Mayté Gaos ya Tiene Más de 80 Años y Cómo Vive es Triste

Mayté Gaos fue, durante un breve pero intenso periodo de los años sesenta, uno de los rostros más dulces y recordados de la música juvenil en México.

Mayté Gaos ya Tiene Más de 80 Años y Cómo Vive es Triste
Bastó una sola canción, El gran Tomás, para que su nombre quedara grabado en la memoria colectiva de toda una generación.

Su voz ligera, su sonrisa cercana y su presencia natural la convirtieron en una figura querida, reconocible y aparentemente destinada a una carrera larga bajo los reflectores.

Sin embargo, cuando el éxito apenas comenzaba a consolidarse, Mayté desapareció sin despedidas, sin giras finales y sin explicaciones públicas.

Décadas después, con más de 80 años, su vida despierta una mezcla de nostalgia, preguntas y una melancolía inevitable.

 

Aunque muchos la recuerdan como un ícono de la música mexicana, la historia de Mayté Gaos no comenzó en México.

Nació en una familia española profundamente marcada por el movimiento constante.

Su padre, ingeniero civil, era un hombre respetado y solicitado cuyo trabajo lo llevaba de proyecto en proyecto alrededor del mundo.

A diferencia de otros profesionales de su época, se negaba a vivir separado de su familia, por lo que su esposa y sus cinco hijos lo acompañaban a donde fuera.

Mayté, la mayor de los hermanos, nació cuando la familia vivía en Haití y creció sin un hogar fijo, aprendiendo desde niña a adaptarse a nuevas culturas, escuelas y lenguas.

 

La estabilidad económica nunca fue un problema, pero la emocional sí lo fue en cierto sentido.

Cambiar de país una y otra vez significaba empezar de nuevo constantemente.

Mayte Gaos..Vete con ella ☆ The Dixie Cups...Chapel of Love
Esa sensación de no pertenecer del todo a ningún lugar marcó el carácter de Mayté y alimentó una sensibilidad especial que más tarde se reflejaría en su manera de cantar.

Todo cambió en 1958, cuando su padre recibió una asignación en México.

Lo que parecía una estancia temporal se transformó en un destino definitivo.

El país los recibió con una calidez inesperada y la familia decidió establecerse en la Ciudad de México.

Mayté tenía entonces 16 años y enfrentaba el desafío de reconstruirse en plena adolescencia.

 

Fue en ese contexto donde la música comenzó a adquirir un papel central en su vida.

Desde niña había soñado con cantar, aunque no tenía claro qué género ni qué camino seguir.

En casa compartía esa pasión con su hermana menor, Pily Gaos, con quien improvisaba pequeños espectáculos usando cepillos como micrófonos y espejos como escenarios.

Mientras en la escuela Mayté tenía dificultades académicas y se sentía fuera de lugar, el coro se convirtió en su refugio.

Allí descubrió que su voz no solo era agradable, sino también su verdadera identidad.

 

Con una determinación poco común para su edad, Mayté decidió no continuar una educación tradicional y optó por estudiar secretariado para poder trabajar pronto y financiar por sí misma sus clases de música.

Esa decisión marcó el inicio de una independencia que definiría toda su vida.

Mayté Gaos "Vete con ella" (1965)
Mientras trabajaba en la oficina de su padre, buscaba incansablemente formación vocal y de danza.

Su talento no pasó desapercibido y, casi por casualidad, fue escuchada por integrantes del grupo Black Jeans, quienes quedaron impresionados por su dulzura escénica.

Aunque le ofrecieron integrarse como vocalista, Mayté rechazó la propuesta al sentir que su voz no pertenecía al rock.

 

El destino, sin embargo, ya estaba en marcha.

Tras participar en un concurso de canto organizado por una emisora de radio, ganó el primer lugar y obtuvo un contrato con RCA Víctor.

Así comenzó su carrera como solista a principios de los años sesenta.

Sus primeros sencillos tuvieron una recepción moderada hasta que apareció El gran Tomás, una canción sencilla, casi infantil, que nadie esperaba que se convirtiera en un fenómeno.

Contra todo pronóstico, el tema conquistó al público juvenil y se transformó en su sello definitivo.

 

El éxito llegó sin estridencias, pero fue real.

Mayté empezó a aparecer en programas de radio y televisión, y su imagen quedó asociada a una juventud inocente y cercana.

No era una diva ni una rebelde, sino una figura accesible, casi familiar.

MARIA TERESA GAOS "MAYTE" BALADISTA DE LA EPOCA DEL ROCK.
Esa naturalidad la llevó también al mundo de la comedia televisiva, donde participó en programas como La escuelita y en especiales navideños que consolidaron su presencia mediática.

En paralelo, forjó amistades profundas con figuras como Angélica María, con quien compartió no solo escenarios, sino confidencias.

 

Sin embargo, el brillo comenzó a opacarse desde dentro.

El ascenso artístico de su hermana Pily, más joven y con una imagen aún más angelical, generó una rivalidad silenciosa que nunca fue pública, pero sí dolorosa.

Aunque Mayté había sido la pionera, pronto empezó a ser percibida como “la hermana de Pily”.

Las comparaciones constantes y la sensación de quedar relegada afectaron profundamente su relación con la música.

Lo que alguna vez fue alegría comenzó a sentirse como una carga.

 

Cuando ya había decidido retirarse, grabó lo que pensaba sería su canción de despedida, una versión en español de Chapel of Love.

Paradójicamente, ese tema se convirtió en el mayor éxito de su carrera.

A pesar de las súplicas de productores y disqueras, Mayté no cambió de opinión.

Eligió el amor, el matrimonio y una vida lejos del espectáculo.

Su carrera artística, intensa pero breve, duró apenas cuatro años.

QUÉ FUE DE… MAYTÉ GAOS, CANTANTE QUE CONQUISTÓ A TODOS CON EL TEMA “EL GRAN  TOMÁS”

Lejos de los reflectores, Mayté construyó una vida sólida.

Retomó sus estudios, se convirtió en profesora universitaria en la UNAM y más tarde regresó a España, donde desarrolló una prestigiosa carrera académica en las Islas Canarias.

Fue investigadora, catedrática y formadora de generaciones hasta su jubilación en 1999.

Su pasado como cantante quedó como un recuerdo amable, no como una herida.

 

La tragedia regresó a su vida en 2009 con la muerte de su hermana Pily a causa de un cáncer agresivo.

Aunque en el pasado hubo tensiones, la relación ya estaba plenamente sanada.

Hoy, Mayté Gaos vive retirada en Santa Cruz de Tenerife, viuda, rodeada de recuerdos y sostenida por la cercanía de su hijo.

Los aplausos quedaron atrás, pero sus canciones siguen resonando como ecos de una época luminosa.

 

La historia de Mayté Gaos no es solo la de una artista que se fue demasiado pronto, sino la de una mujer que eligió la paz sobre la fama.

Su vida, lejos de ser un final triste, es el retrato de alguien que supo escuchar su propia voz, incluso cuando el mundo le pedía que siguiera cantando.

 

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