Detrás del genio mexicano: el lado siniestro de Cantinflas que incomodó a colegas y destruyó a su familia
Si existe una figura mexicana que alcanzó el éxito y lo perpetuó para siempre, ese fue Mario Moreno, más conocido como Cantinflas.
Este cómico se caracterizaba por su forma de hablar rebuscada e incongruente que, al final de cuentas, terminaba por decir absolutamente nada.
Esa nueva manera de expresión hoy forma parte del diccionario de la Real Academia Española y lleva el nombre de “cantinflear”.
Así que imagínate el alcance de su popularidad.
Mario Moreno es recordado como un cómico respetado que, con su carisma y simpatía, logró triunfar en el cine y mantenerse en la cima por muchos años, haciendo reír a varias generaciones.
Sin embargo, a lo largo de su carrera abundaron las mujeres, las películas y la fama, así como muchos misterios y controversias que condicionaron la vida de uno de los artistas más exitosos de México de todos los tiempos.
Como el yin y el yang, Cantinflas hoy no escapa del análisis de que todos tenemos un lado oscuro, un costado extraño.

Mario Moreno nació el 12 de agosto de 1911 en la Ciudad de México en una familia humilde.
Su padre, Pedro, era cartero, y su madre, María de la Soledad Reyes Guizar, se dedicaba al hogar.
Juntos, conformaron una familia numerosa, teniendo 14 hijos, aunque solo criaron a ocho de ellos.
Las pérdidas tempranas en la familia parecen haber sido solo el comienzo de una historia que seguiría atravesando el linaje del futuro artista.
Desde muy joven, Mario tuvo diversos trabajos: ayudante de zapatero, limpiabotas, cartero, taxista, boxeador, torero, bailarín, mesero y hasta se alistó en el ejército.
Se dice que todas esas ocupaciones ayudaron e inspiraron a crear su personaje, Cantinflas.
Si bien a la vista del mundo era un personaje simpático, los colegas del ámbito del espectáculo no aseguraban que él se comportara de manera agradable detrás de las cámaras.
La escritora Guadalupe Loaesa, en una visita con la BBC, aseguró que Cantinflas y Mario Moreno eran dos personas en una que vivían en una permanente contradicción.
“Era un hombre que no era simpático; era desagradable”, afirmó, y luego agregó: “Mario Moreno era un personaje muy siniestro con una ambigüedad muy evidente”.
Sus colegas no lo querían para nada.
En el año 1929, Cantinflas se unió a la carpa Valentina, una compañía teatral fundada por inmigrantes rusos.
Este fue su primer acercamiento al mundo del espectáculo, y allí conocería al amor de su vida, Valentina Ivanova, una actriz bellísima.
Su amor se sellaría en una boda en 1934, y tenían la ilusión de formar una familia con una gran cantidad de descendientes.
Sin embargo, tras varios intentos, ambos descubrieron que eran estériles.
La triste noticia no impidió que su sueño de formar una familia se volviera realidad, por lo que decidieron adoptar de forma poco convencional.
En 1960, mientras Cantinflas estaba en Texas, se le acercó una joven llamada Marion Roberts, quien esperaba un bebé y le confesó que tenía muchos problemas económicos.
Según cuenta Cantinflas, él le propuso ayudarla con $1,000 a cambio de que le diera su bebé cuando naciera.
Marion, desesperada, aceptó el trato.

El bebé nació y Cantinflas volvió a Texas para llevárselo.
Lo bautizaron Mario Arturo Moreno Ivanova.
Todo parecía haberse acomodado, pero lo peor estaba por ocurrir.
Marion, al no poder hacer frente a su situación económica, decidió regresar a México para recuperar a su primogénito, reconociendo que había sido un error venderlo.
Mario Moreno rechazó el pedido de su madre biológica y le sugirió que no regresara.
Poco tiempo después, Marion Roberts se quitó la vida en un hotel de la Ciudad de México.
En ese momento, Mario Moreno ya era una controvertida figura pública, y el verdadero origen de Mario Moreno Ivanova siempre estuvo en tela de juicio.
Cuando el niño se convirtió en hombre, el foco pasó de Cantinflas a él, volviéndose el blanco de los periodistas.
A lo largo de su vida, Mario Moreno deseaba algo que quizás no era de este mundo.
Muchas veces, las personas más famosas y exitosas del planeta tienen algo en común: el aburrimiento.
Como si tenerlo todo fuera algo que tarde o temprano termina cansando a las celebridades, esto llevó a Cantinflas a adoptar comportamientos extraños y excéntricos.
En los años 60, mientras Mario Moreno triunfaba como artista, también se sentía insatisfecho.
En un bar de la Ciudad de México, conoció a un hombre misterioso llamado Carlos Lorenzo Hernández, quien le ofreció cumplir su deseo de conocer a una sirena.
Después de una conversación amena, Cantinflas le reveló su anhelo de casarse con una sirena.
Hernández le dio una piedra parecida a un cuarzo y le indicó que debía conseguir una casa en Acapulco, donde debía decorar con formas de animales marinos y añadir una estatua de su imagen.
Cantinflas siguió los consejos y, sorprendentemente, tuvo encuentros con sirenas, según su versión.
A partir de ese momento, se decía que organizaba fiestas donde ellas eran la principal atracción, incluso manteniendo una relación sentimental con una de ellas.
Sin embargo, la mansión de Acapulco se encuentra hoy abandonada, y los lugareños afirman que se escuchan voces y se distinguen figuras nadando en las aguas cercanas.

Cantinflas falleció el 20 de abril de 1993 debido a un cáncer de pulmón.
Su ausencia física se hizo sentir en el mundo del espectáculo, en sus fans y en su familia.
Sin embargo, la simple existencia de este artista y su posterior muerte fue motivo de una serie de desgracias que comenzaron a sucederle a sus descendientes.
Su hijo único, Mario Moreno Ivanova, fue enviado a los Estados Unidos para estudiar, pero se vio envuelto en los excesos y un estilo de vida del que jamás pudo despegarse.
A pesar de recibir una herencia generosa tras la muerte de su padre, Mario invirtió todo en abogados para pelear por los derechos de las películas de su padre, pero el tribunal falló a favor de su primo Eduardo.
La historia continuó con Gabriel, otro hijo del segundo matrimonio de Mario, quien también cayó en la indigencia y el abuso de sustancias.
Marisa, la tercera hija de Mario, sufrió violencia de género por parte de su esposo y tuvo que ser intervenida quirúrgicamente.
La historia de Cantinflas es un recordatorio de que detrás de la risa y el éxito puede haber un trasfondo de tragedia y oscuridad.
La vida de Mario Moreno no solo estuvo marcada por su icónico personaje, sino también por los secretos, las tragedias familiares y un legado que, aunque brillante, está lleno de sombras.