La verdad puede tardar, pero nunca falla.
A los 76 años, la esposa de Eduardo Serrano, Aid Velázquez, decidió romper el silencio y revelar una impactante y triste verdad sobre el icónico actor venezolano que marcó generaciones en la televisión, teatro y cine.
Su revelación ha generado conmoción en el mundo artístico y está dando mucho de qué hablar.
Eduardo Serrano nació el 30 de noviembre de 1942 en Caracas, Venezuela.
Desde temprana edad mostró una sensibilidad especial hacia las artes, en particular por el teatro y la interpretación.
Su pasión por contar historias lo llevó a abandonar los estudios formales a los 14 años para dedicarse al teatro en la Universidad Central de Venezuela, un espacio cultural vibrante que moldeó su visión artística.

A partir de ese momento, Eduardo comenzó a construir una carrera que se extendería por más de seis décadas, convirtiéndose en uno de los actores más respetados y queridos de Venezuela y América Latina.
Su debut en televisión en 1965 marcó el inicio de una trayectoria llena de éxitos, participando en producciones emblemáticas como “La Zulianita”, “Las Amazonas” y “Juana la Virgen”.
Sin embargo, detrás del brillo de los escenarios y las cámaras, Eduardo enfrentó desafíos personales y de salud que marcarían profundamente su vida.
En sus últimos años, el actor tuvo que luchar contra una enfermedad que cambiaría radicalmente su día a día: un diagnóstico de cáncer de pulmón de células pequeñas con metástasis cerebrales, sumado a un cáncer de vejiga.

La revelación de Aid Velázquez sobre los últimos años de Eduardo Serrano no solo pone de manifiesto la fragilidad de la vida, sino también la fortaleza del actor y de su familia para enfrentar esta dura batalla.
Aid compartió detalles sobre cómo Eduardo vivió sus últimos días, rodeado de amor y cuidado por parte de sus seres queridos.
“Eduardo siempre fue un hombre fuerte, pero cuando la enfermedad llegó, mostró una valentía que inspiró a todos nosotros.
Aunque los tratamientos eran difíciles, nunca perdió la esperanza ni dejó de luchar,” comentó Aid en una entrevista reciente.
Los tratamientos oncológicos, como la quimioterapia y radiación, tuvieron un impacto visible en el cuerpo del actor.
La pérdida de peso, la debilidad física y los efectos secundarios hicieron que Eduardo tuviera que adaptar sus rutinas y aceptar la fragilidad de su condición.

En medio de esta difícil etapa, la familia de Eduardo Serrano fue un pilar fundamental.
Aid Velázquez y sus hijos, Magalí Andreina, Miguel Eduardo y Leonardo Andrés, estuvieron presentes en cada momento, brindándole apoyo emocional y práctico.
Además, impulsaron campañas de recaudación de fondos para cubrir los elevados costos de los tratamientos médicos en Estados Unidos, donde residía el actor.
La respuesta del público fue conmovedora.
Amigos, colegas y admiradores de Eduardo Serrano se unieron para contribuir y expresar su cariño hacia el actor.
Las muestras de afecto y los mensajes de apoyo no solo ayudaron económicamente, sino que también reafirmaron el profundo impacto que Eduardo había dejado en la vida de tantas personas.
Aid Velázquez también reveló cómo los últimos meses de Eduardo estuvieron marcados por cuidados paliativos, una decisión que permitió al actor vivir con dignidad y tranquilidad.
Rodeado de su familia y en un ambiente cálido, Eduardo enfrentó el final de su vida con serenidad y aceptación.
“Eduardo nos enseñó a valorar cada momento, incluso en los días más difíciles.
Su fortaleza y su amor por la vida son un legado que siempre llevaremos con nosotros,” dijo Aid.
El 11 de septiembre de 2025, Eduardo Serrano falleció a los 82 años en Miami, Florida.
Su partida dejó un vacío profundo en el mundo artístico, pero también un legado imborrable que sigue vivo en la memoria de quienes lo admiraron.
La revelación de Aid Velázquez sobre los últimos años de Eduardo Serrano no solo es un testimonio de amor y resiliencia, sino también una invitación a reflexionar sobre la importancia de valorar la vida y enfrentar los desafíos con valentía.
Eduardo Serrano será recordado no solo por su talento como actor, sino también por su humanidad y su capacidad de inspirar a quienes lo rodearon.
Su historia es un homenaje a la fortaleza, el amor y la pasión por el arte.