Atrocidades de Gustavo Días Ordaz | Su Relación con La Tigresa

Gustavo Díaz Ordaz, presidente de México de 1964 a 1970, es una figura polémica en la historia del país.

Su mandato estuvo marcado por un crecimiento económico significativo, pero también por la represión brutal de movimientos sociales, especialmente la masacre de Tlatelolco en 1968, que dejó una herida profunda en la memoria colectiva mexicana.

Además, su vida personal estuvo llena de escándalos y relaciones tumultuosas, incluyendo un romance explosivo con la actriz Irma Serrano, conocida como “La Tigresa”.

Gustavo Díaz Ordaz nació en Tlacolula
Este artículo explora las atrocidades de su gobierno y los aspectos más oscuros de su vida personal.

 

Gustavo Díaz Ordaz llegó a la presidencia en un contexto de crecimiento económico. Durante su mandato, el Producto Interno Bruto (PIB) creció entre un 6% y un 8%, y la inflación se mantuvo baja.

Sin embargo, bajo esta fachada de prosperidad se escondían actos de represión y violencia.

La masacre de Tlatelolco, ocurrida el 2 de octubre de 1968, es quizás el evento más significativo que manchó su legado.

En este trágico suceso, las fuerzas gubernamentales abrieron fuego contra miles de estudiantes que protestaban por la falta de libertades y la represión del gobierno.

El número exacto de muertos nunca se ha establecido, pero se estima que fueron entre 300 y 400, lo que convierte este acto en uno de los episodios más oscuros de la historia reciente de México.

 

El movimiento estudiantil de 1968 se había intensificado a medida que se acercaban los Juegos Olímpicos, y los estudiantes exigían mayor democracia y el fin del autoritarismo.

El gobierno de Díaz Ordaz, temeroso de que estas protestas afectaran la imagen del país ante el mundo, decidió reprimir el movimiento de manera violenta.

Durante la concentración en la Plaza de las Tres Culturas, las fuerzas del orden rodearon a los manifestantes y, tras un intercambio de disparos, desataron una lluvia de balas sobre la multitud.

File:Gustavo Diaz Ordaz Richard Nixon San Diego (cropped).jpg - Wikimedia  Commons
Este acto de violencia fue calificado como un crimen de estado y dejó una marca imborrable en la historia de México.

 

A pesar de su imagen pública como un presidente fuerte y decidido, la vida personal de Gustavo Díaz Ordaz estaba llena de contradicciones.

Casado con Guadalupe Borja, quien se convirtió en una figura trágica después de la masacre, Díaz Ordaz mantuvo un romance clandestino con Irma Serrano, “La Tigresa”.

Este romance se convirtió en un escándalo mediático y político, ya que Irma era una figura pública conocida por su carácter fuerte y su personalidad explosiva.

 

La relación entre Díaz Ordaz e Irma Serrano fue intensa y tumultuosa.

Se dice que durante una discusión, Irma le propinó una bofetada que provocó un desprendimiento de retina en el presidente.

Este episodio ilustra no solo la naturaleza volátil de su relación, sino también cómo su vida personal estaba marcada por el drama y el conflicto, a pesar de su posición de poder.

 

Irma Serrano, conocida como “La Tigresa”, fue una actriz y cantante que se convirtió en la amante del presidente.

Su relación con Díaz Ordaz fue intensa y estuvo marcada por el secreto y la pasión.

Cuándo y de qué murió el ex presidente Gustavo Díaz Ordaz? - Infobae
En sus memorias, Irma reveló que el presidente le había regalado una lujosa casa y que mantenían encuentros clandestinos en la residencia oficial.

A pesar de su fama como mujeriego, Díaz Ordaz encontró en Irma una compañera que desafiaba las normas y lo mantenía alejado de la presión de su vida política.

 

Sin embargo, la relación no estuvo exenta de conflictos. Irma, en un momento de ira, le propinó una bofetada que casi termina en tragedia.

La situación se volvió tan tensa que los guardias presidenciales estuvieron a punto de disparar contra ella, pero Díaz Ordaz logró calmar la situación.

Este episodio es un reflejo de la tensión que existía en su vida personal, donde el poder y la vulnerabilidad coexistían de manera compleja.

 

El legado de Gustavo Díaz Ordaz es uno de contradicciones.

Por un lado, su gobierno es recordado por un notable crecimiento económico y la modernización de la infraestructura, incluyendo la inauguración del metro de Ciudad de México.

Por otro lado, su responsabilidad en la masacre de Tlatelolco y la represión de la disidencia han dejado una marca indeleble en la historia del país.

La represión brutal de los movimientos sociales y la falta de justicia para las víctimas de la masacre han llevado a muchos a cuestionar la legitimidad de su gobierno.

 

A lo largo de los años, la figura de Díaz Ordaz ha sido objeto de análisis y debate.

YouTube Thumbnail Downloader FULL HQ IMAGE
Muchos lo ven como un dictador que utilizó su poder para silenciar a sus opositores, mientras que otros destacan los logros económicos de su administración.

Sin embargo, la sombra de Tlatelolco sigue pesando sobre su legado, recordando a las generaciones futuras la importancia de la memoria histórica y la justicia.

 

La vida y el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz son un recordatorio de cómo el poder puede corromper y deshumanizar.

Su relación con Irma Serrano, marcada por la pasión y la violencia, refleja las complejidades de su carácter y su vida personal.

Mientras que su administración logró avances económicos significativos, la represión y la violencia que caracterizaron su gobierno han dejado una herida abierta en la sociedad mexicana.

 

La historia de Díaz Ordaz es una lección sobre la fragilidad del poder y la importancia de la memoria.

Las atrocidades cometidas durante su mandato no deben ser olvidadas, y la búsqueda de justicia para las víctimas de Tlatelolco debe continuar.

Al recordar a figuras como Díaz Ordaz, es crucial reflexionar sobre el impacto de sus acciones en la sociedad y la necesidad de construir un futuro más justo y equitativo.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Related Posts

Our Privacy policy

https://colombia24h.com - © 2025 News