Ruby Pérez, una de las figuras más emblemáticas del merengue, dejó una huella imborrable en la música latina.
Su vida estuvo marcada por el amor, la tragedia y una pasión inquebrantable por la música.
En este artículo, exploraremos su historia, sus amores y el impacto que tuvo en la música latinoamericana.
Nacido en marzo de 1956, Ruby, cuyo nombre real era Roberto Antonio Pérez, enfrentó adversidades desde su infancia.
A los diez días de nacido, sufrió fiebre tifoidea, una enfermedad que casi le cuesta la vida.
A los 15 años, un accidente automovilístico lo alejó de su sueño de convertirse en beisbolista, obligándolo a pasar tiempo en el hospital y a someterse a intensas terapias de rehabilitación.
A pesar de estos desafíos, su padre, un pastor evangélico, fue su principal apoyo, inculcándole una fuerte fe y amor por la música.
Desde temprana edad, Ruby mostró un gran interés por la música.
Comenzó a cantar en el coro de la iglesia, donde su padre predicaba.
Su talento pronto se hizo evidente, y a medida que crecía, se sintió atraído por el ritmo del merengue, un género musical que lo llevaría a la fama.
Uno de los capítulos más significativos en la vida de Ruby fue su relación con Inés Lizardo.
Se conocieron en la infancia y formaron una familia con cuatro hijos.
Su amor fue profundo, y juntos enfrentaron los altibajos de la vida.
Sin embargo, la tragedia golpeó nuevamente cuando Inés falleció en octubre de 2022, dejando a Ruby devastado.
La pérdida de su esposa marcó un antes y un después en su vida, sumiéndolo en una profunda tristeza.
A pesar de la tragedia, Ruby continuó su carrera musical, dedicando muchas de sus canciones a su amada esposa.
La música se convirtió en su refugio, un medio para expresar su dolor y amor.
En sus últimos años, Ruby encontró el amor nuevamente en Lady Altagracia Rosario, actual cónsul de la República Dominicana en Houston.
Este amor renovó su espíritu y le dio una nueva razón para seguir adelante.
Ruby se sentía rejuvenecido y lleno de alegría, lo que se reflejaba en su música.
La relación con Lady Altagracia fue intensa y apasionada, llevando a Ruby a tomar decisiones inesperadas.
Por ejemplo, Ruby decidió adelantar un concierto programado para el 14 de abril de 2025 al 7 de abril, con la esperanza de pasar tiempo con ella.
Este gesto romántico fue un testimonio de su deseo de disfrutar cada momento con su nuevo amor.
El 7 de abril de 2025, Ruby se presentó en la discoteca Jets en Santo Domingo.
Aquella noche, su actuación fue memorable.
La energía del público y la emoción de estar en el escenario lo llenaron de vida.
Sin embargo, en medio de su performance, Ruby falleció súbitamente, dejando a sus seguidores y familiares en estado de shock.
La noticia de su muerte resonó en toda la República Dominicana, y su velorio fue asistido por figuras prominentes, incluido el presidente de la República.
Los fanáticos lloraron la pérdida de un ícono, recordando su música y su carisma.
En su velorio, se escucharon canciones que marcaron su carrera, y muchos compartieron anécdotas sobre cómo su música había tocado sus vidas.
Ruby Pérez es recordado no solo por su música, sino también por su capacidad de conectar con el público.
A lo largo de su carrera, logró éxitos como “Enamorado de Ella” y “Volveré”, que se convirtieron en himnos del merengue.
Su estilo único y su voz potente lo llevaron a ser considerado una de las voces más importantes del género.
Su legado musical continúa vivo en las fiestas y celebraciones, donde su música sigue sonando.
Además, Ruby fue un artista comprometido con causas sociales.
A lo largo de su vida, utilizó su fama para ayudar a las comunidades necesitadas, apoyando a las víctimas de desastres naturales y promoviendo la educación musical entre los jóvenes.
La vida de Ruby Pérez es un testimonio del poder del amor y la música.
A pesar de las tragedias que enfrentó, su pasión por cantar y su amor por su familia siempre fueron su motor.
Su historia nos recuerda que, aunque la vida puede ser efímera, el amor y la música pueden perdurar por siempre.
Ruby Pérez dejó un legado que trasciende el tiempo.
Su música y su historia de amor seguirán inspirando a futuras generaciones, recordándonos que la vida, aunque llena de desafíos, también está llena de momentos hermosos que vale la pena celebrar.
La memoria de Ruby continuará viva en los corazones de aquellos que disfrutaron de su música y en las melodías que resonarán en las fiestas de todo el mundo.
Su vida, marcada por el amor y la pasión, se convierte en un canto eterno que seguirá vibrando en cada rincón donde se escuche su música.
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