La Princesa Leonor dice adiós a Marín: secretos, despedidas y el gran viaje que marcará su futuro
El próximo 20 de diciembre, la Princesa Leonor concluirá su primer cuatrimestre en la Escuela Naval de Marín, una etapa que ha estado marcada por la discreción, pero también por una serie de eventos que dejan entrever la vida de la heredera al trono fuera del foco mediático.
Este paso por la Armada, tras su año en la Escuela General Militar de Zaragoza, ha sido uno de los períodos más reservados de su formación, haciendo que muchos se pregunten sobre los detalles de su experiencia y su futuro.
Este viernes, al iniciar sus vacaciones de Navidad, la Princesa de Asturias pondrá punto final a cuatro meses en los que ha sabido mantenerse al margen de las cámaras, sin que su vida privada haya trascendido más de lo necesario.
Desde su llegada en agosto, Leonor ha sido tratada como una más en la Escuela Naval de Marín, una institución cargada de historia.
Aunque ha tenido que abandonar el centro en diversas ocasiones para cumplir con sus compromisos institucionales, como el desfile por el Día de la Hispanidad o los Premios Princesa de Asturias, la Princesa ha llevado una vida relativamente tranquila y apartada del mundo público.
Las pocas veces que se ha dejado ver fuera de las instalaciones de la escuela han sido en planes informales, acompañada de sus compañeros de promoción.
Uno de los momentos más reveladores de su paso por Marín fue el baile del Ciento, un evento tradicional que se celebra en la misma escuela naval.
En esta fiesta, que congregó a 1.500 invitados, la Princesa Leonor disfrutó del evento en un ambiente distendido, pero su equipo de seguridad evitó a toda costa que se filtraran imágenes suyas.
Sin embargo, poco después, se dejaba ver con sus compañeros en la aldea de O Pereiro, un pequeño rincón gallego, donde disfrutaron de una típica experiencia gastronómica en un furancho, una casa de comida familiar.
Estos momentos fueron de los pocos en los que la princesa pudo escapar de la intensa vigilancia mediática, compartiendo con sus compañeros una parte de su vida fuera de las normas protocolarias.
Durante estos meses, los habitantes de Marín, municipio de la provincia de Pontevedra, han sido testigos de la presencia de la heredera en diferentes terrazas y restaurantes locales.
Algunos de estos encuentros han sido compartidos por la prensa local, mostrando a una Leonor cercana y natural, disfrutando de su tiempo libre.
Se han mencionado cenas en Vigo, un lugar muy frecuentado por los cadetes de la Armada, y alguna salida por localidades cercanas como Moaña, sin que se filtraran imágenes comprometedores.
Estos escasos momentos privados han sido la excepción, pues la Princesa ha sabido mantenerse en un perfil bajo durante toda su estancia.
El único contacto público de los Reyes con su hija mayor en estos meses fue una visita en septiembre, cuando los monarcas Felipe y Letizia se desplazaron a Galicia para compartir una comida familiar en un restaurante de Vilagarcía.
La visita fue breve, ya que la razón del viaje no era otro que una cena en honor al aniversario de la promoción de Felipe VI.
De hecho, este viaje fue aprovechado por el Rey Juan Carlos, que se encontraba en Sanxenxo, para ver a su nieta.
Fue un gesto discreto, que no pasó desapercibido, pero que no hizo sino aumentar el interés sobre la vida de la Princesa Leonor en la Armada.
Una de las características de su paso por Marín ha sido la constante discreción con la que ha llevado su formación castrense.
A pesar de los esfuerzos por mantener su vida privada bajo control, algunas imágenes han trascendido, como las de la Princesa participando en maniobras o realizando actividades grupales dentro de las instalaciones de la escuela.
Pese a ello, la Casa Real no ha compartido más detalles sobre su vida en Marín, lo que ha alimentado la especulación mediática sobre su adaptación y experiencia.
La Princesa Leonor, en su estancia en Marín, parece haber encontrado su ritmo, con una rutina que incluye actividades deportivas, trabajo en equipo y formación naval.
El 2025 será un año clave para la Princesa de Asturias. A partir de enero, dejará Marín para embarcarse en una nueva aventura, esta vez a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano.
Durante seis meses, recorrerá diversos países de América y el Caribe, cruzando el Atlántico y sumando experiencia en el mar, como parte de su formación como guardiamarina.
Esta travesía es una de las etapas más esperadas, no solo para Leonor, sino también para su familia, ya que sigue el mismo camino que su padre, Felipe VI, quien realizó este viaje en 1987, y su abuelo, el Rey Juan Carlos, quien lo hizo en 1958.
Durante su travesía, la Princesa de Asturias vivirá una experiencia única: 140 días de navegación en un barco de la Armada, con paradas previstas en países como Uruguay, Chile, Perú, Panamá, Colombia, República Dominicana y Estados Unidos.
Este viaje no solo será un desafío personal, sino también un paso decisivo en su formación como futura reina de España.
La travesía será una oportunidad para conocer más de cerca la realidad de la Armada y seguir los pasos de su familia en este importante ritual de aprendizaje.
La Princesa Leonor se ha mostrado siempre agradecida por la oportunidad de estudiar en Marín, tal y como reflejó en el libro de honor de la Armada, donde expresó su confianza en que esta etapa le permitiría aprender mucho y compartir experiencias significativas.
A pesar de que su vínculo con Marín se fortalecerá para siempre, ya que el Concello de Marín ha aprobado su nombramiento como hija adoptiva, la vida de la heredera al trono sigue marcada por la discreción y el respeto por su intimidad.
La Princesa Leonor regresa a casa por Navidad, pero su regreso a Marín será en julio, cuando termine su etapa en el Juan Sebastián Elcano.
El silencio y la discreción que han rodeado estos primeros meses en la Armada solo aumentan el misterio sobre su futuro, mientras España espera su evolución como heredera al trono, con la certeza de que 2025 será un año crucial para ella.