Un dron con radar de penetración terrestre extremadamente avanzado ha escaneado una montaña en Arabia Saudita identificada por algunos como el verdadero Monte Sinaí, revelando supuestas estructuras geométricas y cavidades subterráneas que no parecerían naturales.

Un reciente descubrimiento ha sacudido el mundo de la arqueología y la historia bíblica.
Un dron de última generación, equipado con un radar de penetración terrestre 100 veces más potente que cualquier sistema anterior, ha escaneado el legendario Monte Sinaí, el lugar donde, según la tradición, Moisés recibió los Diez Mandamientos.
Lo que los datos han revelado es nada menos que extraordinario: bajo capas sólidas de roca, se han detectado estructuras geométricas imposibles, cavidades artificiales y patrones que no se asemejan a ninguna formación natural conocida.
Los arqueólogos y estudiosos bíblicos han debatido durante siglos sobre la ubicación del verdadero monte Sinaí.
Esta montaña ha sido el centro de disputas históricas y religiosas, y ahora, gracias a la tecnología moderna, parece que se ha dado un paso significativo hacia la resolución de este enigma.
El dron, enviado a escanear una de las montañas candidatas más importantes en Arabia Saudita, ha encontrado líneas rectas, cámaras enterradas y patrones que sugieren una intervención humana extremadamente antigua, lo que ha llevado a algunos expertos a especular sobre la posibilidad de una presencia no humana.
Las imágenes obtenidas muestran pasajes ocultos y anomalías térmicas que aún permanecen activas, como si algo o alguien estuviera todavía presente bajo la montaña.
Este hallazgo ha reabierto un debate que había permanecido estancado debido a la inaccesibilidad de la región y a las restricciones impuestas por las autoridades saudíes, que han bloqueado el acceso a estos sitios arqueológicos vinculados a Moisés y al éxodo.

“Estamos ante un descubrimiento que podría reescribir la historia del éxodo”, afirmó un arqueólogo que ha seguido de cerca el desarrollo de estos escaneos.
“Por primera vez, tenemos datos concretos que desafían las narrativas históricas aceptadas durante siglos. Las formaciones y estructuras reveladas por el dron son demasiado precisas como para ser una simple coincidencia”.
Los defensores de la teoría que sitúa el monte Sinaí en Arabia argumentan que el apóstol Pablo, en el libro de Gálatas, afirmó que el Sinaí estaba en Arabia.
Esta declaración geográfica directa ha sido utilizada para reforzar la idea de que el monte no se encontraba en el territorio egipcio, como muchos creen.
Además, se ha señalado que Moisés, tras huir de Egipto, se estableció en Madián, al este del Golfo de Acaba, lo que haría plausible que viajara hacia este lugar sagrado después de liberar a los israelitas.
En la cima de Jebel Allaus, las rocas presentan un color inusualmente oscuro, como si hubieran sido quemadas, lo que algunos relacionan con la descripción bíblica de Éxodo 19, donde se menciona que la montaña temblaba y ardía cuando Dios descendió sobre ella.
También se han encontrado grandes rocas partidas limpiamente, lo que parece indicar la existencia de un antiguo altar, mientras que largas filas de piedras podrían marcar límites restringidos, tal como se menciona en el Éxodo, donde se advierte al pueblo de no tocar la montaña.
Sin embargo, los escépticos no tardaron en expresar sus dudas. Historiadores y arqueólogos profesionales han señalado que durante la época de Pablo, el Imperio Romano tenía una provincia llamada Arabia Petrea, que incluía la península del Sinaí.
Por lo tanto, cuando Pablo mencionó que el Sinaí estaba en Arabia, podría haber estado refiriéndose a la geografía política de su tiempo y no a la península arábiga.
Además, la falta de restos arqueológicos de la época del éxodo, como cerámica o herramientas, ha llevado a algunos a cuestionar la veracidad de estos hallazgos.

A pesar de las controversias, la tecnología ha cambiado drásticamente el panorama de la arqueología. En 2012, los escaneos Lidar en Camboya revelaron ciudades enteras ocultas bajo la selva.
Ahora, con un radar 100 veces más potente montado en un dron, se han escaneado montañas remotas de Arabia que antes eran prácticamente inaccesibles.
Este avance ha permitido identificar una montaña específica cuyas formaciones coinciden con los escaneos, lo que ha llevado a la comunidad científica a preguntarse: ¿por qué esta montaña en particular?
El terreno de la zarza ardiente ya era considerado sagrado mucho antes de que Moisés llegara, lo que sugiere que la montaña de Dios tenía un significado religioso preexistente.
Esto añade una nueva dimensión al relato histórico, ya que muchos eruditos creen que Moisés no descubrió una montaña desconocida, sino que entró en un espacio sagrado que ya había sido venerado durante generaciones.
La historia del monte Sinaí continúa evolucionando, y con cada nuevo descubrimiento, se abren nuevas preguntas sobre la relación entre la historia y la fe.
Mientras tanto, el monasterio de Santa Catalina, fundado en el siglo VI, sigue siendo un símbolo de la conexión entre la montaña y la tradición cristiana, albergando una de las bibliotecas más antiguas del mundo y preservando la memoria de este lugar sagrado.
La búsqueda del monte Sinaí ha entrado en una nueva era, impulsada por la tecnología moderna y el deseo de desentrañar los misterios de la historia antigua.
A medida que se continúan realizando investigaciones y escaneos, la pregunta persiste: ¿qué otros secretos y revelaciones podrían estar escondidos bajo la superficie de esta montaña sagrada?
La historia del éxodo y la figura de Moisés siguen siendo temas de debate y exploración, y cada nuevo hallazgo podría ser la clave para entender mejor el pasado y su impacto en el presente.