Durante casi seis décadas, la historia de amor entre Vicente Fernández y doña Cuquita Abarca ha cautivado a los fanáticos de la música ranchera.
Sin embargo, detrás de la adoración pública, había secretos y luchas que finalmente han salido a la luz.
A sus 78 años, doña Cuquita ha decidido romper su silencio, abordando aspectos íntimos de su matrimonio con El Charro de Huentitán, un ícono de la música mexicana.
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Vicente Fernández, conocido cariñosamente como “El Chente”, falleció el 12 de diciembre de 2021, a los 81 años.
Su muerte dejó un vacío en el corazón de millones de admiradores que lo veneraban por su talento y carisma.
A lo largo de su vida, Vicente dejó un legado extraordinario, con más de 100 discos y más de 30 películas, convirtiéndose en una figura querida no solo en México, sino en todo el mundo.
A pesar de su éxito, la vida de Vicente estuvo marcada por complicaciones personales y de salud.
Tras una caída en su rancho, su salud se deterioró rápidamente, lo que culminó en su fallecimiento debido a una neumonía.
Doña Cuquita estuvo a su lado hasta el último momento, mostrando la lealtad que había caracterizado su relación.
La historia de amor entre Vicente y Cuquita comenzó en la década de 1960, cuando ambos eran jóvenes.
Se conocieron en un momento de gran tristeza para Vicente, quien había perdido a su madre.
Desde el primer encuentro, Vicente quedó cautivado por Cuquita, y tras un breve periodo de cortejo, decidieron casarse el 27 de diciembre de 1963.
Sin embargo, a pesar de su amor duradero, su matrimonio no estuvo exento de desafíos.

A lo largo de los años, Vicente fue vinculado con varias mujeres, lo que alimentó rumores de infidelidades.
En una reciente entrevista, doña Cuquita abordó este tema con una calma sorprendente.
Al ser preguntada sobre cómo enfrentó las infidelidades de su esposo, su respuesta fue reveladora: “Si él era feliz, yo también era feliz”.
Doña Cuquita explicó que nunca intentó controlar a Vicente ni dejar que los celos la consumieran.
“Detrás de las puertas era mi esposo. Fuera de ahí, pues quién sabe. Yo nunca fui celosa”, compartió.
Esta perspectiva revela una fortaleza y una madurez emocional que ha sido fundamental para mantener la unidad familiar a lo largo de los años.
A pesar de las dificultades, la pareja logró construir una familia sólida, con tres hijos: Vicente Fernández Jr. , Alejandro Fernández y Gerardo Fernández.
La familia ha mantenido unida su relación, reflejando los valores que Vicente les inculcó.
Uno de los temas más delicados que doña Cuquita abordó fue el de la herencia de Vicente.
Tras su fallecimiento, surgieron preguntas sobre cómo se manejarían los bienes y si habría disputas entre los hijos.

Doña Cuquita fue clara al respecto: “No hay drama. Él dejó todo en orden. No hay problemas con la herencia aquí”.
Su declaración indica que Vicente había tomado precauciones para evitar conflictos familiares.
Durante una reunión con reporteros en el rancho Los Tres Potrillos, doña Cuquita aseguró que la división de bienes se había manejado de manera fluida y sin conflictos.
“Todo está dividido de acuerdo con su voluntad. Yo no lo voy a cambiar, aunque técnicamente todo es mío ahora”, bromeó, dejando claro que respetaría los deseos de su difunto esposo.
A pesar de la ausencia física de Vicente, doña Cuquita se siente conectada con él a través de su música.
“Lo escucho todo el día”, confesó.
Cada noche, pone su música en el celular y la escucha mientras duerme.
“Su presencia se honra en su lugar de descanso.
La música suena en su tumba desde las 10 de la mañana hasta las 5 de la tarde todos los días”, compartió, describiendo cómo reza en ese tiempo.
Esta práctica no solo le brinda consuelo, sino que también refleja el profundo amor que aún siente por Vicente.
La música ha sido un hilo conductor en su relación, y a través de ella, doña Cuquita sigue sintiendo la energía y el espíritu de su esposo.

La historia de Vicente y Cuquita es un testimonio de amor verdadero y resiliencia.
A pesar de las adversidades, su matrimonio perduró, y doña Cuquita ha demostrado ser una mujer fuerte y digna.
Su habilidad para enfrentar los desafíos con gracia y serenidad es un ejemplo para muchos.
El legado de Vicente Fernández no solo se mide por sus logros en la música y el cine, sino también por la familia que construyó y los valores que inculcó en sus hijos.
La unión familiar que ha prevalecido después de su partida es un reflejo de su amor y dedicación.
Las revelaciones de doña Cuquita Abarca han conmovido a millones, mostrando una faceta del matrimonio de Vicente Fernández que muchos desconocían.
Su capacidad para perdonar y aceptar las imperfecciones de su esposo resuena con aquellos que han enfrentado desafíos en sus propias relaciones.
La vida y legado de Vicente Fernández continúan vivos a través de su música y el amor inquebrantable de su esposa, doña Cuquita.
En un mundo donde las historias de amor a menudo terminan en tragedia, la de Vicente y Cuquita se destaca como un ejemplo de compromiso y lealtad.
A medida que doña Cuquita sigue adelante, su historia sirve como un recordatorio de que el amor verdadero puede superar incluso las pruebas más difíciles.
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