Eran EMPRESARIOS EXITOSOS pero tenían un SECRETO. | El caso de DEL Records y Gerardo Ortiz
El mundo de la música mexicana, especialmente el de la música regional, es conocido por su enorme influencia y poder.
Muchos artistas y empresarios han logrado alcanzar un éxito rotundo en la industria, pero detrás de los reflectores y la fama, existen secretos y tramas que pocas personas conocen.
Uno de los casos más intrigantes y polémicos en los últimos años ha sido el de DEL Records, la disquera que ha impulsado a grandes nombres de la música regional, incluido Gerardo Ortiz, uno de los artistas más exitosos de la actualidad.
A pesar de su éxito, tanto a nivel personal como profesional, el camino de Gerardo Ortiz y su relación con DEL Records no ha sido tan sencillo como parece, y la historia detrás de esta exitosa empresa está llena de secretos que ahora están saliendo a la luz.
DEL Records, fundada por los empresarios y productores David y Edgar López, rápidamente se posicionó como una de las disqueras más influyentes dentro del género de la música mexicana.
Con una visión clara y un enfoque en la música popular, DEL Records comenzó a atraer a artistas con mucho talento, pero también con una imagen controversial.
Gerardo Ortiz fue uno de los primeros artistas en unirse a la disquera, y su asociación con la empresa fue clave para su despegue profesional.
El cantante se convirtió en uno de los artistas más representativos del género de los narcocorridos, una subcultura dentro de la música mexicana que refleja las historias del crimen organizado y la vida de los narcotraficantes.
Sin embargo, a pesar de la popularidad de Gerardo Ortiz y el éxito de DEL Records, la relación entre la disquera y el artista no siempre fue sencilla.
Se ha informado que, durante los primeros años de su carrera con DEL Records, Ortiz tuvo algunos desacuerdos con los dueños de la disquera, especialmente con los términos de su contrato y la dirección artística de su carrera.
Estos desacuerdos fueron en gran parte la causa de una separación temporal entre Gerardo Ortiz y DEL Records, aunque posteriormente, el cantante regresó a la disquera para continuar con su carrera.
Lo que realmente llamó la atención de los medios y del público fue el escándalo que surgió cuando se revelaron algunos de los secretos detrás de la gestión de DEL Records y las presuntas conexiones con el crimen organizado.
A pesar de que la disquera se presentaba públicamente como un negocio legítimo, algunos informes sugieren que estaba involucrada en actividades ilícitas, como el lavado de dinero proveniente de actividades relacionadas con el narcotráfico.
Estas acusaciones fueron suficientemente graves como para generar investigaciones tanto por parte de las autoridades mexicanas como de las estadounidenses.
Lo más sorprendente de este escándalo fue la implicación de los empresarios de DEL Records en algunos de los eventos que rodearon la vida de Gerardo Ortiz.
Según diversas fuentes, los López habrían sido parte fundamental en la creación y promoción de la imagen pública de Ortiz, impulsando su carrera a través de contratos millonarios y un estilo de vida que reflejaba el lujo y la ostentación.
Sin embargo, a pesar del éxito, Ortiz no fue ajeno a las críticas sobre las letras de sus canciones, que muchas veces glorificaban la vida del narcotráfico y la violencia.
Estos aspectos, aunque contribuyeron a su popularidad, también hicieron que se le señalara por promover una cultura del crimen, algo que más tarde afectó su reputación.
El verdadero giro en la historia ocurrió cuando, en 2017, Gerardo Ortiz fue vinculado a un video musical que mostraba una recreación explícita de una ejecución, lo que desató una ola de críticas y protestas.
La controversia llegó a su punto máximo cuando se dieron a conocer los detalles del contrato entre Ortiz y DEL Records, que, según algunos informes, estipulaba que el cantante estaría obligado a seguir una línea de contenido que no solo era provocadora, sino también peligrosa en términos de su impacto en la juventud y en la percepción pública del narcotráfico.
A raíz de esto, varios patrocinadores de la disquera y de Ortiz decidieron romper relaciones con ellos, y se generaron demandas y acusaciones tanto legales como de carácter moral.
La noticia causó un gran revuelo en los medios de comunicación, ya que muchos de los seguidores de Gerardo Ortiz y DEL Records no podían creer que detrás del brillo de la fama se encontraran tales oscuros secretos.
La disquera se defendió alegando que nunca habían fomentado actividades ilícitas, pero la sombra de las sospechas sobre el lavado de dinero y las relaciones con personas vinculadas al narcotráfico no desapareció fácilmente.
Además, algunos de los colaboradores de Ortiz dentro de la industria de la música mexicana señalaron que el ambiente dentro de DEL Records estaba marcado por una competencia feroz y que los artistas eran constantemente presionados para mantener una imagen que se alineara con las expectativas comerciales del negocio.
Esto generó una controversia interna que llevó a muchos artistas, incluidos algunos que habían firmado con la disquera en sus primeros años, a cuestionar la ética detrás de la industria de la música y las relaciones entre las disqueras y el crimen organizado.
En el caso de Gerardo Ortiz, las acusaciones no solo afectaron su carrera musical, sino que también pusieron en riesgo su libertad.
A pesar de las críticas y los desafíos legales, Ortiz continuó con su música, pero la tensión entre su vida personal, profesional y las implicaciones de las letras de sus canciones se mantuvo latente.
El escándalo de DEL Records, combinado con las controversias sobre el contenido de sus canciones, abrió un debate sobre el papel de la música como forma de expresión y sobre si los artistas tienen responsabilidad en lo que transmiten a su audiencia.
Hoy en día, Gerardo Ortiz sigue siendo una figura influyente en la música mexicana, pero su historia con DEL Records sigue siendo un recordatorio de los oscuros secretos que se esconden detrás de los reflectores.
A pesar de los escándalos, Ortiz ha logrado mantener su relevancia en la industria, aunque la sombra de las acusaciones persiste.
El caso de DEL Records y Gerardo Ortiz es una de esas historias que ilustra las complejidades del mundo del espectáculo, donde el éxito, la fama y las relaciones con el crimen organizado pueden ser más entrelazados de lo que muchos podrían imaginar.
Es una lección de que, en el mundo del entretenimiento, no todo lo que brilla es oro y, a menudo, las historias detrás de la fama son mucho más oscuras de lo que se muestra al público.