💥A sus 62 años, Julio César Chávez rompe el silencio sobre su hijo: confesiones crudas y una verdad que duele
El gran Julio César Chávez ha enfrentado a los rivales más temidos, ha caído, se ha levantado, y ha escrito su nombre con letras de oro en la historia del boxeo mundial.
Pero a sus 62 años, lo que más le pesa no son los golpes en el cuadrilátero… sino los que ha recibido en su corazón como padre.
En una entrevista íntima, sin cámaras grandilocuentes ni escenografía, el legendario boxeador se abrió como nunca antes para hablar de su hijo, Julio César Chávez Jr.
, y el dolor que ha significado verlo perderse entre excesos, polémicas y tropiezos.
“Como padre, me siento culpable”, fueron las palabras que marcaron el inicio de su desgarradora confesión.
Chávez no titubeó.
Reconoció que, durante años, puso su carrera por encima de su familia, y que su hijo creció a la sombra de un gigante sin entender cómo llenar esos zapatos.
“Lo presioné sin darme cuenta.
No lo dejé ser él.
Quería que fuera campeón como yo, pero él no nació para seguir mis pasos, nació para trazar los suyos”, afirmó con la voz quebrada.
Pero el golpe más fuerte vino cuando admitió que, durante mucho tiempo, se negó a ver la realidad.
“Me decía a mí mismo que estaba bien, que solo era una mala racha… pero no, era mucho más grave.
Las adicciones, la falta de enfoque, las malas decisiones… yo las viví en carne propia, y verlo repetir mi historia fue como verme en un espejo roto”, confesó.
Julio César Chávez Jr.
ha sido noticia por razones que poco tienen que ver con su talento deportivo: peleas canceladas, problemas de peso, videos polémicos, y actitudes erráticas que han desconcertado a sus seguidores.
Pero para su padre, cada uno de esos episodios ha sido una herida abierta.
“Cada vez que lo veo así, se me parte el alma.
Porque sé que tiene un corazón bueno, pero está perdido… y no sé si todavía puedo salvarlo”, dijo entre lágrimas.
El campeón también reveló que ha intentado todo: terapias, intervenciones familiares, centros de rehabilitación, y hasta largas charlas de padre a hijo.
“A veces lo escucho, a veces me cierra la puerta.
A veces dice que cambiará, y al día siguiente está peor.
Es una lucha constante.
No quiero rendirme, pero también estoy cansado.
Soy humano”, confesó.
Uno de los momentos más duros fue cuando recordó una conversación reciente con su hijo.
“Le dije: ‘Mijo, no me duele que no seas campeón.
Me duele verte sufrir, verte destruir lo poco que te queda.
No lo hagas por mí, hazlo por ti, por tus hijos’.
Y él solo bajó la cabeza.
No dijo nada”.
Esa imagen, según el propio Chávez, lo persigue cada noche.
A pesar del dolor, el ídolo no pierde la esperanza.
Dice que todavía cree en la redención, porque él mismo la vivió.
“Yo estuve peor.
Estuve en el infierno, y salí.
Si yo pude, él también puede.
Pero tiene que quererlo de verdad”, declaró con firmeza.
También pidió al público que deje de juzgarlo, y que entiendan que detrás de los escándalos hay una persona herida, luchando consigo misma.
Las redes sociales no tardaron en reaccionar.
Miles de mensajes de apoyo inundaron los perfiles del campeón, reconociendo su valentía al hablar de un tema tan doloroso y personal.
Muchos padres se sintieron identificados con su testimonio, y otros tantos expresaron solidaridad con Chávez Jr.
, entendiendo que su lucha no es deportiva, sino emocional y mental.
Hoy, a sus 62 años, Julio César Chávez no busca aplausos ni cinturones.
Busca paz.
Y sobre todo, busca recuperar a su hijo.
Porque como él mismo dijo al cerrar la entrevista: “Gané todas las peleas más difíciles… pero la única que quiero ganar antes de irme es la de volver a ver a mi hijo bien, feliz y libre de todo lo que lo está matando”.