Carmen Salinas Lozano, mejor conocida como Carmelita Salinas, fue una de las figuras más emblemáticas de la televisión y el cine mexicano. Nació el 5 de octubre de 1939 en Torreón, Coahuila, en el seno de una familia que enfrentó muchas adversidades. La vida de Carmen estuvo marcada por el sufrimiento, pero también por su inquebrantable determinación y pasión por el arte. Desde sus primeros años, enfrentó grandes retos que no la detuvieron, sino que la impulsaron a seguir adelante y a lograr una exitosa carrera en el mundo del entretenimiento.

Su infancia estuvo llena de dolor, ya que perdió a varios de sus hermanos debido a enfermedades, y vivió una experiencia difícil al ser inscripta con sus hermanos como huérfanos en un asilo para poder sobrevivir, donde sufrían maltratos y abusos. A pesar de esta dura realidad, Carmen mostró siempre una gran energía, carisma y una notable curiosidad por el mundo del arte, inspirada especialmente por su hermana Josefina Rojas, quien cantaba en la radio local de Torreón.

A la edad de diez años, Carmen tuvo la oportunidad de cantar en una estación de radio de Monterrey, lo que marcó el inicio de su carrera artística. A los 17 años, Carmen conoció al productor Carlos Amador, quien al verla cantar y mostrar su habilidad para imitar a diferentes artistas, la invitó a unirse a su elenco de teatro. A partir de allí, su vida cambió radicalmente, debutando en el cine y comenzando a construir una carrera que la llevaría a convertirse en una de las actrices más queridas y respetadas de México.

A lo largo de los años, Carmen Salinas participó en numerosas películas, especialmente durante los años 70, cuando fue parte del fenómeno conocido como el “cine de ficheras”. Su versatilidad como actriz le permitió participar en diversas cintas de este género, convirtiéndose en una de las figuras más representativas del mismo. Películas como Tivoli, Bellas de noche y El sexo sentido son solo algunas de las que marcaron su carrera en esta época. No obstante, su talento no se limitaba al cine, ya que Carmen también destacó en la televisión y en el teatro.

En 1964, Carmen hizo su debut en la televisión interpretando a Cuca en la telenovela La vecindad. A lo largo de las décadas, su presencia en la pantalla chica fue constante, participando en producciones como María la del barrio, Entre el amor y el odio y Mundo de fieras, entre muchas otras. También se destacó por su habilidad para imitar a otras grandes artistas como Celia Cruz, Lola Beltrán, Lupita D’Alessio y Alejandra Guzmán, lo que la convirtió en una de las imitadoras más reconocidas en el país.

A pesar de su éxito profesional, la vida personal de Carmen también estuvo marcada por momentos difíciles. En 1956, contrajo matrimonio con el músico Pedro Plasencia, con quien tuvo dos hijos, Pedro y María Eugenia. Sin embargo, la vida familiar de Carmen no estuvo exenta de tragedias.

Durante su primer matrimonio, sufrió varios abortos espontáneos que impidieron el nacimiento de otros hijos. En 1994, sufrió la pérdida de su hijo Pedro, quien falleció a causa de un cáncer de pulmón, lo que fue un golpe devastador para Carmen. A raíz de este dolor, la actriz decidió alejarse temporalmente de los escenarios y abandonar la imitación de artistas, ya que su hijo era quien arreglaba y dirigía musicalmente sus presentaciones.

En los años siguientes, Carmen Salinas se reinventó como empresaria y dramaturga. En 1997, presentó su exitosa obra Aventurera, que se convirtió en una de las más duraderas en la historia del teatro mexicano, con más de 20 años de éxito. Esta obra le permitió seguir haciendo lo que más amaba y también fue un espacio para que otras grandes figuras del espectáculo mexicano, como Itatí Cantoral y Maribel Guardia, pudieran brillar.

Además de su faceta artística, Carmen Salinas incursionó en el mundo de la política. En 2015, fue elegida diputada federal por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), una experiencia que generó controversia debido a la falta de formación académica en el área. Sin embargo, su popularidad y su constante presencia en los medios le valieron el apoyo de muchos de sus seguidores.

El legado de Carmen Salinas en la cultura mexicana es incuestionable. Su capacidad de reinventarse y su dedicación al trabajo la convirtieron en un ejemplo de perseverancia y pasión. A pesar de los muchos obstáculos que enfrentó, nunca dejó que su vida personal o las tragedias la derrotaran, y siempre siguió adelante con la misma energía y carisma que la caracterizaban.

Lamentablemente, el 10 de noviembre de 2021, Carmen Salinas sufrió un accidente que la llevó a ser hospitalizada en terapia intensiva. Su muerte, ocurrida al día siguiente, dejó un vacío en el mundo del espectáculo mexicano, ya que era una de las artistas más queridas y admiradas. El misterio de su fallecimiento sigue siendo tema de especulación, pero lo que es indiscutible es el impacto que tuvo en la cultura mexicana, un legado que perdurará por generaciones.

Carmen Salinas fue, sin lugar a dudas, una mujer que vivió con pasión y dedicación. Su vida y carrera son un testimonio de fortaleza, talento y amor por su país y por el arte, que siempre serán recordados por todos quienes tuvieron el privilegio de disfrutar de su trabajo y su compañía.