvidados.
Se trata de un área donde la quietud y el misterio prevalecen, y según los testimonios de los trabajadores que se aventuran en estos pasajes, rara vez se ve a alguien en ellos.
Lo que estos sótanos han sido en el pasado es tan fascinante como su actual abandono. Durante años, esta parte del Palacio albergó la cocina, los talleres, la cerrajería, y hasta los almacenes.
En aquellos tiempos, los empleados del Palacio transitaban a diario por esos oscuros pasillos, ajenos al lujo que se respiraba en las zonas nobles del edificio.
Hoy, en cambio, estas dos plantas subterráneas permanecen casi deshabitadas y casi nadie se acuerda de su existencia, lo que añade una capa más de misterio a la historia del Palacio Real.
Patrimonio Nacional ha abierto ahora una ventana a este espacio, invitando al público a explorar virtualmente lo que, en su mayoría, permanece oculto y inaccesible.
El Palacio Real no solo es conocido por su arquitectura impresionante, sino también por los secretos que guarda en sus paredes.
Construido en el siglo XVIII por el arquitecto Filippo Juvara, se decía que el edificio fue diseñado para ser cuatro veces más grande de lo que es, pero el altísimo costo de la obra hizo que esta ambiciosa propuesta se desechara.
Durante su construcción, algunos de los obreros que trabajaban en el palacio aseguraron haber visto apariciones de fantasmas trepando por la fachada del edificio.
La atmósfera de terror fue tal que se solicitó un exorcismo para aplacar la posible presencia de espíritus, y algunos trabajadores incluso fueron rociados con agua bendita.
Este tipo de historias, a menudo contadas entre susurros, son parte del folklore que ha alimentado la leyenda del Palacio Real a lo largo de los siglos.
Hoy en día, el Palacio Real continúa siendo un lugar de gran interés, tanto por su historia como por su imponente arquitectura. Con sus 870 ventanas, 240 balcones y 44 escaleras, cada rincón tiene una característica especial, desde el más simple hasta el más ostentoso.
La gestión de este edificio histórico corre a cargo de Patrimonio Nacional, quien también es responsable de su mantenimiento, que, como se puede imaginar, supone una inversión considerable.
De hecho, solo en los últimos años se han invertido cerca de 4,5 millones de euros para adecuar algunas de las zonas del Palacio.
Sin embargo, es interesante notar que, aunque los espacios más visibles y públicos reciben una atención constante, áreas como los sótanos han sido dejadas en el olvido. A pesar de su envergadura y su potencial histórico, los pasillos subterráneos del Palacio Real siguen siendo prácticamente inaccesibles, con pocos registros sobre su uso y su historia.
Este rincón oscuro y apartado del Palacio Real representa una especie de contraposición a la magnificencia del resto del edificio.
Mientras que las salas de recepciones y las majestuosas habitaciones de los monarcas son de una belleza inigualable, los sótanos parecen una reliquia de otro tiempo, un vestigio de una época pasada que, al parecer, no tiene cabida en la modernidad del Palacio.
La Reina Letizia, al igual que su marido, el Rey Felipe VI, rara vez si no es que nunca visita estas áreas.
Y aunque los detalles sobre su exploración personal siguen siendo inciertos, el simple hecho de que estas zonas subterráneas estén siendo dadas a conocer al público, aunque de manera virtual, deja entrever una parte oculta de la historia del Palacio Real que, por mucho tiempo, ha permanecido en la penumbra.
En resumen, el Palacio Real de Madrid es mucho más que el lugar donde residen los monarcas españoles. Es un edificio lleno de secretos y sorpresas, donde, a menudo, las sombras de su pasado permanecen bien guardadas.
Los sótanos, con sus pasillos interminables, tragaluces y ecos de un tiempo olvidado, siguen siendo una de las áreas más intrigantes de este imponente edificio.
Y aunque es difícil imaginar que algún día estas zonas se conviertan en una parte fundamental de las visitas turísticas, el simple hecho de saber que existen deja una sensación de asombro y misterio. ¿Qué más secretos esconden sus paredes? Quizás, solo el tiempo lo dirá.