Karlos Arguiñano revela que nunca pide pan en los restaurantes debido a la mala calidad de muchos de ellos, destacando la importancia de un pan saludable y nutritivo.
Karlos Arguiñano, uno de los chefs más queridos y respetados de la televisión española, sigue dando lecciones de cocina y alimentación a sus 76 años.
Si bien su nombre está asociado a platos sabrosos y sencillos que nos hacen decir “rico, rico”, el popular cocinero ha sorprendido a sus seguidores con una revelación sobre uno de los alimentos más básicos y consumidos en España: el pan.
A pesar de ser un fiel defensor de la dieta mediterránea, Karlos tiene una firme postura sobre el pan servido en muchos restaurantes. Según él, “la mayoría de las veces es de mala calidad”, y, por lo tanto, prefiere no pedirlo cuando sale a comer fuera de casa.
Este alimento tan arraigado en la cultura española y presente en prácticamente todas las mesas del país, no siempre cumple con las expectativas del chef.
Arguiñano explica que, en numerosos establecimientos, el pan que se sirve no es el adecuado ni para acompañar un plato ni para mantener el equilibrio nutricional.
En especial, el pan blanco, que se encuentra en muchos menús de restaurantes de renombre, no es la opción que Karlos elegiría. “El pan debe ser nutritivo y sabroso, no solo una fuente vacía de calorías”, afirma el chef.
El problema principal, según Arguiñano, es la calidad de los ingredientes utilizados en muchos panes que se sirven en los restaurantes.
El pan de mala calidad está hecho con harinas refinadas y, en su mayoría, no contiene los beneficios de un buen pan, como los hidratos de carbono de calidad, que aportan energía sin aumentar excesivamente las calorías.
Además, muchos panes industriales carecen de masa madre, lo que les resta sabor y valor nutricional.
“Un buen pan debe llevar masa madre, debe tener una textura esponjosa y una humedad adecuada”, asegura el chef. Para él, este es un criterio innegociable cuando se trata de pan.
Este tipo de pan, que es común en restaurantes y panaderías, no solo no ofrece los nutrientes necesarios, sino que, según Arguiñano, contribuye a la ingesta de grasas vacías que no aportan nada bueno al organismo.
“El pan debe alimentar, no engordar sin más”, recalca. En este sentido, el chef considera que es importante prestar atención a lo que realmente comemos, incluso cuando se trata de un alimento aparentemente tan básico como el pan.
El pan es, por supuesto, un ingrediente esencial en la dieta mediterránea, pero, como todo, debe ser consumido con moderación y, sobre todo, con conciencia sobre su calidad.
Para Karlos Arguiñano, un buen pan debe ser un compañero ideal de las comidas, no solo un relleno vacío que te hace sentir lleno antes de disfrutar del verdadero plato principal.
“A menudo, cuando te sirven el pan antes de la comida, acabas llenándote con él y perdiendo el apetito para el resto de la comida”, comenta.
Este comportamiento, que es bastante común, no es el mejor para aprovechar la experiencia gastronómica al completo.
Así que, si te encuentras en un restaurante y te sirven pan antes del plato principal, Arguiñano sugiere que debes ser cauteloso y no dejarte llevar por la tentación de comer en exceso antes de que lleguen los platos principales.
A menudo, el pan se convierte en la principal fuente de saciedad mientras esperas la comida, lo que no permite disfrutar plenamente de la experiencia culinaria.
Para los amantes de un buen pan, Karlos Arguiñano ofrece algunas recomendaciones sobre qué tipos de pan deberían estar en la carta de los restaurantes.
A su juicio, los panes más saludables son los que se elaboran con harinas integrales, como el pan integral, el pan alemán o el pan de centeno, que son más ricos en fibra y nutrientes que el pan blanco convencional.
También destaca el pan de masa madre integral y los panes elaborados con cereales germinados, como el pan de avena o de espelta, que son excelentes opciones para aquellos que buscan un pan más nutritivo y sabroso.
“El pan debe ser un alimento de calidad que complemente bien las comidas, no algo que te hinche sin aportar nada”, insiste Karlos Arguiñano.
En su opinión, este tipo de pan de alta calidad es el que merece un lugar en los restaurantes, y no el pan blanco industrial que solo aporta calorías vacías.
Así que la próxima vez que estés en un restaurante y te ofrezcan pan, tal vez sea el momento de reflexionar sobre su calidad antes de llenarte con él.
Karlos Arguiñano, con su vasta experiencia y su dedicación a la cocina de calidad, sigue siendo un referente en la cultura culinaria española, y con sus consejos sobre el pan, deja claro que la calidad debe prevalecer sobre la cantidad, incluso en un alimento tan sencillo como el pan.
¿Será este el comienzo de una nueva era en la que los restaurantes se esfuercen por ofrecer panes más saludables y nutritivos a sus comensales?
Es probable que, con el tiempo, más personas sigan el ejemplo de Arguiñano y busquen lo mejor, no solo en sus platos principales, sino también en el pan que acompaña su comida.