En el mundo de la música, hay artistas que dejan una huella imborrable en el corazón de sus seguidores.
Ruby Pérez, conocido como “la voz más alta del merengue”, es uno de esos íconos que, a pesar de su partida, sigue vivo en la memoria de quienes disfrutaron de su música.
Recientemente, un grupo de amigos y familiares se reunió para rendir homenaje a Ruby en su tumba, ubicada en el cementerio Puerta del Cielo, un lugar que se ha convertido en un símbolo de respeto y amor por los que han partido.
La visita comenzó con un recorrido hacia el cementerio, donde amigos cercanos, como Barry Bon y Rubio King, se unieron para recordar a Ruby.
“Estamos activos”, decía uno de ellos mientras compartían anécdotas y canciones que evocaban la esencia del artista.
El trayecto hacia el cementerio es sencillo; se encuentra cerca de la Cuava, y una vez que se toma la dirección correcta, el camino se vuelve familiar.
Al llegar a Puerta del Cielo, el ambiente es tranquilo y respetuoso.
Este cementerio, conocido por su orden y limpieza, fue una idea traída por venezolanos a la República Dominicana, y se ha convertido en un lugar de descanso final para muchos.
A pesar de su belleza, no es un lugar accesible para todos, ya que los costos de los nichos son elevados, reflejando la calidad y el cuidado que se ofrece en este espacio sagrado.
Finalmente, el grupo llegó a la sección donde reposan los restos de Ruby Pérez.
La emoción era palpable, y las palabras de recuerdo fluyeron con facilidad.
“¿Con qué canción lo recuerdas?”, preguntó uno de los amigos, y la respuesta fue unánime: “Sobreviviré”.
Esta canción, emblemática en su repertorio, simboliza la fortaleza y el espíritu indomable de Ruby, un artista que nunca se dejó vencer por las adversidades.
La tumba, adornada con flores frescas y un ambiente de reverencia, se convirtió en el centro de atención.
“Ruby Pérez nunca se muere, ¿quién se olvida?”, reflexionaron sus amigos, recordando su legado musical y su impacto en el merengue.
La música de Ruby no solo fue un entretenimiento; fue un vehículo de emociones que resonó en las fiestas, celebraciones y momentos importantes de la vida de muchas personas.
Ruby Pérez fue más que un cantante; fue un fenómeno cultural.
Con su distintiva voz y su carisma en el escenario, logró conquistar el corazón de millones.
Su carrera despegó en una época dorada para el merengue, y su estilo único lo llevó a convertirse en una de las figuras más reconocidas de la música latina.
Sus éxitos, como “La Cita” y “Me Dicen el Pato”, son clásicos que siguen sonando en las fiestas y reuniones familiares.
A lo largo de su vida, Ruby enfrentó desafíos, pero siempre se mantuvo firme en su pasión por la música.
Su dedicación y amor por el arte lo llevaron a alcanzar grandes logros, ganando premios y reconocimientos que consolidaron su lugar en la historia del merengue.
A pesar de su éxito, nunca perdió el contacto con sus raíces y siempre estuvo dispuesto a compartir su talento con los demás.
La visita a la tumba de Ruby Pérez no solo fue una oportunidad para recordar su vida y legado, sino también un momento de reflexión sobre la importancia de valorar a quienes amamos mientras están con nosotros.
“Es duro en verdad”, comentó uno de los amigos, mientras colocaba flores en la tumba.
Este gesto simboliza el amor y el respeto que sienten por Ruby, un artista que dejó una marca indeleble en sus corazones.
El acto de rendir homenaje también sirvió como recordatorio de que, aunque Ruby ya no esté físicamente, su música y su espíritu viven en cada nota que se escucha.
Las canciones de Ruby continúan siendo parte de la banda sonora de la vida de muchas personas, y su legado perdurará por generaciones.
Visitar la tumba de Ruby Pérez es un acto de amor y gratitud.
En un mundo donde la vida puede ser efímera, es fundamental recordar a aquellos que nos han dejado una huella.
“¿Con qué canción lo recuerdas?”, es una pregunta que invita a la reflexión y a la celebración de la vida.
Cada recuerdo, cada canción, cada risa compartida, forma parte del legado que Ruby dejó atrás.
La música tiene el poder de unir a las personas, y el merengue de Ruby Pérez es un claro ejemplo de ello.
Sus letras y melodías han sido parte de momentos felices, de bailes y celebraciones, creando recuerdos que perduran en el tiempo.
Al recordar a Ruby, sus amigos y familiares no solo celebran su vida, sino también la música que los unió.
La visita a la tumba de Ruby Pérez es un homenaje a un artista que nunca será olvidado.
Su legado musical, su carisma y su amor por la vida continúan inspirando a quienes lo conocieron y a aquellos que disfrutan de su música.
En cada acorde, en cada letra, Ruby sigue vivo, recordándonos la importancia de celebrar la vida y de mantener viva la memoria de aquellos que amamos.
Así, mientras el grupo se despide de la tumba, se llevan consigo no solo el recuerdo de un gran artista, sino también la promesa de que su música jamás será olvidada.
Ruby Pérez, con su voz y su pasión, permanece en el corazón de todos, y su legado seguirá resonando en la música del merengue por muchos años más.
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