Entre el pasado y un nuevo amanecer: la impactante revelación de Terence Hill que deja a sus fans sin palabras
A sus 86 años, Terence Hill, el eterno galán del cine italiano y compañero inseparable de Bud Spencer, ha vuelto a acaparar titulares.

Pero esta vez no por una nueva película ni por un reconocimiento a su carrera, sino por una confesión que ha dejado al público sin aliento.
“Tengo un nuevo amor”, declaró con serenidad, antes de lanzar una súplica que heló la sala: “Por favor, no la vuelvan a mencionar.
El actor, que durante décadas se mantuvo lejos del ruido mediático, sorprendió con una entrevista íntima en la que habló de sentimientos, pérdidas y segundas oportunidades.
Su voz, pausada pero firme, cargaba con la experiencia de quien ha vivido mucho y ha amado intensamente.
“A esta edad, uno no busca el amor… pero a veces, el amor te encuentra, incluso cuando ya no crees en él”, confesó, con una sonrisa que mezclaba ternura y nostalgia.
Terence Hill siempre fue reservado.

Desde la muerte de su esposa, Lori Zwicklbauer, con quien compartió más de medio siglo de vida, el actor había preferido la soledad.
Sus apariciones públicas eran escasas y su vida privada, un misterio.
Pero con esta revelación, Hill mostró un lado que pocos conocían: el del hombre que, incluso tras el dolor, aún es capaz de volver a sentir.
“Ella llegó en un momento en que mi corazón estaba en silencio”, explicó.
“No buscaba compañía ni cariño, pero su presencia me devolvió la paz.
Me hizo recordar lo que es sonreír sin motivo.
” Sin embargo, su tono cambió al pronunciar la frase que marcó el rumbo de toda la conversación: “Por favor, no la vuelvan a mencionar.

¿A qué se refería? Algunos interpretaron sus palabras como un intento de proteger la intimidad de esta nueva etapa de su vida.
Otros creen que es una forma de honrar a su difunta esposa, de no permitir que el amor actual se convierta en tema de morbo o comparación.
Lo cierto es que, detrás de su petición, se percibía un cansancio emocional, el hartazgo de un hombre que ha vivido bajo los reflectores durante más de medio siglo.
“Aprendí que el amor no necesita publicidad”, añadió.
“El verdadero amor se cuida en silencio.
No necesita titulares ni aplausos.
” Sus palabras, dichas con esa calma tan característica, resonaron como una lección para toda una generación que lo admiró no solo por su talento, sino por su integridad.
![]()
Durante la entrevista, Hill también habló de su visión sobre el paso del tiempo y la soledad.
“He aprendido a no temerle al silencio.
Pero cuando alguien llega y te hace reír de nuevo, es un milagro.
No quiero esconderlo, pero tampoco quiero que lo destruyan con curiosidad.
” Detrás de esa declaración se adivina el peso de los años, la sabiduría de quien ha entendido que el amor maduro no busca atención, sino calma.
Los fans reaccionaron con emoción y respeto.
Las redes sociales se llenaron de mensajes de apoyo: “Si alguien merece ser feliz, es él”, escribió una seguidora.
Otros recordaron la eterna complicidad entre Hill y su esposa Lori, señalando que su nueva felicidad es una forma de honrar la vida.
“Ella siempre lo cuidó, ahora alguien más le devuelve la sonrisa”, comentó un admirador desde Roma.
Terence Hill, con su habitual elegancia, no dio más detalles.
No habló de nombres, ni edades, ni historias.
Solo de sentimientos.
De la vida que aún late en su interior.
“No es una segunda oportunidad, porque el amor no se repite.
Es algo distinto, suave, sereno.
No lo planeé, simplemente sucedió.
”
Esa mezcla de honestidad y misterio es, tal vez, lo que mantiene su magnetismo intacto.
A sus 86 años, Hill sigue siendo el mismo hombre que conquistó la gran pantalla: fuerte, carismático, pero profundamente humano.
El actor concluyó la entrevista con una reflexión que conmovió a todos: “He perdido mucho, pero no el deseo de amar.
Mientras el corazón late, siempre hay espacio para una nueva historia.
Solo pido que me dejen vivirla en paz.
”
Y así, con esas palabras, Terence Hill no solo reveló una parte desconocida de su vida, sino que nos recordó que el amor no tiene edad, ni explicación, ni límites.
Que incluso los corazones marcados por el tiempo pueden volver a latir con la fuerza de un primer amor… aunque el mundo nunca sepa su nombre.