Estela Núñez: La Voz que Nunca Quiso Ser Estrella, Pero Cambió la Música Mexicana
A los 77 años, Estela Núñez, una de las voces más emblemáticas de la música mexicana, finalmente ha decidido hablar sobre su vida y su carrera.
Después de más de cinco décadas en el escenario, la artista se despide, no sin antes revelar la verdad detrás de su misteriosa desaparición del ojo público.
¿Qué la llevó a alejarse de la fama y la gloria? La respuesta es más profunda y emocional de lo que muchos podrían imaginar.
Estela Núñez irrumpió en la escena musical en los años 70 con una voz tan pura que podía tocar el corazón de cualquiera.
Su éxito llegó de la mano de su interpretación de “Vivir sin ti es como estar contigo”, una balada que la catapultó a la fama durante el Festival OTI Internacional de 1979.
En una noche llena de expectativas, Estela sorprendió a todos al llevarse el primer lugar, superando a artistas consagrados como Emanuel y Sergio Esquivel.
Esa victoria la convirtió en un ícono, pero también marcó el inicio de un camino lleno de desafíos.
A pesar de su éxito, Estela nunca buscó la fama.
En sus propias palabras, “En ese tiempo yo no decidía nada”.
La presión de la industria musical, combinada con las expectativas familiares, la llevaron a un camino que ella no había elegido.
Desde muy joven, su padre la impulsó a participar en concursos de canto, viendo en ella un talento que podría ser su salvación.
Sin embargo, la música también se convertiría en su mayor dolor.
En el apogeo de su carrera, Estela enfrentó una tragedia personal que cambiaría su vida para siempre.
Un accidente doméstico mientras estaba embarazada resultó en complicaciones graves que afectaron a su hijo.
Este evento marcó el inicio de una serie de desafíos, incluyendo su propia salud, ya que sufrió una pérdida de visión repentina debido a una rara enfermedad.
A pesar de las adversidades, Estela continuó cantando.
Su vida estuvo marcada por desamores, divorcios y la pérdida de seres queridos, incluyendo a su padre, quien había sido su mayor apoyo.
La música, que una vez fue su refugio, se convirtió en un recordatorio constante de lo que había perdido.
A lo largo de su vida, Estela eligió ser madre antes que leyenda.
A pesar de la fama y el reconocimiento, su mayor deseo siempre fue tener una familia y un hogar.
Esta decisión la llevó a dejar la música en un momento crítico de su carrera, priorizando su papel de madre sobre su ambición artística.
“Quiero mis hijos, mi casa”, decía con determinación.
Su relación con Juan Gabriel, uno de los compositores más influyentes de México, también fue un capítulo significativo en su vida.
Aunque su amistad fue profunda, la distancia y los rumores llevaron a una separación que marcó el final de una era en su carrera.
Estela nunca volvió a grabar una canción de Juan Gabriel, a pesar de que su voz podría haber resonado aún más fuerte en la industria si hubiera continuado colaborando con él.
A pesar de las dificultades, Estela Núñez nunca dejó de cantar.
Su voz, cargada de emoción y autenticidad, sigue siendo un símbolo de la música mexicana.
Aunque su presencia en los medios disminuyó, su legado perdura en las memorias de quienes crecieron escuchando sus canciones.
En 2006, su regreso a los escenarios fue recibido con entusiasmo, demostrando que su talento nunca fue olvidado.
A lo largo de los años, Estela ha enfrentado la discriminación por su edad en la industria musical, pero su amor por la música nunca ha disminuido.
“En México intentan ponerle edad al talento”, afirmó, pero ella sigue adelante, grabando y presentándose cuando tiene la oportunidad.
En 2018, Estela Núñez decidió que era el momento de despedirse de la música con un concierto final en el Teatro Metropolitano de la Ciudad de México.
Con una mezcla de gratitud y emoción, anunció su retiro, dejando claro que su legado viviría a través de sus canciones.
“Es momento de irme con dignidad mientras sigo sana y feliz”, declaró.
Su deseo de grabar un álbum sinfónico final, que incluya sus clásicos junto con nuevas canciones, refleja su compromiso con la música y su deseo de dejar un legado atemporal para las futuras generaciones.
A pesar de su retiro, Estela Núñez sigue siendo una figura admirada y querida en la música mexicana, una artista cuya voz y talento han dejado una marca indeleble en la cultura del país.
La historia de Estela Núñez es un recordatorio de que detrás del brillo y la fama de la industria musical, hay vidas llenas de luchas, sacrificios y decisiones difíciles.
Su viaje, desde una joven con una voz angelical hasta una madre y artista resiliente, es una inspiración para todos.
A medida que se despide del escenario, su legado continúa vivo, resonando en cada nota y en cada corazón que ha sido tocado por su música.
Estela Núñez no solo es una artista; es un símbolo de fortaleza, amor y autenticidad en un mundo que a menudo olvida la humanidad detrás de las estrellas.
