Antonio Espino y Mora, el querido Clavillazo, fue un 铆cono de la comedia mexicana, cuyas expresiones salvajes y elocuentes manos le ganaron el coraz贸n del p煤blico.
Nacido en la humildad de Puebla, su vida se transform贸 en leyenda durante la 脡poca de Oro del Cine.

Pero su ascenso a la fama estuvo marcado por la adversidad, la envidia y, finalmente, una profunda humillaci贸n.
La tr谩gica historia de Clavillazo est谩 intr铆nsecamente ligada a la figura monumental de Mario Moreno, Cantinflas, y a la bella actriz Miroslava Stern.
El Comienzo: Entre Cuchillos y Risas
Antonio Espino, el segundo de once hermanos en un hogar ca贸tico en Teziutl谩n, Puebla, aprendi贸 a actuar por necesidad.
Utilizaba gestos exagerados para comunicarse con su hermano menor con problemas auditivos, desarrollando un estilo que, sin querer, se convirti贸 en su sello.
Su humor no era un lujo, sino un escudo contra la pobreza que marcaba su infancia.
Dej贸 la escuela y trabaj贸 en la carnicer铆a de su padre, afilando cuchillos mientras so帽aba con aplausos.
Tras la devastadora muerte de su hermana Berta, Antonio dej贸 Puebla y se dirigi贸 a la inmensa Ciudad de M茅xico, decidido a forjar su destino.

El Nacimiento de Clavillazo y el Padrino Soler
En la capital, Antonio se abri贸 camino en las modestas carpas de comedia, perfeccionando su estilo explosivo y sus ic贸nicas frases como “隆Pura vida!” y “隆Nunca me hagas eso!”.
El nombre Clavillazo surgi贸 cuando se dibuj贸 clavos en el rostro para acentuar sus muecas, y fue su amigo, Resortes, quien brome贸 sobre su apellido art铆stico.
Fue adoptado por el gran actor Fernando Soler, quien se convirti贸 en su mentor, ense帽谩ndole a dominar el escenario y consigui茅ndole su primer papel en el cine.
Rivalidad por Miroslava y el Sabotaje de Cantinflas

El debut de Clavillazo se dio en la pel铆cula Monte de Piedad.
Inicialmente, fue elegido para interpretar un papel rom谩ntico: el esposo de la bell铆sima actriz checoslovaca Miroslava Stern.
Sin embargo, los pasillos de la 脡poca de Oro susurraban de inmediato sobre la furia de Cantinflas.
Exist铆a un fuerte rumor de que Cantinflas, casado con Valentina Ivanova, manten铆a un romance secreto y apasionado (aunque no correspondido del todo) con Miroslava, a quien le hab铆a prometido falsamente el divorcio.
Seg煤n la leyenda, Cantinflas movi贸 sus influencias para sabotear a Clavillazo por celos.
Clavillazo perdi贸 el papel protag贸nico y en su lugar, le fue asignado el papel secundario del bolero, lo que marc贸 su debut oficial, pero tambi茅n su primera gran humillaci贸n p煤blica.
Dos a帽os despu茅s, Clavillazo logr贸 su primer papel principal en El Brillo, y su carrera despeg贸, filmando m谩s de 30 pel铆culas y consolidando su humor blanco y su estilo inconfundible, inmortalizando frases que incluso trascendieron fronteras, como el “隆Pura vida!” que se adopt贸 como saludo en Costa Rica.
El Final Tr谩gico y la Humillaci贸n Definitiva
Clavillazo fue un hombre de negocios astuto, invirtiendo su fortuna en bienes ra铆ces y convirti茅ndose en un magnate de las propiedades.
Sin embargo, los a帽os fueron implacables con su salud; sufri贸 ataques card铆acos y un embolismo en 1987, que dej贸 secuelas en su voz.
Tres meses antes de su muerte, se enfrent贸 a la humillaci贸n final.
Fue invitado a su ciudad natal, Teziutl谩n, para un homenaje prometido.
Al llegar a la plaza de toros, descubri贸 que el homenaje era en realidad para Cantinflas.
Clavillazo solo participar铆a en un papel secundario, como un relleno, una sombra al lado de la “verdadera estrella”.
La ofensa fue profunda.
“Me habr铆a quedado con el recuerdo tan bonito de antes.
Me doli贸 mucho lo que me hicieron”, confes贸 con la voz entrecortada.
El colmo fue que el 煤nico reconocimiento que recibi贸 fue un reloj de pl谩stico de feria, un gesto trivial que hiri贸 su dignidad.
El Silencioso Adi贸s
El 23 de noviembre de 1993, Antonio Espino Mora, el querido Clavillazo, falleci贸 en la Ciudad de M茅xico a los 83 a帽os.
Se fue en silencio, herido y casi en las sombras, pero con el afecto de todo un pa铆s que nunca olvid贸 su risa.
A pesar de la humillaci贸n final y la tristeza de sus 煤ltimos a帽os, su legado perdura: fue un maestro de la comedia blanca, un showman con manos parlantes y un hombre que demostr贸 que, con “隆Pura vida!”, se pod铆an conquistar corazones.