🎬😱 12 Actores que grababan escenas totalmente drogados y los directores lo permitían: ¡el oscuro secreto detrás de cámaras! 💥🍃

El cine de oro mexicano, que abarcó desde la década de 1930 hasta los años 1950, dejó una marca imborrable en la historia del cine mundial.

Fue una época de esplendor, donde las películas mexicanas competían con las producciones de Hollywood y conquistaban audiencias internacionales.

Sin embargo, detrás de las cámaras, la presión por mantener el éxito y la perfección llevó a muchos actores a recurrir a sustancias para soportar las largas jornadas de trabajo y los desafíos emocionales de sus papeles.

Germán Valdés “Tintán”

Germán Valdés, mejor conocido como Tintán, fue un comediante único que revolucionó el cine mexicano con su estilo pachuco y su humor irreverente.

Su ingenio y capacidad para improvisar eran admirados por todos, pero pocos sabían que detrás de su sonrisa se escondía una lucha constante con las adicciones.

Tintán era famoso por fumar marihuana durante los rodajes, lo que le ayudaba a entrar en un estado de relajación y creatividad.

En la película El rey del barrio, hay escenas donde su mirada vidriosa y tambaleo eran reales, no actuación.

Según testimonios de sus compañeros de reparto, Tintán llegaba al set con un cigarro especial que lo ayudaba a “conectar con el personaje”.

Los directores y productores lo permitían porque sabían que, incluso bajo la influencia, su talento era insuperable.

Luis Aguilar “El Gallo Giro”

Luis Aguilar, apodado “El Gallo Giro”, era el galán por excelencia del cine ranchero.

Su carisma y energía lo hicieron destacar en películas como A toda máquina y Qué lindo es Michoacán.

Sin embargo, detrás de cámaras, Aguilar enfrentaba una lucha interna con las anfetaminas y el alcohol.

Durante la filmación de una de sus películas más icónicas, Aguilar llegó al set visiblemente alterado.

En un momento de frustración, lanzó una pistola de utilería y exigió que las escenas fueran más realistas.

Aunque su comportamiento era impredecible, los directores lo toleraban debido a su capacidad para atraer audiencias masivas.

Ramón Gay

Ramón Gay fue uno de los actores más destacados del cine de oro mexicano, conocido por su elegancia y presencia en pantalla.

Sin embargo, detrás de su imagen impecable, Gay enfrentaba una profunda inseguridad que lo llevaba a depender de tranquilizantes y alcohol.

En una ocasión, durante la filmación de una escena romántica, Gay tuvo que repetir el beso varias veces porque no podía mantener los ojos abiertos.

Su ritual de “10 minutos” antes de cada escena se convirtió en un secreto a voces entre sus compañeros de trabajo.

A pesar de sus problemas, su talento y dedicación lo mantuvieron como uno de los favoritos del público.

Arturo de Córdoba

Arturo de Córdoba era conocido por su habilidad para interpretar personajes atormentados y complejos.

Su intensidad en pantalla era admirada por críticos y audiencias, pero pocos sabían que recurría a pequeñas dosis de morfina para alcanzar el estado emocional requerido por sus papeles.

Durante la filmación de El hombre sin rostro, su actuación fue tan visceral que la crítica la celebró como una obra maestra.

Sin embargo, los camarógrafos y técnicos sabían que su estado no era natural, sino el resultado de las drogas llevándolo al límite.

Pedro Armendáriz

Pedro Armendáriz, uno de los actores más respetados del cine mexicano, enfrentaba dolores físicos crónicos que lo llevaron a depender de barbitúricos y ansiolíticos.

Aunque estos medicamentos le permitían continuar actuando, también afectaban su coordinación y rendimiento.

En una ocasión, mientras filmaba una escena de acción, Armendáriz cayó de un caballo debido a que sus reflejos estaban anulados por la medicación.

A pesar de estos incidentes, su profesionalismo y talento lo convirtieron en una figura icónica del cine mexicano.

Fernando Soto “Mantequilla”

Fernando Soto, conocido como “Mantequilla”, era un comediante querido por su espontaneidad y humor.

Sin embargo, el agotamiento de las largas jornadas de trabajo lo llevó a depender de sedantes para mantenerse en pie.

Durante el rodaje de una comedia ranchera, repitió la misma línea tres veces sin darse cuenta, lo que generó risas entre el equipo de producción.

Aunque su chispa seguía presente, ya no provenía de su energía natural, sino de una farmacia.

Carlos López Moctezuma

Carlos López Moctezuma era el villano por excelencia del cine mexicano, conocido por su mirada penetrante y actuaciones intensas.

Para acceder a niveles más profundos de oscuridad emocional, recurría a opiáceos y tranquilizantes.

En una escena particularmente intensa, López Moctezuma terminó lastimando a un compañero debido a su falta de control.

Aunque su comportamiento era preocupante, los directores lo dejaban actuar sin restricciones, priorizando el resultado en pantalla sobre su salud.

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