A 15 años de su muerte, la esposa de Sandro Murió rompe el silencio y revela lo que nadie sabía 😱
Hace 15 años, el mundo de la música perdió a una de sus leyendas más queridas: Sandro, conocido como “El Gitano”.
Esta figura inolvidable de la música latina no solo se destacó por su voz hipnotizadora y su carisma desbordante, sino también por una vida personal llena de sombras y luchas.
A pesar de su fama y éxito, Sandro enfrentó desafíos significativos, incluyendo una batalla contra el alcohol, relaciones complicadas y un hábito de fumar hasta 80 cigarrillos al día, lo que eventualmente contribuyó a su prematura muerte.
Sin embargo, lo que nadie esperaba es que, después de 15 años de su partida, su esposa Olga Garaventa decidiera romper el silencio en una entrevista reveladora, exponiendo los secretos más íntimos del ídolo argentino y arrojando luz sobre un lado de Sandro que pocos conocían.
Nacido el 19 de agosto de 1945 en la Maternidad Sardá de Buenos Aires, Sandro fue el único hijo de Vicente Sánchez e Irma Nidia Ocampo, ambos de raíces españolas.
Su infancia transcurrió en Valentín Alsina, un barrio en la periferia del Gran Buenos Aires.
Su abuelo paterno, de origen húngaro y miembro de la comunidad gitana, emigró a España antes de instalarse en Argentina, y Sandro siempre abrazó esta herencia, ganándose el apodo de “El Gitano”.
Desde muy joven, Sandro mostró un profundo interés por la música.
A los 4 años, comenzó a explorar el mundo del sonido por su cuenta, enseñándose a sí mismo a tocar la armónica y la flauta.
A los 11 años, ya había comprado su primera guitarra a crédito y comenzó a aprender a tocarla.
Su dedicación lo llevó a formar un dúo musical con su amigo Rique Irigoytia, actuando en concursos de canto y serenatas en los barrios del sur de Buenos Aires.
Sandro, cuyo nombre real era Roberto Sánchez, comenzó a destacar interpretando boleros y, con el tiempo, formó varios grupos, entre ellos “El Trío Azul” y “Los Caribes”.
A principios de los años 60, Sandro adoptó el nombre artístico que sus padres habían querido para él desde su nacimiento.
Su primera actuación como Sandro fue en el club Recreo Andrés de Villa Jardín.
En 1960, formó la banda “Los Caniches de Oklahoma”, que luego se renombró como “Los de Fuego”.
Aunque al principio era solo guitarrista y corista, en 1962 asumió el rol de cantante tras la pérdida de voz del vocalista principal.
En septiembre de 1963, grabaron su primer sencillo, que incluía versiones en español de éxitos de rock and roll.
Aunque los primeros lanzamientos no tuvieron gran éxito, Sandro comenzó a hacerse un nombre en la escena musical argentina.
En febrero de 1964, alcanzó un hito importante cuando CBS grabó su primer gran éxito, una versión en español de “There’s Much Agitation”, titulada “Hay mucha agitación”.
Este sencillo vendió más de 150,000 copias, consolidando a Sandro como una figura clave en el movimiento del rock argentino en español.
Para mediados de ese año, Sandro y “Los de Fuego” comenzaron a causar sensación en la televisión argentina, debutando en programas como “Aquí la juventud” y luego en el famoso “Sábados circulares”, conducido por Pipo Mancera.
Estas apariciones catapultaron a Sandro al estrellato, generando tanto admiración como controversia.
Rápidamente fue apodado “El Elvis criollo” o “El Elvis latino”, aunque su estilo tenía un sello propio.
La primera incursión de Sandro en el cine fue en 1965 con un papel secundario en la película “Convención de vagabundos”.
Ese mismo año, firmó con CBS como solista y lanzó una serie de éxitos que lo consolidaron en el mercado musical.
En 1965, después de dos años y medio con “Los de Fuego”, Sandro decidió iniciar su carrera en solitario.
Con la ayuda de su nuevo manager, Óscar Andro, formó una nueva banda llamada “Sandro y su Conjunto”, y juntos alquilaron un sótano en Recoleta que llamaron “La Cueva de Sandro”, un espacio clave en la escena del rock argentino.
Este fue un periodo de transición en su carrera, donde comenzó a alejarse del rock puro para explorar las baladas románticas.
