El hermano de Julia Roberts ha escrito sus memorias y en ellas lamenta lo arrogante que fue cuando dijo que tanto la protagonista de Pretty Woman como su hija Emma Roberts le debían la fama a él.
Cierto es que Eric, de 68 años, fue el primero en triunfar en Hollywood y cuenta en su haber con más de 700 títulos, entre ellos una nominación al Oscar por Runaway Train, pero si algo está claro es que su familia se ganó su sitio en Hollywood por derecho propio.
Pasado el tiempo, Eric se arrepiente de esas declaraciones y ha querido ofrecer una disculpa pública en su libro autobiográfico Runaway train, or the story of muy life so far (Tren fuera de control o la historia de mi vida hasta ahora).
“Una de las cosas por las que me gustaría disculparme en este libro es por haber dicho públicamente en más de una ocasión: ‘Si no fuera por mí, no habría Julia Roberts’.
Eso no solo es desafortunado, sino que también es falso”.
Eric Roberts reconoce que “fue una estupidez haber dicho eso” porque la novia de América y su hija se ganaron su lugar en Hollywood gracias a su esfuerzo y talento.
Su relación con Julia Roberts nunca fue fácil.
Eric Roberts creció en Georgia y pasó la mayor parte de su adolescencia lejos de su madre y sus hermanas, Lisa y Julia.
Sus padres se divorciaron y él se quedó con su padre, una persona muy controladora, violenta y celosa de su éxito temprano.
A los 17 años, Eric se mudó a Nueva York para dedicarse a la actuación, donde trabajó y se divirtió con futuras estrellas como Christopher Walken, Mickey Rourke, John Malkovich, Bruce Willis y Robin Williams.
Su gran oportunidad llegó cuando fue elegido para King of the Gypsies.
Eric se convirtió en una de las estrellas más populares de la época, comenzó un romance con la actriz Sandy Dennis, trabajó con Bob Fosse en la aclamada Star 80 y obtuvo una nominación al Oscar por Runaway Train.
Perdió la custodia de su hija Emma
Pero Hollywood tuvo para Eric un lado muy oscuro.
Se vio inmerso en una espiral de adicciones y tuvo un accidente automovilístico que casi le costó la vida.
Eric habla abiertamente de sus problemas con las drogas y el efecto devastador que tuvieron en su carrera.
Sus adicciones le alejaron por completo de su familia.
De su relación con Kim Cunningham nació su hija, Emma, también convertida en actriz, pero rompieron cuando la niña apenas tenía unos meses.
Ahora entiende haber perdido la custodia de su hija.
“La mayor consecuencia de mi consumo de drogas fue perder a Emma”, revela con pesar.
De sus hermanas Julia y Lisa admite: “No me sorprendería que sufrieran de trastorno de estrés postraumático por el hecho de que era peligroso estar cerca de mí.
Lisa y Julia necesitaban amor y protección, pero, en cambio, recibieron miedo e incertidumbre”.
Sin duda, Eric Roberts con este libro busca la redención personal.
“Me imagino que seguiré siendo el hermano de Julia y el padre de Emma Roberts durante el resto de mi vida.
Me gustaría hacer honor a esa promesa, hacerme a un lado con orgullo y gracia.
Esa es una de las razones por las que escribí el libro”.
En la actualidad está unido a la actriz y directora de casting Eliza Roberts, con quien se casó en 1992, y ha sido la que le ha ayudado a enfrentarse a sus demonios.