El nombre de la familia Acuña-Horna es, nuevamente, sinónimo de opulencia, demostración de poder adquisitivo y la organización de eventos que superan con creces las expectativas del público y la farándula limeña.
En esta ocasión, la pareja compuesta por la exmodelo y conductora de televisión, Brunella Horna, y el excongresista y empresario, Richard Acuña, ha acaparado todos los titulares, no por un escándalo político o una disputa mediática, sino por su capacidad para “tirar la casa por la ventana” al celebrar dos eventos de alto perfil en un corto periodo de tiempo.

El primero de ellos, y el más reciente en captar la atención de las plataformas sociales, fue la fastuosa fiesta de Halloween organizada por la pareja.
Lejos de optar por una celebración íntima o modesta, los Acuña convirtieron su residencia en un auténtico parque temático de terror, aunque con un enfoque marcadamente infantil y familiar, pensado para el disfrute de su hijo y los pequeños invitados.
La magnitud del evento reafirma la etiqueta que ya acompaña a la familia: la de ser los “mejores anfitriones” cuando se trata de derrochar presupuesto en el entretenimiento.
Una Celebración de Halloween al Estilo “Plata Como Cancha”

La planificación del evento de Halloween por parte de Brunella Horna fue meticulosa y sin escatimar en gastos.
Desde la entrada de la fastuosa residencia, la decoración anunciaba la escala de la celebración.
Se podían observar calabazas de tamaños descomunales, figuras de fantasmas suspendidas en el aire y réplicas de tumbas que simulaban un cementerio de película.
La intención, según se ha reportado y se ha podido ver en las imágenes compartidas en redes sociales, era simple: maravillar a los niños y dejar una impresión duradera en todos los asistentes.
La decoración iba más allá de lo superficial.
Había una calabaza gigante que funcionaba como un portal, con dos mujeres disfrazadas que se encargaban exclusivamente de repartir dulces a los pequeños, elevando el acto de pedir golosinas a una experiencia temática.
Pero la fiesta no solo se basó en el decorado.
El entretenimiento fue otro de los rubros donde se invirtió una suma considerable.
Se contrató un show infantil en vivo, asegurando la diversión organizada para los más pequeños.
A esto se sumó la instalación de juegos inflables de gran tamaño, que transformaron parte del jardín de la mansión en un área de juegos privada.
Por supuesto, la oferta gastronómica fue vasta y de primer nivel, con comida y bebida para todos los invitados, tanto niños como adultos.
Entre los asistentes, se pudo identificar a figuras conocidas del medio, como Natalie Vértiz y Alexandra Venturo, lo que subraya la exclusividad y el círculo social de la pareja.
La fiesta de Halloween, en su conjunto, fue un despliegue de recursos cuyo costo, aunque no ha sido revelado oficialmente, se estima en miles de soles.
Los anfitriones, Brunella Horna y Richard Acuña, no dudaron en compartir cada detalle a través de sus plataformas sociales, no solo para documentar el evento, sino para reafirmar su estatus.
Esta ostentación ha llevado a la prensa a concluir lo evidente: fue un “sencillo” para la familia, una muestra más de que el lema popularmente asociado al clan Acuña, “plata como cancha”, se aplica a cada aspecto de su vida.
La modelo, al planificar esta fiesta “para que su hijo disfrute de este día”, consolida su imagen de madre dedicada y esposa capaz de gestionar una logística de esta magnitud.
El Onomástico de Richard Acuña: La Fiesta con Sello Argentino.
El derroche de la fiesta de Halloween no fue un evento aislado, sino que siguió la pauta marcada por la reciente y multitudinaria celebración del cumpleaños número 41 de Richard Acuña.
El excongresista demostró que su onomástico es un asunto de Estado dentro del círculo social y familiar, optando nuevamente por “botar la casa por la ventana” en una “gran fiesta”.
Brunella Horna jugó un rol central en esta celebración, no solo como esposa y anfitriona, sino como la principal promotora emocional del evento.
Desde muy temprano, la modelo utilizó sus redes sociales para enviar un mensaje cargado de afecto y admiración a su esposo, Richard Acuña.
Sus palabras reflejaron el orgullo y el amor que siente por él, posicionándolo como una figura esencial en su vida y la de su familia.
“Feliz día esposito.
Que este año sigas cumpliendo tus sueños.
Estamos muy orgullosos de ti.
Te amamos.
Eres la persona que me hace reír hasta en el peor momento.
La persona más alegre, noble, cariñoso que conozco.
Te amo, amor mío”, fueron las palabras de Brunella Horna hacia su esposo, difundiendo un mensaje de calidez y estabilidad conyugal a pesar de la imagen pública de su marido.
La gran celebración del cumpleaños de Acuña, al igual que la fiesta de Halloween, estuvo marcada por un banquete de lujo, una decoración especial y un ambiente elegante que lo convirtió en un evento inolvidable.
Pero el punto culminante que elevó esta fiesta a la categoría de épica fue la contratación de una agrupación musical de fama internacional.
El empresario contrató a la popular agrupación argentina, La T y la M, conocida por sus pegajosos éxitos y su capacidad para encender cualquier celebración.
La presencia de esta banda, cuyo caché se presume astronómico, es un claro indicador del presupuesto invertido.
Los videos que circularon ampliamente en las redes sociales mostraron el ambiente de euforia.
Se veía a Richard y Brunella cantando y saltando sin inhibiciones, bailando al ritmo de la cumbia argentina y compartiendo la alegría con todos sus invitados.
La imagen de la pareja en la pista de baile, visiblemente enamorada y disfrutando de la música, reforzó la narrativa de felicidad y éxito que proyectan constantemente.
Análisis de la Estrategia Mediática: El Poder de la Ostentación Controlada

