La Princesa Leonor disfruta de su tiempo libre en Tenerife, explorando la isla, socializando con amigos y cumpliendo con compromisos oficiales, mientras se mantiene en contacto con sus padres tras una semana incomunicada.
La Princesa Leonor ya se encuentra en Tenerife, en la primera parada de su travesía a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano.
La herederita al trono desembarcó en la isla con su impecable traje de marinera y, al igual que sus compañeros, ha comenzado una nueva etapa de su formación naval.
Mientras realiza su entrenamiento, las expectativas sobre su visita han sido altísimas, aunque, como siempre, ha logrado mantener un perfil bajo, disfrutando del tiempo libre que se le ha concedido.
Durante su estancia en Tenerife, que se extenderá hasta el lunes 20 de enero, Leonor ha tenido la oportunidad de disfrutar de planes privados fuera de su agenda oficial.
A pesar de estar comprometida con sus actividades militares, la Princesa no ha dudado en aprovechar su tiempo libre para relajarse y socializar con amigos.
Durante su primer día libre, la Princesa de Asturias decidió disfrutar de una jornada en la capital tinerfeña. La joven heredera se mostró cercana y amable con todos los que se le acercaron, generando una gran expectación por su presencia en la isla.
En la tarde del viernes, fue vista en una terraza del conocido bar “La Montería”, ubicado en el popular callejón de El Combate, una de las zonas más concurridas de Santa Cruz de Tenerife.
En el local, Leonor se mostró muy accesible, accediendo a posar para fotos con los trabajadores del lugar, quienes no dudaron en expresar su admiración por su amabilidad.
En las redes sociales, varios de los empleados del bar publicaron su agradecimiento por el momento y compartieron sus impresiones, destacando la simpatía de la joven.
Además de este momento relajado, la Princesa Leonor cumplió con una visita oficial al cuartel de Almeyda, en el barrio El Toscal, donde se encuentra el Museo Histórico Militar de Canarias.
Allí, la heredera al trono tuvo la oportunidad de conocer más sobre la historia militar de la región, en un acto protocolario al que asistieron autoridades locales.
Como en otras ocasiones, Leonor realizó este tipo de compromisos sin la compañía de sus padres, quienes no estuvieron presentes en la isla en esta ocasión, pero sí estuvieron al tanto de todos sus avances y actividades.
Uno de los momentos más especiales de su estancia en Tenerife fue cuando, por fin, la Princesa de Asturias pudo ponerse en contacto con sus padres, los Reyes Felipe VI y Letizia.
Durante la semana que pasó en altamar, Leonor había estado incomunicada debido a las limitaciones tecnológicas a bordo del buque.
Sin embargo, una vez pisó tierra firme, tuvo la oportunidad de hacer su primera llamada a la Familia Real, algo que no había podido hacer durante su tiempo en el Juan Sebastián Elcano.
Aunque el contacto se realizó por teléfono, este fue un momento muy esperado tanto por Leonor como por los Reyes, quienes seguramente aprovecharon la oportunidad para ponerse al día sobre los primeros días de su hija en la travesía.
Mientras tanto, la Princesa Leonor no ha perdido la oportunidad de conocer la isla durante su tiempo libre.
Junto con sus compañeros de viaje, la heredera se embarcó en una ruta por la isla para descubrir algunos de los puntos más emblemáticos de Tenerife, entre los que destaca el Teide, el pico más alto de España.
También paseó por las calles del centro de Santa Cruz y visitó algunas de las playas cercanas, disfrutando del ambiente local y de la cercanía de los tinerfeños, quienes no dudaron en compartir en sus redes sociales fotos de la Princesa por las calles de la ciudad.
La jornada fue una mezcla de actividades personales y profesionales, donde Leonor tuvo tiempo de explorar y relajarse, mientras cumplía con sus compromisos oficiales.
Durante el fin de semana, se espera que continúe visitando otros puntos turísticos de la isla, aunque los detalles de su itinerario han sido mantenidos en privado para preservar su intimidad.
La Princesa Leonor sigue centrada en su formación a bordo del Juan Sebastián Elcano, un periodo de seis meses de aprendizaje en el que se espera que adquiera experiencias que marquen su desarrollo tanto personal como profesional.
Lejos de la comodidad del Palacio Real y del apoyo constante de sus padres, la joven está aprendiendo a convivir con sus compañeros, enfrentar desafíos en alta mar y comprender la vida de los marinos en un ambiente de total disciplina.
A bordo del buque, la Princesa comparte las mismas instalaciones que el resto de los guardiamarinas: literas triples, baños comunes y un estricto horario que marca el inicio y final de sus jornadas.
Las jornadas comienzan temprano, a las 6:45 de la mañana, y finalizan a las 22:30, con un toque de silencio para todos los residentes del barco.
A pesar de la rigurosidad de su formación, Leonor tiene momentos de contacto con su familia gracias a una limitada conexión Wi-Fi, que le permite mantenerse comunicada con sus padres e incluso con su hermana, la Infanta Sofía, a quien también echa de menos.
La primera parada en Tenerife ha sido solo el inicio de una travesía que llevará a la Princesa de Asturias a varios destinos internacionales, incluyendo Brasil, Estados Unidos, Chile, Colombia y Perú.
La herencia de su padre, el Rey Felipe VI, quien también pasó por la misma experiencia en su juventud, y la de su abuelo, el Rey Juan Carlos, están presentes en cada paso de este viaje formativo, el cual promete ser un hito en su desarrollo como futura Reina de España.
