📹 ¡IMÁGENES IMPACTANTES! Así fue el momento EXACTO en que RUBBY PÉREZ murió en JetSet 💥 ¡Todo quedó grabado!
La noche del desastre en JetSet quedó inmortalizada no por la música, ni por el show, sino por el horror.
A través de un video ya viral, el país entero ha podido presenciar lo impensable: el instante exacto en que el techo del emblemático local se vino abajo, sellando el destino fatal de Rubby Pérez y decenas de personas más.
Las imágenes, captadas desde al menos dos ángulos distintos por asistentes al concierto, muestran una escena que pasa de euforia a terror en cuestión de segundos.
En el inicio del clip, todo parece normal.
El ambiente es festivo, la música suena a todo volumen, y entre gritos y aplausos, los fanáticos celebran lo que sería una presentación histórica.
Pero de pronto, se escucha un ruido seco, un estruendo extraño.
Alguien en el fondo del video murmura confundido: “¿Alguien se cayó? ¿Fue una pelea?”.
Nadie sabe lo que está a punto de ocurrir.
Solo unos segundos después, la cámara capta un movimiento brusco en el techo.
Y entonces…
la tragedia.
Una masa de concreto y metal cae como una guillotina sobre el escenario.
El caos se desata.
Se escuchan gritos, la música se detiene, la imagen se sacude.
La cámara intenta enfocar, pero la confusión es total.
Otra toma muestra una visión más clara desde una esquina del local: la estructura colapsa con una violencia descomunal.
No hay tiempo para escapar.
El estruendo es ensordecedor y lo que sigue es una nube de polvo, sombras corriendo y un grito que atraviesa los oídos: “¡Se cayó todo!”.
A los pocos segundos, las redes estallaron.
Las teorías comenzaron a multiplicarse.
¿Fue un derrumbe? ¿Fue una explosión? ¿Había signos previos de peligro? En el video se puede ver claramente cómo partes del techo ya mostraban debilidad incluso antes del colapso.
Algunos asistentes señalan que sentían vibraciones extrañas y crujidos en la estructura, pero nadie imaginó lo peor.
El foco estaba en la música, en el espectáculo, en el artista que había llenado el lugar sin necesidad de teloneros.
La voz de Rubby Pérez, que segundos antes llenaba el aire con nostalgia y potencia, se apagó sin aviso.
No hubo un cierre, no hubo un adiós.
El colapso fue tan repentino que muchos ni siquiera entendieron lo que había pasado hasta que salieron del lugar o vieron el polvo cubrirlo todo.
Algunos, en shock, siguieron grabando.
Otros, llorando, pedían ayuda para los atrapados.
Las luces de emergencia no funcionaron de inmediato.
La salida fue un caos.
En medio de la desesperación, surgieron las noticias falsas.
Algunos medios informaron que Rubby había sido rescatado con vida y trasladado a la Plaza de la Salud.
Otros decían que seguía cantando bajo los escombros para que lo encontraran.
Pero su familia desmintió todo.
Su hermana y su hija confirmaron que el artista fue aplastado por una columna y no sobrevivió.
“Eso es falso”, dijeron con lágrimas.
“Mi padre no fue rescatado.
Mi padre murió allí”.
La crudeza del video ha dividido a la opinión pública.
Algunos lo consideran una pieza necesaria para visibilizar la magnitud del desastre.
Otros lo ven como una invasión a la privacidad y al dolor.
Pero lo cierto es que esa grabación se ha convertido en el testimonio más potente de una tragedia anunciada.
Porque lo que sucedió esa noche no fue casualidad.
Fue negligencia acumulada.
Una estructura debilitada, advertencias ignoradas, corrupción que tapó grietas con dinero y contactos.
Las imágenes no mienten.
Se ve el pánico, se escuchan los gritos, se siente la desesperación.
Y en medio de todo eso, el eco del merengue que minutos antes era motivo de alegría, ahora es el soundtrack de una pesadilla.
El país entero lo vio.
El mundo entero lo comparte.
Rubby Pérez, una figura que unía generaciones con su voz y carisma, murió en plena actuación, víctima de un sistema que falló en proteger lo más básico: la vida.
A medida que las investigaciones avanzan, este video será clave para determinar responsabilidades.
Las autoridades no podrán ignorarlo.
Los constructores, los dueños del local, los funcionarios que permitieron su reapertura tras el incendio de 2023, todos tendrán que responder.
Porque la muerte de Rubby no fue un accidente, fue el resultado final de una cadena de omisiones imperdonables.
Hoy, el video circula por miles de teléfonos.
Algunos lo ven con rabia, otros con tristeza.
Pero todos coinciden en algo: ver morir a una leyenda en tiempo real no se olvida jamás.
Es la imagen más dolorosa de una fiesta que se convirtió en tragedia.
Es el retrato brutal de un ídolo que dio su último aliento en tarima, entre aplausos, polvo y silencio.