En 1966, lanzó su primer gran éxito en solitario, “Las manos de mi padre”, seguido por una serie de álbumes que lo consolidaron como una figura de la balada romántica, como “El sorprendente mundo de Sandro”, “Alma y fuego” y “Latin Beat”.
También continuó su carrera cinematográfica, interpretando roles importantes en películas como “Tacuara” y “Chamorro”.
Sandro obtuvo una victoria destacada en el Festival de Buenos Aires en 1967 con su canción “No me dejes”, lo que le valió el Obelisco de Plata.
En ese mismo año, lanzó “Quiero llenarme de ti”, el tema principal de su siguiente álbum y su primer rol protagónico en el cine.
En febrero de 1968, su participación en el Festival de Viña del Mar en Chile marcó un momento crucial en su carrera internacional.
Sin embargo, ese año también estuvo teñido de tragedia cuando su padre falleció el 27 de julio.
A pesar de su dolor, Sandro demostró su dedicación grabando tres nuevas canciones apenas unas semanas después.
El 19 de agosto de 1969, lanzó la icónica “Rosa, Rosa”, que vendió más de 2 millones de copias, convirtiéndose en un éxito monumental.
Aunque existen versiones diferentes sobre la inspiración detrás de la canción, “Rosa, Rosa” fue un éxito rotundo que consolidó aún más su carrera.
Hacia finales de los años 60, Sandro hizo un cambio radical en su imagen, cambiando su chaqueta de cuero por un elegante smoking y pantalones acampanados.
Aunque conservó su melena alborotada y sus característicos movimientos de baile, esta transformación le permitió forjar un estilo único que lo consagró como ídolo de masas, particularmente entre el público femenino.
A medida que cerraba la década, Sandro dejó el rock para centrarse en las baladas románticas, un género que él mismo ayudó a definir.
A pesar de su éxito, la vida personal de Sandro estuvo marcada por luchas internas.
A lo largo de su carrera, enfrentó problemas con el alcohol y relaciones complicadas.
Su hábito de fumar hasta 80 cigarrillos al día tuvo un costo alto para su salud, contribuyendo a su prematura muerte.
Sin embargo, su vida amorosa también tuvo momentos de luz.
Olga Garaventa, quien se convirtió en su esposa, decidió romper el silencio después de 15 años de su partida.
En una entrevista reveladora, Olga expuso los secretos más íntimos del ídolo argentino, arrojando luz sobre un lado de Sandro que pocos conocían.
Ella compartió detalles sobre su relación y los desafíos que enfrentaron juntos, especialmente durante los años difíciles de su salud.
La década de 1990 marcó un período de consolidación para Sandro como una leyenda viva de la música latina.
Sus contribuciones fueron reconocidas tanto por el público como por sus colegas.
Uno de los momentos más destacados fue cuando Charly García lo invitó a colaborar en una versión de “Rompan Todo” para el álbum “Tango 4”.
En 1993, Sandro celebró 30 años de trayectoria musical con una serie histórica de 18 presentaciones en el Teatro Gran Rex de Buenos Aires, rompiendo el récord anterior de 15 shows establecido por Soda Stereo.
Sin embargo, en 1998 se reveló que Sandro padecía enfisema pulmonar crónico, una grave condición causada por décadas de tabaquismo.
A pesar de las advertencias sobre los efectos perjudiciales de su hábito, Sandro siguió fumando, sintiendo que no afectaba su voz.
Esta enfermedad lo obligó a retirarse de los escenarios, aunque no lo apartó de sus fans.
En 2001, presentó uno de sus shows más memorables, “El hombre de la rosa”, donde utilizó un suministro de oxígeno conectado a su micrófono para poder actuar.
El 4 de enero de 2010, Sandro falleció a las 8:47 de la noche, víctima de un shock séptico tras haber pasado por cinco cirugías relacionadas con un trasplante de corazón y pulmón.
La noticia de su fallecimiento se propagó rápidamente, y miles de personas acudieron al Congreso Nacional argentino para despedirlo.
A pesar de la tristeza de su partida, el legado de Sandro continúa vivo en la música latina y en los corazones de sus seguidores.
Sandro fue más que un artista; fue un ícono que dejó una huella imborrable en la música latina.
Su vida estuvo marcada por éxitos, tragedias y secretos que, gracias a su esposa Olga, comienzan a salir a la luz.
A medida que recordamos su legado, es importante reconocer que detrás del artista adorado por millones había un hombre que luchaba con sus propias batallas.
Su música y su historia seguirán inspirando a generaciones futuras.