Desde una perspectiva periodística, los eventos organizados por Brunella Horna y Richard Acuña no son meros festejos; son una estrategia de comunicación y consolidación de marca familiar.
La familia Acuña, con un trasfondo de poder político y empresarial, ha aprendido a utilizar la farándula y las redes sociales para proyectar una imagen específica.
Esta imagen se basa en varios pilares: el éxito económico ilimitado (“plata como cancha”), la unidad familiar a prueba de balas y la capacidad de ofrecer experiencias de lujo inigualables.
El derroche de dinero en celebraciones no es visto por ellos como un gasto, sino como una inversión en la percepción pública.
En un país donde la fortuna de los Acuña es constantemente cuestionada y analizada, estas fiestas sirven como una reafirmación ineludible de su poder adquisitivo.
La elección de compartir cada detalle en plataformas sociales es intencional.
Brunella Horna, con su gran base de seguidores, funciona como la principal relacionista pública de la familia.
Ella se encarga de humanizar a Richard Acuña, presentándolo no solo como el excongresista o el empresario, sino como el esposo cariñoso, noble y alegre, y el padre dedicado que es capaz de organizar un parque temático en su propia casa para el disfrute de su hijo.
Esta estrategia de ‘glamourificación’ de su vida privada desvía, en cierta medida, la atención de otros temas más sensibles o polémicos que puedan rodear el apellido Acuña.
Las fiestas, con su música, sus invitados famosos y su decoración espectacular, se convierten en el tema de conversación dominante, eclipsando cualquier crítica o debate.
Es una táctica de manejo de crisis y de imagen muy efectiva en el mundo del entretenimiento.
El Contraste Social: Opulencia en el Ojo Público
Es imposible analizar estos eventos sin considerar el contexto social.
Las celebraciones de los Acuña se llevan a cabo en un entorno donde la ostentación de la riqueza es un tema de debate constante.
Mientras que algunos admiran el éxito y la capacidad de la pareja para disfrutar de su fortuna, otros lo ven como una exhibición innecesaria y hasta vulgar de recursos.
La frase “plata como cancha”, que se ha convertido en un epíteto para la familia, encapsula esta dualidad.
Por un lado, simboliza un éxito extraordinario, pero por el otro, a menudo se asocia con la falta de sensibilidad o la desconexión con la realidad de la mayoría.
Sin embargo, para Richard Acuña y Brunella Horna, esta crítica parece ser irrelevante o, incluso, parte de su marca personal.
Ellos operan bajo la premisa de que su dinero es su prerrogativa, y la libertad para gastarlo en el entretenimiento, sea el cumpleaños o una fiesta temática, es parte de su derecho.
La invitación de personalidades mediáticas de alto perfil, como Natalie Vértiz y Alexandra Venturo, también funciona como una especie de endoso social.
La presencia de figuras influyentes en la farándula le da un sello de aprobación a la extravagancia de los anfitriones, legitimando la celebración como un evento de élite.
La Influencia de Brunella Horna en el Matrimonio

Brunella Horna ha demostrado ser más que una esposa; es una socia estratégica y una gestora de imagen brillante.
Su papel en la organización de las fiestas, desde la decoración de Halloween hasta la contratación de La T y la M para el cumpleaños de Richard, evidencia su mano firme en la planificación y su visión para el espectáculo.
Ella no solo acompaña a Richard Acuña, sino que dirige la orquesta de su vida social, asegurando que cada evento sea un éxito mediático.
La pareja parece funcionar como una unidad simbiótica donde Richard proporciona el capital y Brunella, el know-how mediático y el glamour necesario para proyectar la imagen de una familia moderna, feliz y, sobre todo, increíblemente rica.
La manera en que ella comparte los detalles en sus redes —el saludo emotivo de cumpleaños, los videos de baile eufórico— es una lección de personal branding matrimonial.
Ella vende la felicidad conyugal y la estabilidad emocional, utilizando la opulencia como telón de fondo.
En conclusión, las recientes celebraciones de Halloween y el cumpleaños de Richard Acuña son más que simples fiestas.
Son declaraciones de intenciones, demostraciones de poder económico y una estrategia mediática finamente hilada por Brunella Horna para asegurar que la familia Acuña-Horna permanezca en la cima de la conversación pública, siempre bajo el aura de la prosperidad.
Han tirado la casa por la ventana dos veces, y el mensaje es claro: en su mundo, el presupuesto no existe, solo el espectáculo.
Y la farándula, sin duda, se deleita con cada nueva muestra de su vida de excesos.