Se casó 3 veces con el mismo hombre. Era Juanita en hogar dulce hogar. La hepatitis C acabó con ella

Begoña Palacios Ríos, nacida en 1941 en la Ciudad de México, fue una destacada actriz de teatro, cine y televisión que dejó una huella imborrable en la industria del entretenimiento mexicano.

Desde su debut a los 13 años en la película “El Mil Amores” junto al icónico Pedro Infante, Begoña se convirtió en una figura querida por el público.

A lo largo de su carrera, no solo se destacó en México, sino que también cruzó fronteras y se estableció en Hollywood, donde trabajó en diversas series de televisión y películas del género Western.

Begoña Palacios: la actriz del Cine de Oro con el rostro más bello que  padeció una terrible enfermedad - El Heraldo de México

Desde muy joven, Begoña mostró un gran interés por las artes escénicas.

Realizó estudios de danza bajo la tutela de la maestra Margarita la Triste y más tarde ingresó a la Academia de Andrés Soler y Sequisano para perfeccionar su técnica actoral.

Su talento natural y su dedicación la llevaron a obtener papeles significativos en el cine mexicano, donde rápidamente se ganó el cariño del público.

 

Su carrera despegó con “El Mil Amores”, pero su participación en otras películas como “Rosa Blanca” y “El Tejedor de Milagros” consolidó su estatus como una de las actrices más prometedoras de su generación.

En la década de 1960, Begoña se convirtió en una figura familiar en el cine mexicano, participando en una serie de películas que la hicieron destacar aún más.

 

Uno de los aspectos más fascinantes de la vida de Begoña fue su relación con el director estadounidense Sam Peckinpah.

La pareja se conoció durante la filmación de “Juramento de Venganza” y rápidamente entablaron un romance que culminó en una boda fastuosa en 1964.

Sin embargo, su matrimonio fue tumultuoso y se separaron al año siguiente, solo para reconciliarse y casarse nuevamente en 1965.

Esta relación estuvo marcada por altibajos, y tras otro divorcio en 1967, se volvieron a casar en 1974. Este último matrimonio perduró hasta la muerte de Peckinpah en 1984.

Bella actriz debutó junto a Pedro Infante y tenía la mejor silueta del Cine  de Oro - El Heraldo de México

La relación de Begoña con Peckinpah fue intensa y compleja, reflejando tanto el amor apasionado como los desafíos que enfrentaron como pareja.

A pesar de las dificultades, Begoña siempre mantuvo su carrera en el centro de su vida, eligiendo consolidar su éxito en la televisión mexicana.

 

Durante su carrera, Begoña se convirtió en un rostro familiar en la televisión mexicana.

Su papel más recordado es el de Juanita en la serie cómica “Hogar dulce hogar”, donde alternó con actores como José Gálvez y Sergio Corona.

Esta serie, que se emitió en la década de 1970, se convirtió en un clásico de la televisión mexicana y catapultó a Begoña a la fama en el ámbito televisivo.

 

A pesar de su éxito en Hollywood, Begoña decidió regresar a México para enfocarse en su carrera televisiva.

Participó en varias telenovelas a lo largo de los años, mostrando su versatilidad y habilidad para interpretar una amplia gama de personajes.

Su última telenovela fue “La Chacala”, donde continuó demostrando su talento y dedicación al arte.

Major Dundee (1965)

A pesar de su éxito profesional, la vida de Begoña estuvo marcada por la adversidad. En los años posteriores a su carrera en el cine y la televisión, comenzó a enfrentar serios problemas de salud.

Fue diagnosticada con hepatitis C, una enfermedad que afecta gravemente al hígado y que puede tener complicaciones fatales.

A lo largo de varios años, Begoña luchó valientemente contra esta enfermedad, pero finalmente perdió la batalla el 1 de marzo de 2000.

 

Su fallecimiento fue un duro golpe para sus familiares, amigos y admiradores.

Begoña murió en el Instituto Nacional de Nutrición de la Ciudad de México, y de acuerdo con los deseos de su hija María Guadalupe, sus restos fueron trasladados a Malibú, California, donde descansan junto a su esposo, Sam Peckinpah.

 

A lo largo de su vida, Begoña Palacios dejó un legado significativo en la industria del entretenimiento.

Su talento, belleza y carisma la convirtieron en una de las actrices más queridas de México.

A pesar de los desafíos que enfrentó, siempre se mantuvo fiel a su pasión por la actuación y dejó una marca indeleble en el corazón de quienes la conocieron y la admiraron.

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La historia de Begoña es un testimonio de la fortaleza y la resiliencia de las mujeres en el mundo del espectáculo.

Su vida y carrera son recordadas no solo por su contribución a la cultura mexicana, sino también por su lucha personal contra la enfermedad.

Su legado perdura en las memorias de aquellos que disfrutaron de su trabajo y en la historia del cine y la televisión en México.

 

La vida de Begoña Palacios es un recordatorio de que el camino hacia el éxito a menudo está lleno de altibajos.

Su talento y dedicación la llevaron a ser una figura icónica en la industria del entretenimiento, y su historia de amor con Sam Peckinpah añade una capa de complejidad a su vida.

A pesar de las dificultades, Begoña nunca dejó de brillar, y su legado sigue vivo en la memoria colectiva del público mexicano.

 

Hoy, al recordar a Begoña Palacios, celebramos no solo su carrera y sus logros, sino también su espíritu indomable y su amor por la actuación.

Su vida es un ejemplo de cómo el arte puede trascender las dificultades y dejar una huella duradera en el mundo.

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