Los Reyes y las Infantasy la Princesa de Asturias entregaron el Premio al “Pueblo Ejemplar de Asturias 2024” a Sotres, destacando su preservación de tradiciones y sostenibilidad en plena montaña.
En una jornada repleta de emoción y tradición, Sus Majestades los Reyes de España, acompañados por la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía, entregaron el Premio al “Pueblo Ejemplar de Asturias 2024” a la localidad de Sotres, ubicada en el Concejo de Cabrales.
Esta aldea, que parece sacada de un cuento de montaña, ha superado a lo largo de su historia inclemencias climáticas y desafíos socioeconómicos, siendo un ejemplo sobresaliente de cómo la sostenibilidad, la conservación del patrimonio y el desarrollo comunitario pueden caminar juntos hacia el futuro.
Sotres, un pequeño enclave a 1.050 metros de altitud en la Reserva de la Biosfera de los Picos de Europa, ha logrado lo que muchos consideraban imposible: preservar su esencia rural mientras se adapta a los nuevos tiempos.
Con apenas 108 habitantes, esta localidad no solo ha mantenido vivas sus tradiciones ganaderas y agroalimentarias, sino que ha logrado revitalizarse gracias a un dinámico movimiento asociativo impulsado por jóvenes comprometidos con su entorno.
El Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 2024 ha sido un reconocimiento merecido por el esfuerzo colectivo de sus vecinos, quienes con una visión compartida, han conseguido mantener vivas las tradiciones y al mismo tiempo mejorar la calidad de vida en una de las zonas más remotas y bellas de España.
Durante la ceremonia, los Reyes y sus hijas recorrieron las calles del pueblo y conocieron de cerca la realidad de Sotres, una población que, a pesar de ser de difícil acceso y sufrir años de aislamiento, ha sabido reinventarse gracias a la fuerza de su gente.
Uno de los momentos más significativos fue la visita a “La Bolera”, donde los Reyes pudieron observar el trabajo de la ganadería caprina autóctona de los Picos de Europa, cuya leche es utilizada para elaborar el famoso queso Cabrales, uno de los productos más emblemáticos de la región.
La técnica ancestral de pastoreo, que ha perdurado durante siglos, se complementa ahora con innovadoras tecnologías de geolocalización del ganado, lo que demuestra cómo la tradición y la modernidad pueden ir de la mano.
El recorrido también incluyó la visita a la “Escuelona – Casa del Pueblo”, donde los vecinos han realizado una importante labor de recuperación de espacios para preservar su patrimonio cultural.
En este edificio se pudo ver una exposición sobre la minería de la Sierra de Ándara, y un documento gráfico que muestra cómo, en tiempos pasados, los Reyes Magos llegaron a Sotres para repartir los juguetes a los niños, en una época en la que las nevadas aislaban al pueblo durante semanas.
En la iglesia de San Pedro, los Reyes y sus hijas fueron recibidos por el párroco y un grupo de vecinos, entre los que se encontraban personas mayores que compartieron historias sobre la historia del pueblo.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando los Reyes se acercaron a la plaza de la Portiella, donde la banda de gaitas “Picos de Europa”, dirigida por Héctor Braga, interpretó el Himno de Asturias.
Este acto, que estuvo lleno de simbolismo, reflejó el orgullo de los vecinos por su tierra y la satisfacción de recibir un reconocimiento que pone en valor el esfuerzo colectivo de una comunidad unida por la tradición y el amor a su territorio.
A lo largo de la visita, los Reyes y sus hijas también tuvieron la oportunidad de conocer la quesería “Maín”, donde los vecinos explicaron el proceso de curado del queso Cabrales en las tradicionales cuevas del pueblo.
La relevancia de esta industria agroalimentaria para la economía local es incuestionable, pero lo que realmente marca la diferencia en Sotres es su enfoque sostenible, basado en un modelo de ganadería extensiva que respeta el entorno y permite que el paisaje se mantenga intacto.
Pero la visita no se limitó a lo rural y lo tradicional. Los Reyes y sus hijas también conocieron el impresionante trabajo realizado por la Asociación Vecinal de Sotres, que desde su creación en 2006 ha sido el motor de diversas iniciativas para mejorar la calidad de vida en el pueblo.
Con más de doscientos socios, la asociación ha trabajado en la recuperación de antiguos caminos y senderos, así como en la organización de eventos culturales como el Sotres Cultural Fest, un festival que ha acercado el arte y la cultura a esta remota localidad.
Además, la apuesta por la digitalización con la creación de perfiles en redes sociales ha permitido que Sotres se conecte con el mundo exterior, algo impensable hace apenas unas décadas.
Uno de los logros más recientes que demuestra el progreso de Sotres ha sido la construcción de viseras antialudes, que han permitido mejorar la seguridad en las carreteras del pueblo durante los inviernos más duros.
Esta iniciativa ha sido clave para que Sotres pueda mantenerse conectado durante todo el año, lo que ha favorecido tanto a los residentes como a los turistas que visitan la localidad para disfrutar de sus paisajes y su gastronomía.
La visita culminó con un almuerzo campestre en el “prao” de Sotres, donde los Reyes y sus hijas compartieron un momento de cercanía con los vecinos del pueblo.
La entrega del Premio al “Pueblo Ejemplar de Asturias 2024” fue precedida por unas palabras de agradecimiento de Jéssica López, una de las representantes de la candidatura, quien destacó el esfuerzo de la comunidad por mantener su identidad y mejorar su calidad de vida.
En su intervención, la Princesa de Asturias, Doña Leonor, subrayó el carácter único de Sotres, destacando su ubicación privilegiada en el corazón del Parque Nacional de los Picos de Europa y su contribución al respeto por la naturaleza y la sostenibilidad.
Sotres, con su historia de superación, su lucha por preservar su patrimonio y su capacidad para adaptarse a los nuevos tiempos, se ha ganado el título de “Pueblo Ejemplar de Asturias 2024”.
Este reconocimiento no solo es un homenaje a su pasado, sino también un estímulo para seguir avanzando en la preservación de su identidad y la mejora de la calidad de vida de sus habitantes.
Un ejemplo de cómo un pequeño pueblo de montaña puede marcar la diferencia en el siglo XXI, combinando tradición, sostenibilidad e innovación en un lugar donde el tiempo parece haberse detenido, pero donde el futuro sigue avanzando a paso firme.
