Pernell Roberts, recordado por millones como Adam Cartwright en la icónica serie de televisión Bonanza, tomó una de las decisiones más valientes y polémicas de su carrera cuando decidió abandonar el programa en el momento de mayor éxito.
Lo que parecía una elección incomprensible para muchos fanáticos en su momento, con el tiempo se reveló como un acto profundo de integridad personal y artística.
Detrás de su salida se encuentra una historia de inconformismo, lucha por la autenticidad y compromiso con causas sociales.
Bonanza, estrenada en 1959, fue una de las primeras series de televisión en color y rápidamente se convirtió en un fenómeno de audiencia.
Ambientada en el Viejo Oeste, la historia giraba en torno a Ben Cartwright y sus tres hijos: Adam, Hoss y Little Joe.
Pernell Roberts interpretaba al hijo mayor, Adam Cartwright, un personaje serio, culto y equilibrado, que representaba el pensamiento racional y la autoridad moral dentro de la familia.
Durante las primeras temporadas, el personaje de Adam fue crucial para el equilibrio del drama familiar.
Roberts, con su porte elegante y voz grave, le dio una profundidad y sofisticación que lo diferenciaba de los demás personajes.
Sin embargo, con el paso del tiempo, Roberts comenzó a sentirse cada vez más insatisfecho con la dirección que tomaban los guiones y la evolución de su personaje.
A pesar del reconocimiento y el éxito económico que Bonanza le proporcionaba, Roberts nunca se sintió completamente cómodo con la superficialidad de los episodios.
En diversas entrevistas, expresó su frustración con el enfoque repetitivo de la serie, donde los personajes parecían estar congelados en el tiempo, sin evolución emocional o desarrollo personal.
Sentía que los episodios eran demasiado livianos y que la serie evitaba abordar temas profundos o relevantes.
Roberts era un actor formado en el teatro clásico y con una visión artística seria.
Había interpretado obras de Shakespeare y deseaba papeles que lo desafiaran intelectualmente.
En su opinión, Bonanza estaba perdiendo oportunidades valiosas para explorar la condición humana y las realidades sociales de su época.
Su visión del arte como un vehículo para el pensamiento crítico no encajaba con la fórmula comercial de la serie.
Además, criticó abiertamente la forma en que el programa trataba a sus personajes como estereotipos sin matices.
En más de una ocasión, cuestionó a los guionistas y productores sobre la falta de crecimiento de Adam Cartwright.
Esta postura, aunque valiente, lo llevó a ser etiquetado como “difícil” por parte del equipo de producción.
Otro factor determinante en su decisión de abandonar Bonanza fue su compromiso con la justicia social.
Pernell Roberts fue un defensor apasionado del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos.
Participó en la histórica marcha de Selma a Montgomery en 1965, organizada por Martin Luther King Jr., en la que se manifestaba por el derecho al voto de los afroamericanos.
Roberts consideraba inaceptable la falta de diversidad en la televisión estadounidense de la época.
En Bonanza, por ejemplo, la representación de personajes de minorías era prácticamente inexistente o estereotipada.
Él creía que la televisión debía reflejar la realidad del país y contribuir a la inclusión, algo que la industria, en su mayoría, se resistía a hacer.
Para Roberts, quedarse en un programa que ignoraba estas cuestiones era una traición a sus ideales.
Por eso, cuando en 1965 se le ofreció un nuevo contrato con una paga aún más alta, lo rechazó.
Eligió la incertidumbre de una carrera sin el respaldo de un éxito televisivo garantizado, en lugar de seguir formando parte de un proyecto que no estaba alineado con sus principios.
Tras su salida de Bonanza, muchos pronosticaron el fin de su carrera.
Y, en cierto sentido, ya no volvió a gozar del mismo nivel de fama.
Sin embargo, Roberts nunca buscó el estrellato por sí mismo; para él, la autenticidad artística era lo más importante.
Durante los años siguientes, se dedicó principalmente al teatro y a proyectos de televisión que le ofrecían más profundidad en los personajes.
Participó en diversas producciones teatrales y apareció en series como The Big Valley y The Wild Wild West.
Fue en 1979 cuando volvió a la televisión con fuerza gracias a la serie médica Trapper John, M. D., donde interpretó al Dr.John McIntyre.
Esta serie le permitió redimirse ante la audiencia masiva y demostrar su talento en un papel maduro, complejo y emocionalmente resonante.
El programa tuvo éxito durante siete temporadas, consolidando su lugar como un actor versátil y comprometido.
La vida personal de Roberts también estuvo marcada por momentos difíciles.
En 1989, su único hijo, Chris Roberts, murió en un trágico accidente de motocicleta a los 38 años.
La pérdida fue devastadora para el actor, pero él continuó adelante con una entereza que reflejaba su fuerza de carácter.
A lo largo de su vida, Roberts mantuvo una postura firme frente a los valores que consideraba esenciales: integridad, justicia, arte auténtico y respeto por los demás.
Nunca cedió ante la presión de la fama ni permitió que la industria lo moldeara según sus intereses comerciales.
Pernell Roberts falleció el 24 de enero de 2010 a los 81 años, dejando un legado profundamente admirado por quienes valoran la coherencia y el coraje personal.
Su decisión de abandonar Bonanza sigue siendo debatida, pero con el tiempo se ha comprendido como un acto de dignidad artística.
En un medio donde es fácil conformarse por fama y dinero, Roberts eligió un camino más difícil, pero auténtico.
Su historia inspira a los actores, artistas y soñadores que creen que el verdadero éxito no siempre se mide por la popularidad, sino por la fidelidad a los valores propios.
Pernell Roberts fue mucho más que Adam Cartwright.
Fue un hombre íntegro, un actor apasionado y una voz firme en tiempos de silencio.
Su legado, como su arte, sigue vivo en aquellos que no temen cuestionar, pensar y actuar con el corazón.
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