Hubo un tiempo en que el nombre de Naasón Joaquín García resonaba con fuerza en los templos y corazones de millones de fieles.
Era el líder supremo de la Iglesia La Luz del Mundo, una figura venerada, casi divina, para sus seguidores.
Pero a los 56 años, lo que parecía ser una vida de gloria eterna se desmoronó, dejando al descubierto un legado de secretos, traiciones y escándalos.
Hoy, desde una prisión en California, Naasón Joaquín García ha señalado a cinco personas como las responsables de su caída, aquellas a las que, según él, nunca podrá perdonar.

Naasón Joaquín García nació el 7 de mayo de 1969 en Guadalajara, Jalisco, en el seno de una de las familias religiosas más influyentes de México.
Como hijo de Samuel Joaquín Flores, líder de la Iglesia La Luz del Mundo, Naasón creció rodeado de devoción y poder.
Desde joven, fue preparado para asumir el liderazgo de la iglesia, siguiendo los pasos de su padre.
En 2014, tras la muerte de Samuel Joaquín, Naasón fue proclamado como el nuevo “apóstol de Jesucristo”.
Su liderazgo llevó a la iglesia a expandirse aún más, con megatemplos y una creciente influencia internacional.
Pero detrás de la imagen de un hombre santo, comenzaron a surgir rumores oscuros que eventualmente lo llevarían a su arresto y condena.
En junio de 2019, Naasón Joaquín García fue arrestado en el aeropuerto de Los Ángeles bajo cargos de abuso sexual, tráfico humano y posesión de pornografía infantil.
La noticia conmocionó al mundo y dividió a la iglesia.
Mientras algunos fieles defendían su inocencia, otros comenzaron a cuestionar la institución que habían seguido ciegamente durante años.

La fiscalía presentó pruebas contundentes, incluyendo testimonios de víctimas que describieron un sistema de abuso organizado dentro de la iglesia.
En 2022, Naasón aceptó su culpabilidad en varios cargos y fue sentenciado a 16 años y 8 meses de prisión.
Sin embargo, para muchos, la condena fue insuficiente para el alcance de sus crímenes.
Desde su celda, Naasón Joaquín García ha escrito cartas en las que señala a cinco personas como las responsables de su caída.
Según él, estas personas traicionaron su confianza y contribuyeron a su condena.
Los nombres incluyen a:
Alondra Ocampo, una de sus colaboradoras más cercanas, quien fue arrestada junto a él y posteriormente cooperó con la fiscalía.
Su testimonio fue clave para el caso en su contra.
Rosa Sosa, otra colaboradora cercana, acusada de participar en la red de abuso y de reclutar víctimas.

Asalia Rangel García, vinculada a las operaciones internas de la iglesia y señalada como cómplice en las acusaciones.
Eva García de Joaquín, su propia madre, quien según rumores, sabía de los abusos pero permaneció en silencio para proteger la estructura de poder de la iglesia.
Samuel Joaquín Flores, su padre fallecido, a quien Naasón culpa por haberlo formado en un ambiente de miedo y obediencia ciega.
Las cartas de Naasón revelan una profunda fractura en su círculo íntimo.
En una de ellas, dirigida a su padre, escribió: “Tú me formaste con la palabra, pero también con el miedo.
Hoy entiendo que tus silencios fueron órdenes y yo lo seguí, pero no sé si perdonarte porque fui tu reflejo y eso me condenó”.
Estas palabras reflejan no solo su resentimiento, sino también un reconocimiento de la herencia oscura que recibió.
Por su parte, Eva García de Joaquín, su madre, habría respondido en privado: “Tú sabes todo lo que callé por ti y tú sabes también que ya no puedo cargar más esa cruz”.
Este intercambio de palabras muestra el dolor y la culpa que han desgarrado a la familia.
El escándalo de Naasón Joaquín García no solo afectó a su familia, sino también a la comunidad de La Luz del Mundo.
Muchos fieles se sintieron traicionados y abandonaron la iglesia, mientras que otros se aferraron a la creencia de que su líder era víctima de una conspiración.
Las revelaciones de abuso, corrupción y manipulación psicológica sacudieron los cimientos de la iglesia, que intentó minimizar el impacto del escándalo.
Sin embargo, el daño ya estaba hecho.
Las denuncias de víctimas, los testimonios de colaboradores y las investigaciones legales dejaron al descubierto una verdad incómoda que la iglesia ya no podía ocultar.
Mientras Naasón Joaquín García cumple su condena, las preguntas sobre el futuro de La Luz del Mundo y su legado persisten.
¿Podrá la iglesia recuperar la confianza de sus fieles? ¿Volverá Naasón a liderar la congregación tras su liberación? ¿O será recordado como el hombre que destruyó lo que su familia construyó durante generaciones?
La historia de Naasón Joaquín García es un recordatorio de cómo el poder y la fe pueden ser utilizados para el bien o para el mal.
En su caso, su caída expuso las sombras detrás de una institución que muchos consideraban intachable.
Y aunque las heridas tardarán en sanar, la verdad, por dolorosa que sea, es el primer paso hacia la justicia y la reconciliación.