La música latina se encuentra de luto tras la inesperada muerte de Rubby Pérez, uno de los íconos más representativos del merengue.

Su fallecimiento, ocurrido el 8 de abril de 2025, durante un trágico colapso en la discoteca Jetset en Santo Domingo, ha dejado una huella profunda en el corazón de sus seguidores y en la cultura dominicana.

Rubby Pérez, conocido como “la voz más alta del merengue”, nació el 8 de marzo de 1956 en Bajos de Aina, República Dominicana.

Desde joven, soñaba con ser beisbolista, pero un accidente de coche cambió su destino y lo llevó al Conservatorio Nacional de Música.

Allí, desarrolló su talento musical, aprendiendo a tocar el piano y la guitarra, lo que le permitió forjar una carrera exitosa.

 

A lo largo de su trayectoria, Rubby lanzó éxitos que se convirtieron en himnos de generaciones, como “Volveré” y “Enamorado de ella”.

Su voz resonó no solo en los escenarios de América Latina, sino también en las listas internacionales, como los Latin Charts de Billboard.

Su carisma y energía en el escenario lo hicieron destacar, creando una conexión especial con su público.

 

Rubby conoció a Inés Lizardo en su infancia, y su relación se transformó en un amor profundo que duró casi cinco décadas.

Se casaron en 1974 y juntos criaron cuatro hijos.

Sin embargo, la vida de Rubby estuvo marcada por la tragedia cuando Inés falleció en 2022 debido a cáncer de mama.

Su muerte dejó un vacío inmenso en su vida, y aunque Rubby nunca habló abiertamente de su dolor, quienes lo conocían notaron un cambio en su carácter y en su música, que adquirió un tono melancólico.

Después de la muerte de Inés, Rubby encontró un nuevo amor en Lady Altagracia Rosario, cónsul de la República Dominicana en Houston, Texas.

Esta relación sorprendió a muchos, pero también trajo alegría a sus últimos días.

Zulinka, la hija de Rubby, reveló que su padre estaba profundamente enamorado de Lady, lo que le dio un nuevo sentido a su vida.

 

Sin embargo, el destino le tenía preparado un desenlace trágico.

Rubby cambió su agenda para presentarse en la discoteca Jetset, donde ocurrió el colapso que cobró la vida de más de 220 personas, incluido él.

Este giro inesperado ha dejado a Lady con el peso de saber que su amor pudo haber influido en esa fatídica decisión.

 

La muerte de Rubby Pérez no solo representa la pérdida de un gran artista, sino también un llamado a la reflexión sobre la seguridad en los espacios públicos.

La tragedia del Jetset ha puesto de manifiesto la necesidad de exigir estándares más altos de seguridad en eventos masivos.

La comunidad se unió en un acto de solidaridad, recordando a Rubby a través de su música, que sigue resonando en las calles y en los corazones de sus fans.

 

El funeral de Rubby, celebrado en el Teatro Nacional Eduardo Brito, fue un homenaje a su legado.

Miles de fans se reunieron para rendirle tributo, cantando sus canciones y recordando los momentos que compartieron con él.

La presencia de figuras destacadas, como el presidente Luis Abinader, subrayó la importancia de Rubby en la cultura dominicana.

 

La historia de Rubby Pérez nos recuerda que la vida es frágil y que cada decisión puede tener un impacto significativo.

Su legado perdurará no solo en sus canciones, sino también en la forma en que unió a las personas a través de su música.

Mientras el mundo del merengue enfrenta su ausencia, la comunidad continúa celebrando su vida y su contribución al género.

 

Rubby Pérez se fue, pero su voz sigue resonando, invitándonos a vivir con pasión y a valorar cada momento.

Su música es un recordatorio de que el arte tiene el poder de unir y sanar, incluso en los momentos más oscuros.

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