Enrique Aguilar Bretón, nacido el 11 de enero de 1935 en la Ciudad de México, es un nombre que resuena con fuerza en la historia del cine, la televisión y el teatro mexicano.
Hijo de Domingo Aguilar Chávez y María de Lourdes Bretón, Enrique creció en un ambiente que, aunque distante del mundo artístico, pronto lo llevaría a ser parte fundamental de la cultura popular mexicana.
Su vida estuvo marcada por su inconfundible talento, su carisma natural y una trayectoria que dejó huella en diversos géneros, desde el cine de terror hasta las telenovelas que definieron la televisión mexicana de las décadas de 1960 y 1970.
Inicios de una carrera prometedora en las artes dramáticas
Desde joven, Enrique Aguilar mostró un profundo interés por el mundo de las artes escénicas. Durante su adolescencia, estudió arte dramático en la academia de la ANDA (Asociación Nacional de Actores), lugar que se convertiría en el primer trampolín hacia su carrera profesional.
Su debut en el teatro tuvo lugar en 1957, cuando participó en la obra “Cada quien su vida”, dirigida por Luis G. Basurto. En esta obra, Aguilar sustituyó al actor Carlos Navarro, un hecho que marcó el inicio de una carrera que estaría llena de retos y satisfacciones.
No pasó mucho tiempo antes de que Enrique se aventurara al mundo del cine. En 1958, debutó en la pantalla grande con la película “800 leguas por el Amazonas”, un filme de aventuras que le permitió demostrar su capacidad interpretativa y poner su nombre en los primeros planos de la industria cinematográfica mexicana.
Sin embargo, fue en la televisión donde Enrique Aguilar alcanzó una popularidad aún mayor, especialmente en los años 60.
Éxito en la televisión: Las Aventuras de Dick Turpin y La culpa de los padres
A partir de 1963, Enrique comenzó a ganar protagonismo en la televisión mexicana, participando en producciones que rápidamente se convirtieron en favoritas del público.
Uno de sus primeros éxitos en este medio fue “Las aventuras de Dick Turpin”, una serie de acción y aventuras basada en el famoso bandido inglés.
A partir de ahí, Enrique fue parte de algunas de las telenovelas más exitosas de la época, siendo “La culpa de los padres” una de las que más destacó en su carrera televisiva.
Su versatilidad como actor lo llevó a interpretar una amplia variedad de personajes. Enrique no solo se destacó en los papeles de galán, sino también en otros géneros que iban desde el drama hasta el suspenso.
Su trabajo en telenovelas como “El profesor Valadez”, “El dolor de vivir” y “La familia y Mariana” consolidó su estatus como uno de los actores más cotizados de la televisión mexicana.
El cine de terror mexicano: El escapulario
En 1968, Enrique Aguilar alcanzó una de las cúspides de su carrera en el cine, cuando interpretó a un sacerdote escéptico en “El escapulario”, una de las películas más representativas del cine de terror mexicano de los años 60.
En este filme, compartió pantalla con grandes actores de la época como Enrique Lizalde, Jorge Lavat, José Carlos Ruiz y Jorge Russek.
El trabajo de Aguilar en esta película le valió el reconocimiento tanto de la crítica como del público, convirtiéndose en uno de los personajes más citados dentro del subgénero de terror mexicano.
“El escapulario” es recordada no solo por su atmósfera inquietante y su guion original, sino por la interpretación de Enrique Aguilar, quien supo darle vida a un personaje complejo que trascendió más allá de las fronteras del cine de horror.
Este papel le permitió consolidarse como un actor multifacético, capaz de afrontar los desafíos de diferentes géneros cinematográficos.
La oportunidad de oro y la tragedia: Reportero de turno
A medida que pasaba el tiempo, la carrera de Enrique Aguilar seguía en ascenso. En 1970, el productor argentino Raúl Astor, conocido por su rigurosidad a la hora de seleccionar el elenco para sus producciones, lo incluyó en su programa de variedades “La cosquilla”, un espacio que le permitió seguir demostrando su gran talento y su versatilidad frente a las cámaras.
A raíz de su participación en este programa, Enrique fue invitado a protagonizar un programa piloto para una nueva serie llamada “Reportero de turno”. Sin embargo, la suerte no estuvo de su lado en este momento crucial de su carrera.
El 31 de enero de 1971, Enrique Aguilar se encontraba emocionado y preparado para las grabaciones del piloto de “Reportero de turno”, una serie que se perfilaba como una gran oportunidad para dar un giro a su carrera en la televisión. Esa mañana, salió de su casa vistiendo un saco sport amarillo a cuadros, pantalón negro, camisa amarilla y corbata verde.
A bordo de su automóvil Javelin blanco de 1969, se dirigía a la residencia en la Colonia Del Valle donde se llevaría a cabo la filmación. Sin embargo, algo trágico ocurrió ese día que cambiaría su destino para siempre.
Según versiones de la época, al llegar al lugar de grabación, alguien de la producción le entregó una pistola de utilería y, en tono de broma, le dijo que tuviera cuidado porque la pistola estaba cargada.
Desafortunadamente, esa broma terminó en una tragedia. El actor, de 36 años, que ya se había consolidado como un galán del cine y la televisión mexicana, perdió la vida a causa de un accidente con la pistola de utilería.
La noticia de su muerte conmocionó al mundo del espectáculo mexicano, y el legado de Enrique Aguilar Bretón, que hasta ese momento había sido una de las estrellas más prometedoras de la televisión y el cine, quedó truncado de manera abrupta. Su fallecimiento dejó un vacío en la industria que fue difícil de llenar.
El legado de Enrique Aguilar
A pesar de que su carrera fue corta, Enrique Aguilar Bretón dejó una huella imborrable en la historia del cine y la televisión mexicana. A través de sus interpretaciones, ya sea en el cine de terror, las telenovelas o el teatro, demostró una pasión inquebrantable por la actuación y una capacidad única para conectar con el público.
Hoy en día, Enrique Aguilar es recordado con cariño y admiración por su contribución al cine y la televisión mexicana. Su legado perdura, no solo en las películas y programas que protagonizó, sino también en la memoria de los que lo conocieron y apreciaron su arte.
En un país con una tradición tan rica en cultura y entretenimiento, Enrique Aguilar Bretón será siempre una figura que representa la esencia del talento mexicano, un actor que brilló con luz propia y cuya historia continúa siendo un referente en la historia del espectáculo en México.
https://www.youtube.com/watch?v=9Zz-yFrpmxc