Marcela Gándara reveló la verdadera razón detrás de su divorcio, destacando cómo el dolor de esa experiencia inspiró su música y fortaleció su fe.

A sus 41 años, Marcela Gándara ha decidido romper el silencio y hablar sobre el verdadero motivo detrás de su divorcio, un tema que ha dejado a muchos con la boca abierta.
En una reciente entrevista, la reconocida cantante de música cristiana no solo abordó su separación, sino que también tocó la delicada relación que mantiene con Jesús Adrián Romero, un nombre que ha suscitado todo tipo de especulaciones en las redes sociales.
Durante más de dos décadas, Marcela ha sido una de las voces más respetadas en su género, pero su vida personal ha estado marcada por luchas que pocos conocen.
La artista confesó que su reciente sencillo “Vuelvo” nació en uno de los momentos más oscuros de su vida, tras su divorcio.
“Ese dolor se convirtió en mi ancla, en un salvavidas al que me aferré con más fuerza que nunca”, compartió, mientras reflexionaba sobre cómo su fe la ayudó a superar este difícil capítulo.
Sin embargo, internet no perdona y, como era de esperar, los rumores comenzaron a circular. Algunos seguidores han insinuado que las diferencias en su matrimonio eran reconciliables, mientras que otros apuntan a tensiones relacionadas con su carrera y su fe.
“Lejos de rendirme ante las críticas, tomé ese capítulo de mi vida y lo convertí en inspiración para otros”, afirmó Marcela, dejando claro que su música sigue tocando corazones a pesar de las adversidades.
La historia de amor entre Marcela y Brise Manderfield, su exesposo, comenzó en un congreso donde se conocieron por primera vez. “No había nada romántico en ese encuentro”, recuerda Marcela, quien se mostró profesional y reservada.
Sin embargo, la conexión entre ellos floreció rápidamente, convirtiéndose en una amistad cercana que pronto se transformó en amor. “Cuando lo hicimos oficial en redes sociales, ya éramos la pareja del momento”, añade, con nostalgia.

A pesar de la imagen de pareja perfecta que proyectaban, el amor de Marcela y Brise enfrentó desafíos que llevaron a la separación. “Los rumores de infidelidad comenzaron a circular, y eso nos afectó profundamente”, confiesa.
La presión del escrutinio público fue abrumadora, y Marcela se sintió perdida y enojada. “Es difícil encontrar a Dios en medio de lo incierto”, reflexionó, enfatizando la importancia de buscar ayuda profesional y acercarse a la fe en tiempos de crisis.
Mientras tanto, la figura de Jesús Adrián Romero ha estado presente en la vida de Marcela desde sus inicios en la música.
Su colaboración en canciones como “Tú estás aquí” marcó un punto de inflexión en su carrera. Sin embargo, la química entre ellos ha llevado a especulaciones sobre una posible relación más allá de lo profesional.
“Algunos dicen que hay algo más entre nosotros, pero eso no es cierto”, aclara Marcela, defendiendo su relación con Jesús como una conexión espiritual y profesional.
A pesar de las acusaciones, ambos decidieron no alimentar los rumores, priorizando su música y el mensaje que desean transmitir.
“No necesitamos responder a habladurías sin fundamento”, asegura Marcela, quien continúa enfocándose en su carrera y en su labor como artista.

La controversia no terminó ahí. Durante un concierto en la Arena Monterrey, donde compartió escenario con otros artistas, algunas de sus declaraciones fueron consideradas demasiado ecuménicas por sectores conservadores.
“Nuestro objetivo era unirnos para adorar a Dios”, explicó, defendiendo su postura de que el amor y la gracia de Dios no tienen fronteras. “Lo que nos une es mucho más grande que lo que nos separa”, añadió, reafirmando su compromiso con la unidad en la fe.
Marcela ha aprendido a lidiar con las críticas y la presión del público. “A pesar de todo, mi música sigue resonando con fuerza”, dice con determinación.
Su historia de fortaleza y resiliencia ha inspirado a muchos, y su mensaje de esperanza y renovación continúa siendo relevante. “No soy solo una cantante, soy un ejemplo de que todos podemos caer, levantarnos y seguir adelante”, concluye.
En un mundo donde las redes sociales pueden distorsionar la realidad, Marcela Gándara se mantiene firme en su verdad.
Su experiencia personal, su divorcio y su relación con Jesús Adrián Romero son solo parte de una historia más amplia, una historia de fe, lucha y superación que sigue tocando los corazones de sus seguidores.
“Siempre hay una oportunidad para regresar, sanar y empezar de nuevo”, finaliza, dejando una reflexión profunda sobre la vida y el amor.