Los 5 Lugares Reales de las Últimas Horas de Jesús (El Último Te Dejará Sin Palabras)
Y si te dijera que puedes caminar por el mismo lugar donde Jesús fue juzgado, azotado y crucificado.
No es una historia, es real.
Vamos a entrar a la fortaleza donde fue condenado, tocar la piedra donde cayó cargando la cruz y visitar la tumba que hoy sigue vacía.
Hoy te voy a mostrar los cinco lugares reales de las últimas horas de Jesús y uno de ellos al final es tan impactante que te va a cambiar la forma en que ves tu fe para siempre.
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Número 5: La Fortaleza Antonia, el Lugar del Juicio
En el Evangelio de Juan 18:29, se menciona: “Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio.
Era de mañana y ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse y así poder comer la Pascua.”
La fortaleza Antonia fue el cuartel romano construido por Herodes el Grande en la esquina noreste del monte del templo.
Servía como base de vigilancia y era el sitio desde donde los soldados romanos controlaban a Jerusalén.
Después de su arresto, Jesús fue llevado ante Pilato, el gobernador romano, para ser juzgado.
Aquí se desarrolló una escena tensa, decisiva y profundamente simbólica.
Jesús, inocente, fue acusado por los líderes religiosos.
Pilato, temeroso del pueblo, intentó ceder la responsabilidad.
En Mateo 27:24, leemos: “Viéndolo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: ‘Inocente soy yo de la sangre de este justo.
Allá vosotros.'”
¿Qué se puede visitar hoy? Debajo del monasterio de las hermanas de Sion, en la actual vía dolorosa, se encuentra una losa antigua llamada “litostrotos”, en griego “pavimento empedrado”, que se cree formaba parte de la explanada del pretorio.
Allí hay inscripciones romanas talladas en la piedra, juegos de soldados que se burlaban de los condenados.
Aquí pudo haber estado Jesús cuando los soldados jugaron con él, le pusieron un manto, una corona de espinas y lo golpearon.
Número 4: La Iglesia de la Flagelación, el Lugar del Castigo
En Juan 19:1-3 se dice: “Así que entonces tomó Pilato a Jesús y le azotó.
Y los soldados entretejieron una corona de espinas y la pusieron sobre su cabeza y le vistieron con un manto de púrpura y le decían: ‘¡Salve, rey de los judíos!’ Y le daban de bofetadas.”
Después del juicio, Pilato ordenó que Jesús fuera azotado.
Era un castigo brutal, con látigos llamados “flagrum”, que llevaban pedazos de hueso o metal en sus extremos.
Los soldados no solo lo golpearon, también se burlaron de él.
Jesús no abrió su boca, no respondió a la crueldad.
Cumplía así las profecías de Isaías 53:5: “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados.
El castigo de nuestra paz fue sobre él y por su llaga fuimos nosotros curados.”
¿Qué se puede visitar hoy? En el inicio de la vía dolorosa se encuentra la iglesia de la flagelación, construida en el siglo XIX por los franciscanos sobre una iglesia cruzada más antigua.
Dentro del templo hay vitrales que representan la coronación de espinas y el escarnio.
Frente al altar, una columna recuerda el instrumento al que Jesús fue atado.
El ambiente en su interior es solemne.
Muchos peregrinos oran en silencio tocando la piedra, donde cada rincón está impregnado de dolor, pero también de amor redentor.
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Número 3: La Vía Dolorosa
La estación quinta de la vía dolorosa es conocida como la segunda caída.
En Lucas 23:26 se menciona: “Y llevándole, tomaron a un cierto Simón de Sirene, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús.”
La vía dolorosa es el camino que recorrió Jesús cargando su cruz hasta el Calvario.
A lo largo del recorrido hay 14 estaciones, y la estación quinta es una de las más conmovedoras.
¿Qué se puede visitar hoy? En la estación quinta, al lado de un muro antiguo, hay una pequeña capilla con una piedra donde, según la tradición, Jesús apoyó su mano para levantarse.
Muchos peregrinos tocan esta piedra con reverencia.
Es un símbolo de humanidad, sufrimiento y fortaleza.
El callejón es estrecho y suele estar lleno de gente, pero el momento en que te detienes frente a esa piedra, todo el ruido desaparece.
Solo queda un pensamiento: “Él cayó para que yo pudiera levantarme.”

Número 2: El Monte Golgota, el Lugar de la Crucifixión
En Juan 19:17 se dice: “Y él cargando su cruz salió al lugar llamado de la calavera y en hebreo Golgota.
Y allí le crucificaron y con él a otros dos, uno a cada lado y Jesús en medio.”
El Golgota o Calvario fue el lugar donde Jesús fue crucificado, una colina rocosa con forma de cráneo a las afueras de la antigua ciudad de Jerusalén.
Allí fue clavado en una cruz y pronunció sus últimas palabras: “Consumado es.”
¿Qué se puede visitar hoy? El lugar del Golgota está dentro de la basílica del Santo Sepulcro.
Una escalinata sube hasta una capilla donde se marca el sitio exacto de la crucifixión.
Bajo el altar, una abertura permite tocar la roca original.
Muchos se arrodillan, otros lloran en silencio.
El crucifijo de plata, las luces, los iconos, todo te envuelve, pero lo más poderoso es el silencio.
Aquí, el amor fue clavado en la cruz.

Número 1: La Basílica del Santo Sepulcro, la Tumba Vacía
En Juan 20:12 se narra: “El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro, y vio quitada la piedra del sepulcro.”
Jesús fue sepultado en una tumba nueva, excavada en la roca, en el huerto cercano al lugar de la crucifixión.
Y al tercer día resucitó; la tumba quedó vacía y con eso se selló la victoria sobre la muerte.
¿Qué se puede visitar hoy? La tumba está dentro de la basílica del Santo Sepulcro, en un santuario llamado La Edícula.
Allí se conserva una losa de mármol que cubre el lugar donde se colocó el cuerpo de Jesús.
La espera para entrar puede ser larga, pero el momento en que entras es inolvidable.
Es un sitio estrecho, silencioso, con aroma a incienso y siglos de fe.
Y allí, donde el cuerpo ya no está, nace la esperanza.
